Se sabe que Krampus nació en alguna parte de los países alpinos, o así se recuerda en el folklore local.
Los niños traviesos que se portaron mal, los que desobedecieron a sus papás, los que sacaron malas calificaciones y los que no se lavaron los dientes, deben tener cuidado porque Krampus, el exayudante de Santa Claus, merodea en estas fechas por cada rincón del planeta.
Con un gran cuerpo peludo, unos cuernos retorcidos como cabra, patas similares a las de un fauno y una peculiar cabellera negra que resalta la cara diabólica, en la que deja ver su larga lengua roja, el anti-Santa Claus pretende castigar a todos los diablillos de mamá.
Se sabe que Krampus nació en alguna parte de los países alpinos, o así se recuerda en el folklore local, pero al contrario de Papá Noel que con seguridad vive en el Polo Norte, la residencia de esta criatura no se sabe con exactitud: puede que viva en Alemania, pero puede ser que también tenga alguna residencia en Austria, Francia, Italia, Liechtenstein, Mónaco, Eslovenia o Suiza.
Realmente no importa en dónde viva, porque al igual que Santa que usa su magia alimentada de los sueños, esperanzas y deseos de los niños para llegar a cualquier hogar en el mundo y premiar, Krampus la usa para castigar.
Las calles en todo el mundo occidental irradian con luces de colores que iluminan flores de Nochebuena, adornos de temporada, edificios y casas, mientras que los arbolitos de navidad se asoman por las ventanas y muchos niños juegan por las calles, se tiran en la nieve para hacer figuras de osos y angelitos en sus patios.
Pero al ente antinavideño europeo eso no le importa, él tiene que cumplir su labor y en la noche recorre esas calles haciendo sonar una campanilla tosca de hierro que cuelga de su cuello mientras arrastra cadenas oxidadas, con el fin de avisar su llegada, causando temor a quien lo escucha, un sentimiento que él disfruta.
Santa, el barbón, gordito, que usa siempre un traje rojo y que todo el mundo ama hace un largo y profundo análisis sobre el comportamiento de cada infante y a los que son latosos y mal portados los tacha de la lista y les deja carbón en su bota que cuelga de la chimenea o lo coloca debajo del pino navideño.
Pero a diferencia de Santa Claus que carga en la espalda un costal lleno de juguetes y baja por la chimenea, Krampus abre la puerta, su cabeza golpea el muérdago que cuelga amarrado de un hijo y en una canasta que carga en la espalda mete a los niños latosos para llevárselos al infierno y comérselos.
Eso ocurre especialmente del 5 al 6 de diciembre en la “Noche de Krampus” o “Krampusnacht”, como se dice en alemán, cuando es mejor reflexionar, pedir perdón a los papás por su mal comportamiento y portarse bien, antes de que sea demasiado tarde.
La leyenda cuenta que antes de que Santa Claus dejara carbón a los niños malos, Krampus era uno de sus fieles ayudantes, a quien mandaba a asustar a los niños con su aspecto poco agraciado, por su afán de que los niños siempre se portaran bien; sin embargo, no se sabe cuándo fue la separación de su mancuerna.
Krampus nació antes de la era del cristianismo, es un ente muy antiguo que por siglos ha representado un equilibrio entre la luz y la oscuridad, armonizando así esa lucha entre el bien y el mal.
Su presencia ha sido temida a través de los siglos e incluso a veces han tratado de desaparecer su existencia, como sucedió en los años 30 cuando el gobierno fascista austriaco prohibió hablar de él, pero a la caída del régimen su nombre resurgió.
En la actualidad, Krampus ha ganado mucha popularidad y ha saltado a la fama internacional, gracias a sus apariciones en la televisión entre ellos “Scooby-Doo Misterios S.A.” o series estadunidenses como “Grimm” y “Supernatural”.
También como la versión comercial de San Nicolás que ha protagonizado innumerables películas, Krampus no se quiere quedar atrás y ya ha aparecido enla pantalla grande como “Krampus: The christmas devil”, “A Christmas horror story” y “Mother Krampus”, entre otras cintas, así como en videojuegos.
Como todo famoso, Krampus ya tiene su séquito de fanáticos por todo el mundo, especialmente en Austria, quienes durante las fechas navideñas se disfrazan del monstruo y comienzan a perseguir a la gente, una práctica que ya es una tradición en la región para entretenimiento familiar.
Krampus parece cada vez más famoso, en parte gracias a su presencia en el cine, y por ello es recomendable portarse bien, cumplir con los deberes y hacer caso a los padres para disfrutar de una Navidad cálida, con ponche y villancicos, y no despertar el interés del anti-Claus, quien puede visitar por sorpresa las casas para saciar su apetito feroz.
Información: Excélsior
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