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Foto: Megalópolis

Especialistas del INAH consolidaron los muros y la cúpula de la edificación del siglo XVI

Pedro Morales 2017-05-23 - 13:22:39

El Ex Convento de Santa María de las Nieves, ubicado en el municipio de San Juan Totolac, Tlaxcala, es considerado símbolo de la identidad tlaxcalteca porque, según cuenta la tradición popular, desde ahí partieron 401 familias para poblar el norte del país en el siglo XVI. Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervinieron los vestigios del inmueble para frenar los deterioros que el paso del tiempo le generó.

Desde ese sitio y a petición del virrey Luis de Velasco, la caravana salió en 1591 a poblar el norte de México. La integraban familias recién formadas de los cuatro señoríos principales de Tlaxcala: Quiahuixtlán, Tizatlán, Ocotelulco y Tepeticpac, acompañadas de frailes, quienes fundaron lo que hoy son los estados de Coahuila, Zacatecas, Jalisco y San Luis Potosí.

Aunque no se encuentran registros de que ese hecho histórico ocurrió precisamente en el recinto conventual, la comunidad y las autoridades municipales lo utilizaron durante mucho tiempo para realizar una ceremonia de conmemoración de aquella partida; sin embargo, hace una década la celebración se canceló por el estado de conservación que presentaba la edificación.

Desde hace poco más de cinco años, el INAH comenzó un trabajo de diagnóstico del Ex Convento de Santa María de las Nieves para examinar los deterioros que presentaba y su adecuada intervención.

El arqueólogo Ramón Santacruz Cano, responsable del proyecto de restauración, explicó que antes de intervenir el edificio registraron los sistemas constructivos. “Recordemos que estos inmuebles fueron hechos con materiales pétreos de la región unidos con argamasa de lodo como aglutinante, que con el paso del tiempo perdieron su capacidad de carga y de cohesión”.

Además se hicieron pozos de sondeo para detectar otros elementos arquitectónicos soterrados, lo cual permitió inferir que en superficie se encuentra 30 por ciento del conjunto arquitectónico y el restante 70 por ciento está sepultado.

“El inmueble se localizaba en lo que era la ribera de los ríos Zahuapan y Totolac, que en época de lluvias se desbordaban y anegaban toda la región, por lo que el convento quedó en desuso. Las constantes inundaciones que arrastraban tierra y lodo provocaron que con el paso del tiempo el recinto religioso quedara enterrado un metro y medio de profundidad”.

Los pozos también ayudaron a ubicar el muro atrial que delimitaba el ex convento, una columna del claustro, además de los restos de una de las cuatro capillas en la parte norte, “suponemos que las otras tres están situadas hacia los otros rumbos cardinales”, indicó el especialista adscrito al Centro INAH Tlaxcala.

Durante los años de investigación, se hallaron 22 entierros coloniales en la nave mayor de la iglesia, en tres niveles del piso, lo cual indica que una vez que se abandonó el convento la población de Totolac lo utilizó para sepultar a sus difuntos.

Como parte de la intervención, efectuada bajo la dirección de la maestra Faridé Cuandón Alonzo, se consolidaron muros, se restituyeron faltantes, se impermeabilizó la cúpula, se sustituyó la malla perimetral, se habilitó una caseta de vigilancia y se colocaron luminarias, con el objetivo de volver a conmemorar la salida de las 401 familias.

“Se utilizaron materiales de la región que fueran compatibles y se reprodujo el sistema constructivo, muy similar a los utilizados en los monumentos arqueológicos; basta con recordar que fueron los indígenas quienes construyeron los templos y conventos usando la misma técnica de colocar piedras con argamasa de lodo”.

En los trabajos de conservación participaron 30 personas: arqueólogos, historiadores, antropólogos físicos, restauradores, arquitectos y trabajadores. Actualmente se conservan en pie parte de la capilla con su respectiva cúpula, dos paredones de la nave mayor, tres muros de lo que pudo ser la sacristía o cocina, además de una torre exenta que dan cuenta de la grandeza de su pasado.

El primer momento de ocupación del Ex Convento de las Nieves ocurrió a mediados del siglo XVI, aproximadamente en 1530, época en que llegaron los misioneros franciscanos. Se construyó una casa de visita ocupada sólo por un fraile y dos personas más.

“Tiempo después, entre 1575 y 1585, se edificó todo el convento; sin embargo, a partir de 1596, las continuas inundaciones provocaron que la comunidad asentada en la periferia se trasladara paulatinamente a la ladera media baja del cerro. El abandono definitivo del recinto se dio en 1806 con la construcción de la iglesia nueva de Totolac”, dijo Ramón Santacruz.

El Ex Convento de Santa María de las Nieves está bajo resguardo del INAH y se planea abrir nuevamente a una visita controlada, así como para reactivar el festejo a mediados de este año.