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Foto: Cortesía

En Nuevo León reciben animales de vida silvestre una segunda oportunidad

Redacción 2024-11-11 - 08:33:27

La historia de Xenpal comenzó a escribirse hace más de 50 años.

El Centro de Conservación de Fauna Xenpal, ubicado justo a las faldas de la Sierra del Fraile, a 40 minutos de la ciudad de Monterrey, la capital del estado de Nuevo León, es heredero de una gran tradición familiar de amor por los animales.

La historia de Xenpal comenzó a escribirse hace más de 50 años, cuando sin querer Luis Palazuelos, papá, se convirtió en el doctor Dolittle Mexicano, ya que por azares del destino, de un día para otro su clínica veterinaria ubicada al sur de la Ciudad de México, pasó de atender perros y gatos a un chimpancé.

John Dolittle es el personaje central de una saga de libros para niños del escritor inglés Hugh Lofting, quien creó el personaje de un médico que prefiere atender a los animales que a los humanos, porque con ellos puede hablar en su propio idioma.

“Un día llegó una persona con un chimpancé que tenía pulmonía, por coincidencia el hermano chico de mi papá acababa de tener una gran gripe, y a mi papá se le ocurrió ir a la farmacia y comprar lo mismo que había tomado mi tío. Por fortuna el chimpancé se curó a los pocos días y el dueño del animal que trabajaba en un circo, fue y le dijo a otras personas que había encontrado al Doctor Dolittle”, relató Luis Palazuelos, hijo, director general del Centro de Conservación de Fauna Xenpal.

Para la siguiente semana, Luis Palazuelos, papá, ya tenía como paciente a un oso negro, luego a un tigre de bengala, después a un elefante y así hasta que se convirtió en el médico de cabecera de los entonces animales de circo.

“Porque en esa época, no existía alguien que se pudiera dedicar a esta área y que tuviera la facilidad de estarse moviendo por todo el país”, comentó el director general de Xenpal.

De esta forma comenzó a construirse el sueño de Luis Palazuelos, hijo, tener un centro de conversación de fauna, que honra el trabajo de tantos años de su padre, hoy ya retirado y ofrecer una segunda oportunidad a especies amenazadas y en peligro de extinción.

“Nos trajimos un pequeño parque que teníamos en Tepoztlán, Morelos, para García, Nuevo León y aquí fundamos Xenpal, que está a punto de cumplir 20 años, algo que se dice muy fácil, pero que requiere de mucho esfuerzo y mucho trabajo de un gran equipo de colaboradores”, indicó.

El Centro de Conservación de Fauna Xenpal, que en maya significa “vengan niños”, es hogar de más de 650 animales como los famosos capibaras, dromedarios, canguros, venados y antílopes.

Además, los más de 120 mil visitantes que recibe al año en sus instalaciones, son testigos de un ambicioso programa de conservación de jirafas, catalogadas como una especie vulnerable en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), explicó Gerardo González, gerente de Operaciones de Xenpal.

“Nos encontramos en una zona semidesértica, similar a lo que es el hábitat natural de las jirafas en África, que es bastante caluroso, entonces los ejemplares se adaptan muy bien al clima y eso nos permite que se desarrollen de buena manera”, detalló.

Las jirafas son nativas de Somalia, el norte de Kenia y el sur de Etiopía, donde la población cayó más de 40 por ciento en las últimas tres décadas, debido a la fragmentación de su hábitat, por la expansión de la agricultura y la minería, así como por la caza furtiva y los conflictos armados.

Luis Palazuelos destacó que las jirafas, - que forman parte del logotipo de Xenpal -, se han adaptado tan bien, que en esta temporada, nacieron tres crías al mismo tiempo, y una más está por llegar en las próximas semanas.

El director general de Xenpal, no descarta que en el futuro, jirafas criadas bajo el cuidado humano puedan regresar a su medio natural, después de ser entrenadas y rehabilitadas para ello.

“Centros de conservación como Xenpal y como otros que existen en la República Mexicana, son semilleros, para que en algunos años especies de vida silvestre que hoy se encuentran amenazadas, puedan regresar a su hábitat a repoblar y vivir con los suyos”, señaló.

Otro caso de éxito de conservación en Xenpal, son las cebras de Grevy, nativas de Etiopía y el norte de Kenia, especie en peligro de extinción, de la que sólo quedan dos mil 500 ejemplares en vida silvestre, por la caza furtiva para aprovechar su piel y la fragmentación de sus corredores biológicos.

“Las cebras de Grevy, se han ido adaptando muy bien aquí, son una maravilla, son las más grandes del planeta y este año afortunadamente tuvimos dos crías”, subrayó Luis Palazuelos.

En García, Nuevo León, las cebras encontraron una segunda oportunidad, luego de que se perdió casi por completo su hábitat en África, debido al pastoreo de ganado.

Ante esta realidad, el Centro de Conservación de Fauna Xenpal, se convirtió en un espacio donde chicos y grandes aprenden a amar y cuidar a los animales al estilo del Doctor Dolittle Mexicano, al tiempo que disfrutan de la naturaleza, observan hermosos paisajes y conviven con la familia.

Información: Excélsior