Preocupados por la muerte de este espacio ecológico, comenzaron a cuidarlo, compartió la mujer.
‘En este mundo se necesita de personas que se preocupen por el cuidado del medio ambiente’, dijo Gabriela, quien desde hace más de 4 años, en conjunto con su esposo Leonardo, comenzaron a arborizar el Parque Alameda 2000 de Toluca.
La pareja de adultos mayores acude a este bosque de la capital mexiquense para practicar atletismo; cada tercer día pisan el lugar y al visitarlo frecuentemente se dieron cuenta que estaba desolado, con árboles secos, sin que ofrecieran sombra.
Preocupados por la muerte de este espacio ecológico, comenzaron a cuidarlo, compartió la mujer.
De las primeras acciones que realizaron, fue la recolección de residuos en los alrededores, levantaban la basura y la llevaban a los contenedores.
Luego comenzaron a plantar árboles en los alrededores de la laguna, y cerca de donde fueron instalados juegos infantiles, con el propósito de ofrecer sombra a los pequeños que acudieran al lugar.
‘Ahorita que hace calor, todos buscamos sombra pero ¿qué hacemos para obtenerla?, nada. En ocasiones solo nos quejamos y no proponemos’, expresó Leonardo, hombre jubilado, que ha dedicado su tiempo libre a la preservación del parque.
Recientemente la pareja replantó pinos que encontraron tirados en el pasto del parque, los cuales, aseguran, solo fueron colocados sobre la tierra y olvidados.
‘No sabemos quién los dejó ahí, pero estaban nomas así por encima, no estaban bien plantados; entonces decidimos ponerlos en un lugar donde puedan crecer mejor’, explicó Emilio.
El hombre que se ha convertido en ambientalista por decisión propia, comparte que además de pinos, también han plantado árboles frutales, con la misión de ofrecerle nueva fauna al parque.
Con los conocimientos adquiridos sobre la procuración de las áreas verdes, la pareja ha colocado alrededor de los nuevos pinos plantados una instalación rústica de goteo, a fin de mantener hidratada la fauna.
Este sistema tradicional está compuesto por una botella de plástico que es llenada por agua, la cual es perforada con un pequeño hoyo por donde se filtra el agua, que cae sobre la tierra.
Son métodos que pareciera fueron puestos por las autoridades encargadas de su cuidado, sin embargo detrás de ellos están las manos de ciudadanos que buscan aportar para mejorar el planeta.
“Las personas que nos ven, piensan que somos cuidadores pero solo estamos cuidando del lugar donde venimos a correr”, comentó Emiliano.
Sin generalizar, la pareja denunció que los servidores públicos que deberían estar al cuidado del parque, hacen mínimas o nulas labores, ‘se la pasan dormidos en una camioneta y después de un rato solo juntan un montón de ramas, se toman la foto, se van y eso es todo’, comentó Gabriela.
Lamentan que las acciones en beneficio de los lugares de recreación, sean mínimas y que no se destinen recursos físicos y humanos en darle atención al parque, también reclaman que no existan proyectos liberados por el gobierno local en beneficio de estos espacios.
También lamentaron que no exista interés y participación por parte de la población en actividades relacionadas con la conservación del bosque y los ecosistemas que habitan.
‘Son pocas las personas que realmente se preocupan por mantener el parque limpio, bonito. De 10 tal vez solo una o dos, no más’, dijo el hombre.
Ambos coincidieron en que a los visitantes les falta el valor del respeto al medio ambiente, ya que en varias ocasiones han visto como dañan el bosque, dejan basura y perjudican las acciones en beneficio de este pulmón natural toluqueño.
Información: El Sol de Toluca
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