La académica comentó que desde hace 4 años, la calidad del aire fue buena en apenas un 25 por ciento de los 365 días del año.
La calidad del aire en la cuenca del río Atoyac se ha deteriorado, y el número de días con reportes de calidad del aire se encontraba fuera de la norma, y en los últimos cinco años fue 4 veces mayor con respecto al periodo anterior, esto es de acuerdo con el informe de la Ibero Puebla que coordina la académica, Gabriela Pérez Castresana.
La académica comentó que desde hace 4 años, la calidad del aire fue buena en apenas un 25 por ciento de los 365 días del año, y el resto de los días fue de regular a mala con valores de partículas PM2.5, contaminantes superiores al valor guía de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.
El informe indica que, de acuerdo con el Índice Metropolitano de la Calidad de Aire (IMECA), la calidad del aire de la región es deficiente, debido a los registros relativamente altos de ozono y PM10.
De acuerdo con datos de la SEMARNAT, lo anterior es considerado como situación de riesgo para la salud, particularmente en niños y adultos mayores con enfermedades respiratorias.
Se tienen datos de algunos contaminantes peligrosos para la salud que emiten las industrias al aire, donde las mayores emisiones de benceno y formaldehído se dan en la zona metropolitana de Puebla, sobre todo en el municipio de Cuautlancingo, siendo la automotriz, la industria responsable de estas emisiones.
Asimismo, las mayores concentraciones de dioxinas las emiten las industrias químicas en San Martín Texmelucan y Cuautlancingo; y de metales pesados, las metalúrgicas en Tetla y San Miguel Xoxtla, y la de agroquímicos en Ixtacuixtla.
Por otro lado, el reporte indica que en la cuenca, el agua para uso y consumo humano proviene del subsuelo en su mayoría, es decir, de los acuíferos, “hay dos acuíferos: el del Valle de Puebla en la región poblana y el del Alto Atoyac en Tlaxcala”.
Hay pocos estudios sobre el estado del sistema acuífero en la cuenca, lo cual, es un obstáculo para lograr una buena gestión del agua, y algunos estudios indican que el acuífero del Valle de Puebla ya no tiene disponibilidad o se encuentra sobreexplotado por la demanda creciente de agua, así como la disminución de las zonas de recarga debido a la destrucción de bosques y al cambio de uso de suelo.
Además, el socavón ocurrido en el 2021 en el municipio Juan C. Bonilla, es una manifestación de la presión que se está generando sobre el sistema acuífero, ya que una de las causas de este fenómeno es la sobre extracción de agua.
En cuanto a la calidad del agua del acuífero, en algunos estudios se evidencia la contaminación de pozos por el ascenso de aguas sulfurosas profundas como consecuencia de la explotación intensiva del acuífero, y además, se ha advertido la presencia de bacterias fecales, nutrientes y metales pesados en pozos debido al proceso de infiltración de las aguas superficiales contaminadas.
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