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En todos lados se cuecen marranos

César Castruita
César Castruita
2016-06-07 23:05:31

Hay que aprender de los malos ejemplos de los populistas en el mundo. Hacen promesas que arruinan las finanzas públicas. Es importante la participación ciudadana.

El eterno suspirante a la Presidencia de México, Lopitos, ha de estar satisfecho al ver que sus enseñanzas populistas se aplican en otras naciones, con sus respectivas consecuencias nocivas, como Venezuela y Bolivia, pero ningún caso había tenido repercusiones globales, como el de Grecia.

Luego de hacerse el chistoso en varias ocasiones con sus acreedores, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, llegó al vencimiento, hace un año, de un pago por mil 600 millones de euros, de una deuda total de más de 300 mil millones de euros, a declarar el típico “debo no niego, pago no tengo”.

Inmediatamente recurrió a la aplicación del llamado “corralito”, cerrar los bancos para evitar fugas de capitales, y apelando populistamente al nacionalismo convocó a un referéndum para que la ciudadanía decidiera entre aceptar o no las condiciones de los acreedores, la llamada troika conformada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.

Por supuesto, ganó el “NO” con 61 por ciento de quienes votaron, pero lo que Tsipras nunca dijo es que su referéndum no tenía vinculación alguna, pues no se puede mandar al diablo a las instituciones y menos a las internacionales.

Con todo, el gobierno griego lleva a cabo un plan de ajuste con fuertes aumentos de impuestos y recortes de pensiones para asegurar un nuevo rescate por más de 53 mil millones de euros.

Tragedia en el Caribe

Luego de casi dos décadas de los gobiernos populistas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, la mayoría de los habitantes de Venezuela, un país rico en recursos naturales, petróleo, industria y potencial turístico, tienen que vivir con carencias de los productos más básicos, como papel de baño, pañales, azúcar y alimentos, para los cuales tienen que hacer largas filas con el fin de obtener una pequeña ración.

Aunque Maduro perdió las pasadas elecciones parlamentarias, se ha comportado como chivo en cristalería, embistiendo todo a su alcance y sacándose de la manga decretos para limitar el margen de maniobra del Poder Legislativo.

Y ahí cerca, Puerto Rico ya recibe la denominación de la Grecia del Caribe, por su insolvencia financiera, que será uno de los problemas que heredará el próximo presidente de Estados Unidos.

Las políticas populistas aplicadas por años, pero particularmente por el actual gobernador, el demócrata Alejandro García Padilla, han provocado que la isla caribeña se encuentre en bancarrota. En días pasados Puerto Rico incumplió el pago de bonos por 370 millones de dólares, lo que prendió las señales internacionales de alarma.

En Puerto Rico el concepto de Papá Gobierno se ha llevado a su máxima expresión. Un cuarto de los trabajadores puertorriqueños son burócratas, mientras que en Estados Unidos la proporción es de 14 por ciento.

Entre vacaciones, enfermedad y días festivos, los puertorriqueños gozan de dos meses de asueto pagados al año, lo que desalienta la inversión privada. En 15 años la deuda de Puerto Rico pasó del 60 al 100 por ciento del Producto Interno Bruto, unos 103 mil millones de dólares.

Debido a esa problemática la organización denominada Ciudadanos contra la Basura del Gobierno (CAGW por sus siglas en inglés), presidida por Tom Schatz, declaró en mayo pasado a García Padilla como “El Marrano del Mes”.

Para sustentar esa declaratoria, CAGW refiere el desastre financiero provocado por el gobernador, en donde se destaca el referido incumplimiento de pago, que resulta ser el tercero desde agosto de 2015, así como 46 mil millones de dólares en pasivos laborales.

La representación ciudadana destaca también que desde febrero de 2014 la evaluadora internacional de riesgos crediticios Moodys bajó la calificación de la deuda de Puerto Rico a nivel de “bonos chatarra”.

Para Schatz, la crisis de deuda de Puerto Rico se exacerbó por la política de gasto laxa de García Padilla y apuntó que la isla debe ahora hacer todo los esfuerzos posibles para estabilizar su situación financiera mediante la aplicación de políticas que favorezcan el crecimiento económico y reviertan el crecimiento destructivo de la burocracia.


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