Andrés Solano
Corpus Delicti
2016-10-10 11:02:29
Durante la campaña por la gubernatura pudimos ser testigos de la última de las guerras, una en donde la estrategia pesa más que la operación y donde la mente se impone sobre la fuerza bruta, la guerra electrónica librada a través de internet dejó enseñanzas, sinsabores y espacios para la reflexión.
Los tres candidatos más fuertes apostaron por estrategias diferentes, Lorena Cuéllar por la estridencia y por seguidores tipo Pejezombie que despotricaban en contra del primer mortal que osara disentir con la perredista.
Adriana Dávila apostó por construir una base amplia de seguidores en internet pero no generó contenidos de interés para su mercado meta, incluso se montó en una campaña de turismo que quizás llevaba hacia el santuario de las luciérnagas mas no a la victoria, y finalmente Marco Mena implementó una campaña espejo, en donde sus redes electrónicas tenían un símil físico de seguidores y activistas.
Muchos creen que el poder de las redes es sobrenatural, que todo lo puede y que también pude destruir a alguien en segundos. Nada de esto es cierto salvo lo último, las redes tienen un gran poder destructivo y su espíritu es revolucionario por naturaleza, es muy difícil que un hecho positivo rebase el millón de vistas sin embargo, lo chusco, lo burlón, lo extraño y por supuesto, lo malo, llama a las masas.
Existen muchos ejemplos de casos que se viralizan en cuestión de horas, personas que saltan a la fama en forma de Lords o Ladies, reputaciones destrozadas, castigadas por el ciber populus que nunca perdona.
De los políticos ni hablar, ahí tenemos el último escándalo, el Senador Emilio Gamboa aterrizando en un lugar prohibido en el Parque Nacional Arrecife Alacranes ubicado a 130 kilómetros del municipio de Progreso en Yucatán.
En las redes sociales circuló un video en el que se muestra a un helicóptero aterrizando para que el empresario Emilio Díaz Castellanos y el Coordinador de Puertos y Marina Mercante Guillermo Ruíz quienes aprovecharon la zona para subir al helicóptero que posteriormente los llevarían a un yate.
Esta es la demostración más clara de que no importa dónde te encuentres, las redes siempre te alcanzarán, ya sea para bien, o para mal. Si no, pregúntenle a #LadyCoralina la novia infiel que canceló su boda por una serie de infidelidades documentadas en video por alguien cercana a ella.
Pero las redes deben ser para bien y esto lo sabe el Gobernador Electo, que yo dio las primeras muestras de cómo se pueden utilizar profesionalmente, institucionalmente y sin vanalidades que empobrecen la gestión de la comunicación.
Las redes son una gran herramienta para comunicar, compartir información valiosa de interés para la ciudadanía y por supuesto, para la denuncia de los errores, abusos y problemas que aquejan a la población en general.
Sin duda las redes son una fuente importante para diagnosticar los problemas sociales pero tampoco pueden ser la brújula que guíe los destinos de una administración estatal porque caeríamos en la práctica de siempre, atender al que grite más.
Antes, las organizaciones populares eran el altavoz mediante el cual se hacía escuchar el ciudadano, ahora las redes democratizan la voz del pueblo pero se corre el mismo riesgo de caer en prácticas clientelares y deshonestas que en nada abonan al crecimiento democrático de una sociedad.
Se prevén grandes cambios en este tema para la administración entrante, la consigna será abrir los espacios que requiere la población para gestionar la solución a sus necesidades, que la tecnología sea un facilitador y no solo un altavoz en donde solo el más gritón es escuchado. Sin duda un gran reto.