Fotografías: Internet
La elaboración de los objetos fabricados con fibras vegetales es considerada como una de las actividades más antiguas en la historia de la humanidad. Antes, “el petate”, elaborado de palma, era el asentadero de los principales mandatarios, otro de sus usos era vinculado a cultos de enterramiento, así como también para rituales en el que se colocaban ofrendas para los dioses. Hoy día, diversas regiones indígenas utilizan este artefacto como cama, recogedor o como pieza imprescindible para delimitar el espacio ritual cuando el Huandari purépecha se dirige a los novios en su ceremonia de casamiento. En el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en Coyoacán, se llevó a cabo por cuarta ocasión la feria “Entre canastas, tenates, y petates”, organizada por la Secretaria de Cultura. En esta feria participaron 21 comunidades de 11 estados de la República Mexicana, Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Sonora, Tabasco, Yucatán y Zacatecas. El objetivo fue promover, difundir y fortalecer el arte popular como patrimonio cultural de nuestro país. Las artesanías que se vendieron en la feria fueron tejidas con las fibras vegetales del país tales como: palma, carrizo, pita, torote y panikua.
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