En el texto “Salud ambiental en la cuenca del alto Atoyac”, se indica que estas enfermedades no están siendo atendidas eficazmente.
“En la cuenca del alto Atoyac, las muertes por enfermedades crónicas no transmitibles han aumentado significativamente en las últimas décadas, y son responsables del 76 por ciento del total de las defunciones,” reveló el informe sobre el afluente de la Ibero Puebla, estudio encabezado por la académica Gabriela Pérez Castresana.
En el texto “Salud ambiental en la cuenca del alto Atoyac” indica que estas enfermedades no están siendo atendidas eficazmente, ni se están llevando a cabo las medidas suficientes para prevenirlas
“La salud de la población se ha deteriorado, al tiempo que se ha incrementado la emisión, el vertido de contaminantes industriales y el uso de plaguicidas sintéticos en el territorio”, se puede leer en el texto.
El estudio indica que la salud de la población se ha deteriorado, y cada vez son más las personas que padecen una enfermedad crónica no transmisible, esto se observa no solo en los adultos y adultos mayores, sino también en niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
La académica comentó que en el estudio se revela que la salud no solo es la ausencia de enfermedad, es un estado de completo bienestar físico, mental y social.
Además, puntualizó que es un derecho humano que incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Por tal motivo, en la cuenca del alto Atoyac, no se garantiza el derecho humano a la salud y tampoco a un ambiente sano.
La académica agregó que la salud mental, es la intersección entre el medioambiente y la salud pública; además, comprende los aspectos de la salud humana que están determinados por los factores medioambientales físicos, químicos y biológicos.
“Una enfermedad que no es causada por una infección aguda y no se contagia, su padecimiento crea necesidades de tratamiento y cuidado a largo plazo, algunos ejemplos son: cáncer, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades pulmonares crónicas”, reiteró.
Para finalizar, Pérez Castresana dijo que entre los factores de riesgo de esas enfermedades se encuentran los ambientales, como las sustancias químicas en el ambiente, las cuales, se han incrementado considerablemente en la cuenca del Alto Atoyac, en las últimas décadas, debido al crecimiento industrial y al uso de agrotóxicos.
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