Los matrimonios entre las personas del mismo sexo

El martes 17 de mayo, el presidente Enrique Peña firmó una iniciativa de ley para reformar el artículo 4 Constitucional e incorporar el criterio de la SCJN de reconocer como un derecho humano que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación por motivos de origen étnico o nacional, de discapacidades, de condición social, de condiciones de salud, de religión, de género, o preferencias sexuales.

Recordemos que en junio de 2015, la Corte publicó en el Semanario Judicial tres tesis de jurisprudencia que declaran que los códigos civiles que definen al matrimonio como la unión entre hombre y mujer son inconstitucionales porque son discriminatorios. 

De entrada, dichas tesis obligan a los tribunales a acatarlas, pero no a las autoridades de los registros civiles locales, ni derogan los códigos civiles de los 31 estados del país, que siguen contemplando el matrimonio como una unión heterosexual, por lo que los interesados en casarse tienen que promover demandas de amparo.

Por eso en ese mismo acto el presidente presentó reformas al Código Civil que busca asegurar el matrimonio igualitario.

La propuesta presidencial mereció de inmediato el elogio de varios actores entre ellos, legisladores de la oposición, pero otras voces empezaron a organizarse para oponerse a cualquier cambio.

Las reacciones

Los primeros fueron los obispos del país quienes emitieron un comunicado donde señalan que reconocen como “prioritario evitar toda discriminación”, pero dejan claro que el matrimonio es de un hombre con una mujer, punto, y dicen que será “necesario estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan”.

Piden que “todas las voces sean escuchadas con seriedad y espíritu de diálogo constructivo, en pleno respeto a las instituciones”.

Es de entrada una petición sensata que emitió la presidencia de la CEM, empero, a otros obispos les pareció débil, por lo que dos días después, el cardenal de Morelia, Alberto Suárez, criticó la propuesta y advirtió que estas medidas atentan contra la familia y la paz social.

En conferencia de prensa subrayó que hay otro principio universalmente reconocido –el de Juárez- que “es que el respeto al derecho ajeno es la paz. Los niños y las niñas tienen derecho a tener un papá y una mamá. Si se atenta contra ese derecho se pone en riesgo la armonía de la familia, que es el fundamento de la paz social”, señaló.

¿Atentado contra la paz?

Parece un discurso de la época de los cristeros, dicho sea con todo respeto al señor cardenal.

Pero, la crítica dura ha sido el editorial del periódico oficial del arquidiócesis Primada de México quien retoma el comunicado de la CEM donde dice que “Los católicos valoramos todas las propuestas y acciones que promuevan el reconocimiento y protección de los derechos de todos y el deber que cada persona tiene de respetar la dignidad de los demás”. Sin embargo, las reformas anunciadas van mucho más allá de este loable fin y plantean un gran equívoco”.

Dice el editorial que “habiendo tantos problemas que tienen de rodillas al país (...) no es posible que el Gobierno de la República ponga como prioridad legislar sobre falsos derechos, que no se sostienen desde una base antropológica, y que minan los valores sociales y familiares sobre los que tradicionalmente se ha asentado la sociedad mexicana”.

Días después -el 24 de mayo- el pleno de la Comisión Episcopal para la Familia que encabeza el obispo de Tehuacán, hace un llamamiento a los grupos laicales para que se opongan ante el intento de legislar, y defiendan “con alegría y convicción  en todo momento, ocasión y lugar la verdad sobre el hombre, varón y mujer (lo humano íntegro), sobre el matrimonio, la familia y la vida así como comprender al hijo como un don y no un derecho, necesitado de un padre y una madre”.

Es claro el posicionamiento de los prelados mexicanos, pero en el fondo saben que están ante una batalla perdida, hay una tendencia mundial a avanzar en ese tema. 

En el corazón de Roma

Apenas el 11 de mayo el Parlamento italiano —lo más cerca de Roma—, aprobó una ley en la materia. Ante ello, el cardenal Camillo Ruini, quien es vicario general emérito del Papa para la Diócesis de Roma, dijo que equiparar unión gay a matrimonio es gravísimo para la humanidad, significa agregó, “trastornar los parámetros fundamentales, a nivel biológico, psicológico, ético, parámetros que hasta hace pocos años todos los pueblos y todas las culturas han respetado”.

Insisto, la batalla la tienen pérdida pero harán todo lo que esté a su alcance para impedir que el Congreso apruebe dichas propuestas.

Con todo respeto, a veces algunos prelados no se dan cuenta que estamos en el siglo 21 y que sociedades evolucionan y cambian. Todo cambia como diría la Violeta Parra. 

El papa jesuita ha intentado poner sobre la mesa distintos debates polémicos pero al final hay muchas presiones que se impiden, apenas en su visita a México, lo más atrevido que avaló sobre la familia fue, en el evento que encabezó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a una pareja -hombre y mujer- que se divorciaron y se volvieron a casar, es decir, hasta allí llega el modelo de “nuevas familias”.

Mil organizaciones se unen contra “matrimonio” gay

La propuesta de EPN se contrapone a una iniciativa ciudadana presentada por el Consejo Mexicano de la Familia (ConFamilia), quién la respaldó  con más de 240 mil firmas recogidas en todo el país, que busca que el matrimonio sea reconocido en la Constitución de México como la unión de un hombre y una mujer.

En declaraciones a ACI Prensa —publicación católica—, Carlos Ramírez, vocero del Frente Nacional Por la Familia, explicó que la iniciativa de reunir a las más de mil instituciones surgió debido “a los ataques que efectuó el presidente Enrique Peña Nieto, respaldado por su partido y toda la bancada, en contra de la familia, como institución y base de la sociedad”.

El Frente Nacional Por la Familia busca también “invitar a la sociedad a que emitan un voto de castigo y haya un costo político para el PRI y no se vote más por este partido”.

La organización alentó además a los mexicanos a usar los hashtags #DefendemosLaFamilia y #YoDecidoXLaFamilia para protestar a través de la red social Twitter