Gabriela Pérez indica que en ese territorio se localizan las principales zonas metropolitanas de Puebla y Tlaxcala.
“En la Cuenca del Alto Atoyac, vive el 70 por ciento de la población del estado de Tlaxcala y el 40 por ciento de la población de la entidad poblana, integrando un total de 3 millones 857 mil 882 habitantes”, esto de acuerdo con dato del INEGI en el año 2020.
Un trabajo coordinado por Gabriela Pérez Castresana, académica de la Ibero en el estado poblano, indica que en ese territorio se localizan las principales zonas metropolitanas de Puebla y Tlaxcala, incluidas sus capitales y otros municipios.
Pérez Castresana comentó que la mayoría de las personas vive en localidades urbanas, y solo un 8 por ciento, en localidades rurales con menos de 2 mil 500 habitantes.
“Hoy, la situación es crítica y el medio ambiente se encuentra muy deteriorado por la contaminación industrial, la destrucción de los ecosistemas, la explotación de los recursos naturales y la pérdida de biodiversidad. En la cuenca del Alto Atoyac la degradación ambiental se relaciona directamente con el crecimiento industrial y urbano, que ha sido desmedido y sin planificación”, aseveró la académica.
Además, Gabriela Pérez comentó que las ciudades y las zonas industriales se han expandido de manera desordenada, sin tomar en cuenta la conservación de los ecosistemas vitales para el suministro de agua y la sustentabilidad de los recursos naturales.
La académica agregó que en la ocupación del territorio, tampoco se han respetado las características del suelo con base en sus potencialidades para la agricultura, y tampoco, se han considerado los riesgos para la salud que se pueden derivar de la localización de industrias cerca de centros poblados.
“La vegetación boscosa de las orillas de los ríos ha sido prácticamente removida. Solo queda una delgada línea de árboles en las márgenes de los ríos en la zona del valle de la cuenca”, puntualizó.
Además, el informe refleja que en muchas partes de la cuenca, el suelo se ha contaminado por las emisiones industriales y el riego con agua contaminada.
De acuerdo con los datos del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (2004-2019), las mayores emisiones industriales de metales pesados al suelo ocurren en el estado de Tlaxcala, en los municipios de Tetla de la Solidaridad y Tepeyanco, por las plantas de manejo de residuos, lo cual, representa un peligro inminente de contaminación del agua subterránea por infiltración.
Asimismo, dijo que los rellenos sanitarios, y los sitios de disposición de basura a cielo abierto también son una fuente importante de contaminación ambiental, “en el territorio no hay un programa de gestión integral de residuos y los rellenos sanitarios operan con grandes limitaciones”.
“Los ríos Atoyac, Zahuapan y Alseseca están severamente contaminados al igual que la mayoría de sus afluentes y en sus aguas se han detectado una amplia variedad de sustancias y elementos químicos que pueden causar cáncer en el ser humano, por ejemplo, benceno, cloruro de vinilo y ciertos metales pesados”, comentó Gabriela Pérez.
La académica agregó que se ha comprobado que el agua del río Atoyac es altamente tóxica, con valores que exceden hasta 8 veces el valor máximo permisible de toxicidad de acuerdo con la norma correspondiente.
Para finalizar, Gabriela Pérez dijo que se ha comprobado a través de estudios de laboratorio, que el agua de este río produce alteraciones en el desarrollo embrionario, así como en el material genético de los organismos con los que se ha experimentado.
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