Edomex, presa fácil de charlatanería religiosa

La religión es uno de los componentes más importantes en la integración de los pueblos, ya que permite crear lazos de identidad y sentido de pertenencia.

En el último siglo, dicho factor se ha modificado, ya que en la década de 1950, un millón 376 mil 288 mexiquenses profesaban el catolicismo, es decir 98.8 por ciento, mientras que en 2000, el porcentaje se situó en 91.2 del total de personas de cinco años o más.

Actualmente, el Estado de México es de las entidades con mayor porcentaje de católicos; 85 por ciento de la población.

Sin embargo, la confianza en la iglesia Católica se ha perdido debido a las malas prácticas dentro la gran institución, escándalos como pederastia, corrupción y la poca integridad por parte del clérigo, han hecho que los devotos miren hacia otras opciones.

Tal es el caso de la señora Mercedes Hernández, habitante del municipio de Nezahualcóyotl, quien empezó a deprimirse tanto que la llevó a tener miedo de dormir, de despertar, de la gente en la calle, de ir a un lugar lejos de su casa, de los programas de televisión.

Buscó ayuda psicológica, asistió a una terapia, pero luego ya no tuvo dinero para la siguiente sesión, ya que su sueldo como empleada de una zapatería no se lo permitía. 

Fue al centro de salud, donde le dijeron que no podían darle la ayuda que necesitaba y que mejor se fuera a la Iglesia (se entiende que la católica). Ahí escuchó sermones que a ella no la hicieron sentir mejor y continuó deprimida.

Una vecina le dijo que asistiera a la Iglesia Universal del Reino de Dios, que ahí encontraría el alivio para su depresión y sus miedos. Se sentó y de inmediato un joven le comentó que ahí nadie le cobraría un peso por ayudarle espiritualmente, que nadie está en este lugar a la fuerza y que mucho menos se le reprocharía por ser católica o integrante de cualquier otra religión.

Un pastor de dicha doctrina, se le acercó y le preguntó que si le dolía la espalda, el cuello, la cabeza, que si sentía vértigo o si acaso algo le daba terror, a lo cual respondió afirmativamente. Fue cuando el creyente le dijo que todas esas sensaciones eran producto de la envidia que otros le tenían.

Las siguientes horas, una mujer de la congregación la escuchó de forma individual, Mercedes se sintió mejor, volvió al siguiente jueves y una semana después asistiría primero tres días, luego cuatro y por último seis días por semana. 

La forma en que operan

Las personas, por ignorancia e ingenuidad, acuden a estas sectas, llamadas iglesias, en busca de milagros o bendiciones para sus vidas, curarse de alguna enfermedad, lograr un empleo, entre otros, pero lo único que logran es una buena salida de dinero de su bolsillo.

Mercedes asistió durante cinco meses a la Iglesia Universal del Reino de Dios, también conocida como Pare de Sufrir, durante ese tiempo una de sus hijas tuvo un problema de salud, perdió una fuerte cantidad de dinero y el pastor de la Iglesia insistía con temas de envidia y brujería por parte de sus enemigos.

“El pastor me seguía diciendo que no tenía fe, que todos esos males eran por envidia y que para deshacerme de ellos tenía que dar una ofrenda a Dios”, comenta Mercedes.

El problema de salud de su hija lo dejó de lado, mientras que se dedicaba a preparar alimentos para venderlos para pagar con el dinero del gasto algo que ellos llaman, pesca espiritual o evangelización y para participar en rifas de biblias y otros objetos.

Fue un exmiembro de la congregación quien le hizo ver que “no estaba bien” gastar dinero por la supuesta protección espiritual.

Iglesia Universal del Reino de Dios va en aumento

Mientras que en estados de mayor extensión territorial, como es el caso de Chihuahua, Sonora o Durango solo hay una congregación de dicha Iglesia, en el Estado de México existen 32.

Todas ellas ubicadas en los municipios de mayor marginación urbana en la entidad, es decir los que integran el Valle de México. 

La iglesia está constituida como una asociación civil y no religiosa. Por ello, sus ministros y pastores no tienen registro ante el organismo porque la ley no los obliga.

Su razón social le permite evadir la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.