La Megalópolis, cantera para 2018

El balón de la sucesión presidencial de 2018 está en la cancha de la Megalópolis.

Y no es pronto para decirlo, porque desde cualquier ángulo que se le vea, los resultados electorales de este domingo formarán parte de los activos o las debilidades de los competidores en la elección presidencial de 2018.

Dicho de otra manera, la región central del país, también conocida como la “corona”, tendrá un papel preponderante en el proceso político federal, y aportará uno o más candidatos de todos los partidos.

Tome nota de los prospectos megalopolitanos al 2018.

1. El jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, a quien ya le andan haciendo caravanas algunas tribus del PRD —sobre todo Los Chuchos— y también reconocidos promotores de los candidatos independientes, entre ellos El Bronco.

Hace unos días, en Paris, muy lejos de la contingencia ambiental número ocho de la temporada, Mancera dijo que el proceso de la sucesión ya está en curso. Él ya agarró vuelo, la cuestión es que precisamente las medidas antipopulares del #HoyNoCircula copetado le han restado simpatías… y votos.

2. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lleva la mano en su partido. Para el exgobernador de Hidalgo esta etapa de elecciones estatales es especialmente importante, pues además de la expectativa de que su partido conserve el gobierno hidalguense, espera que se cumplan las previsiones de que la jornada electoral transcurrirá sin sobresaltos, pues a él toca la responsabilidad de salvaguardar la tranquilidad. Todo esto le allanará el camino prospectivo, aunque el tema magisterial ya se lo endosó a Aurelio Nuño, a quien le toca bailar con la más fea, literal.  

3. El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle se está jugando todo su capital político en la elección para la minigubernatura de dos años. De otra manera no habría escalado al siguiente piso después de concluir su gestión, para pelear la candidatura presidencial que también la quiere el dirigente nacional Ricardo Anaya y otros panistas como el gober de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez.

4. En el juego también está el gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, quien deberá pelearle a Mancera el lugar, es un decir, por lo pronto está apuntado.

5. La carrera mexiquense por la candidatura presidencial se intensificará en 2017, a la par de las elecciones en aquella entidad, y en esta juegan por orden de aparición el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso y como carta emergente Eruviel Ávila Villegas.

6. En caso de que decidan admitir a Querétaro en la Megalópolis —–con lo cual serían siete las entidades integradas a la corona del centro—, entonces podrá considerarse a Ricardo Anaya como prospecto megalopolitano a la contienda federal. El caso de Pancho Domínguez es distinto, pues lo consideran un prospecto presidencial en incubadora.

Prospectiva geopolítica

De ahí que, los ajustes geopolíticos derivados de las elecciones del domingo 5 de junio contribuirán al peso de cada partido y aspirante.

Hoy el PRI lleva la delantera en fuerza de votos, seguido todavía lejos por el PAN, mientras que el PRD se deslavó al grado de estar en la tablita de la cuarta posición electoral nacional, después de Morena.

Para tener una idea más clara, los partidos fueron ayer tras los votos de una tercera parte del padrón nacional, casi 28 millones de votos.

De ahí que cada partido podrá medir su nivel de competencia de acuerdo a los votos obtenidos.

Hay que tomar en cuenta además que, en 2017 se realizarán elecciones estatales en el Estado de México, Coahuila y Nayarit. Estos procesos le pondrán más sabor a la contienda, tanto que sus resultados definirán si continúa el manejo político-partidista del grupo de los Tolucos o le ceden las riendas a los Tuzos.

Como generadora de votos, las seis entidades de la Megalópolis aportan en conjunto un poco más de 35 millones de sufragios. Es el Estado de México la principal fuente —incluso de todo el país—, con algo más de 11 millones de votos, seguido por la Ciudad de México y luego por Puebla e Hidalgo. Tome nota, para que no le digan, para que no le cuenten.