La elección: hay de tercios a tercios

Las elecciones en Tlaxcala parecen ser de las más cerradas en el país pero, las circunstancias han cambiado radicalmente desde que los aspirantes levantaron la mano hace unos meses, la pregunta es ¿realmente la moneda está en el aire?

Desde que iniciaron las candidaturas por la gubernatura de Tlaxcala se escuchó que iba a ser una carrera parejera, que realmente estaría dividida en tercios —como debe ser en una entidad eminentemente taurina—, aunque esto no era precisamente cierto y sí es el discurso que manejaron muchos medios locales, dándole el beneficio de la duda al partido en el poder.

En los hechos, Lorena Cuéllar se encontraba en un franco primer lugar, en segundo lugar Adriana Dávila y muy por debajo el candidato del PRI Marco Antonio Mena, más que tercios era en realidad una carrera entre las dos senadoras.

Iniciaron las campañas y las candidatas dirigieron sus baterías una hacia la otra, en parte porque minimizaron a Marco Mena y en parte porque se “leía” en las encuestas la posibilidad de que una tomara el voto de otra, así Marco inició una campaña clásica con el manual en la mano, en una lucha solitaria por posicionar su nombre y aumentar su nivel de conocimiento.

Marco venía de las sombras, en el gobierno se manejó con un perfil extremadamente bajo y siempre se mantuvo institucional, esperando fielmente ser señalado como el elegido. Seguramente el gobernador tomó su decisión con mucha antelación, quizás años, pues cuidó a Marco Mena en exceso, para muchos hasta se le pasó la mano porque Mena arrancó con una gran desventaja especialmente en el conocimiento.

Al estilo de las carreras de la Nascar, Marco empezó a recortarle la ventaja a las punteras mientras éstas luchaban por el liderato, cabe decirlo con una Lorena siempre adelante, devolviendo golpes y atacando.

En el camino Lorena comete una serie de errores graves entre los que más destacaron fue el rodearse de hampones locales y nacionales, una ola delincuencial vino a brindarle su apoyo incondicional y la gente empezó a reaccionar negativamente.

Después viene el debate en donde presa del pánico Lorena no es capaz de articular dos palabras seguidas y por si fuera poco se enfrasca en dimes y diretes con Adriana, lo que le da la oportunidad a Mena de mostrarse como el hombre preparado que es y el contraste fue brutal, devastador para Lorena.

Sin cola que le pisaran Marco continuó su trabajo en tierra y en redes sociales sabedor de que bastaba un cierto nivel de conocimiento para tomar la punta, cabe decirlo, con la ayuda de la imagen del PRI, el partido mejor calificado en la entidad.

Algo extraño, el ciudadano promedio achaca al PRI los aciertos de gobierno, esto es oro molido para el candidato de la Mega Alianza ya que es la única razón por la cual el día de hoy está arriba en las encuestas aún con un conocimiento 10 puntos por debajo de Lorena Cuéllar.

Al día de hoy la carrera probablemente sea de tercios, pero no son los mismos con los que inició la contienda electoral. Adriana Dávila bajó al tercer lugar,

Lorena Cuéllar está en segundo lugar muy cerca de Adriana y Marco Mena ya se encuentra a la cabeza, o al menos así lo dicen algunos diarios de circulación nacional.

Si bien las encuestas son instantáneas del momento hay que decir que Lorena y Adriana han permanecido prácticamente inmóviles, probablemente en su techo y la tendencia de Marco Mena es a la alza, de mantenerse el curso de los hechos como hasta el día de hoy Mena debería alzarse con la victoria, aunque tendremos que esperar al día de las elecciones para conocer las preferencias de un electorado cada día más complejo e incierto.