El empleo en la gestión Mena

El pasado jueves se llevó a cabo en la capital tlaxcalteca la tercera mesa de trabajo para construir el Plan Estatal de Desarrollo, en esta ocasión en materia de empleo, en donde se vislumbran áreas de oportunidad, aunque en un ambiente económico internacional, por demás, incierto.

La caída del peso frente al dólar, los bajos precios del petróleo, así como el incremento de las tasas de interés en Estados Unidos son los factores que acotan el difícil panorama económico que tendrá que enfrentar nuestro país en los próximos años.

El triunfo de Donald Trump en las pasadas elecciones presidenciales colocó a la divisa mexicana en una nueva realidad, misma que ahora ronda los 20 pesos por dólar, una caída súbita de nuestra moneda, la cual puso a temblar a empresarios, analistas y a aquellos ciudadanos que todavía recordamos las devaluaciones y la hiperinflación de la época del presidente López Portillo.

Si bien la inflación todavía se mantiene a raya, la presión que produce la devaluación del peso sobre nuestra economía es enorme y se vislumbran escenarios sumamente difíciles para el país y la región, pero vayamos por pasos.

En primer lugar, es la renegociación del TLC y no la construcción del muro el factor que más afecta el flujo de inversiones y la credibilidad en nuestro país.

Trump ha amagado con salirse del TLC si no se revierten algunos puntos que considera nocivos para la economía estadounidense.

Esta incertidumbre es un lastre para la llegada de capitales de inversión a México, el tema de las armadoras de automóviles y un posible impuesto a los autos fabricados en México es otra piedra en el difícil camino rumbo al cierre de 2016.

La industria automotriz en la región apenas se recupera del dieselgate y tiene que lidiar con una amenaza aún mayor que afecta no solo a Puebla, sino a Tlaxcala y a todas las empresas que proveen partes a la armadora alemana.

Por si esto fuera poco, la posible baja de impuestos en Estados Unidos, el alza en las tasas de interés hacen que todos los países en desarrollo puedan ser competitivos frente al gigante del norte.

Una vez aclarado el panorama que afecta la inversión y la generación de empleo, está la habilidad de los gobiernos para adaptarse a los avatares y vaivenes económicos para lograr salir adelante y llevar a buen puerto el desarrollo económico y la creación de fuentes de trabajo.

En ese sentido el equipo de asesores de Marco Mena ha puesto sobre la mesa una estrategia que parte del análisis de las fortalezas de la región y una exploración de todas las posibilidades existentes para que se sigan generando empleos de calidad, con remuneraciones razonablemente mejores que las actuales.

La detección de oportunidades empieza con una oportuna detección de las necesidades de las empresas de la región (no solo de Tlaxcala) así como la capacitación adecuada para dotar a los tlaxcaltecas de las competencias necesarias para acceder a los  puestos de trabajo disponibles y que estos no sean ofrecidos a gente de otras partes del país mejor capacitadas.

Se vislumbra un fortalecimiento del estado de derecho que le dé certeza jurídica a los inversionistas nacionales e internacionales, así como la elevación de los índices de competitividad, mismos que complementándose con el clima de seguridad pública pueden cerrar un círculo virtuoso en favor de los ciudadanos de la entidad.

Si bien los retos que se enfrentan no son pocos, la innovación con la que se atenderán nos hace pensar que hay buenas oportunidades para Tlaxcala, la solidez financiera del estado es un factor positivo en el que se apuntalará el desarrollo económico durante los próximos años.

Si se logran la mitad de las metas que se ha planteado el gobernador electo en materia económica estaríamos frente a un escenario muy alentador, recordemos que aún en los momentos más difíciles siempre hay beneficiados. Esperamos que Tlaxcala sea uno de estos.