El llamado a la solidaridad se volvió viral.
Inició como una búsqueda desesperada por un objeto querido y terminó en una historia de extorsión que sacudió a una comunidad. Un niño con autismo perdió su peluche de apego en una plaza de Tunuyán, Mendoza (Argentina), y su familia, al intentar recuperarlo, fue amenazada por una pareja que exigió dinero a cambio.
El miércoles por la tarde, Ramiro, un niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA), extravió a "Tito", su oso de peluche gris, en un parque local. Para él, el muñeco no es solo un juguete: representa seguridad, rutina, contención emocional. "Ramiro tiene TEA y todos sus logros giran a través de ese peluche... lo necesita", escribió su madre, Ayelén, en redes sociales. Desesperada, ofreció una recompensa de 100 mil pesos argentinos (unos 85 dólares / mil 630 pesos mexicanos.
El llamado a la solidaridad se volvió viral. Pero en lugar de respuestas solidarias, llegaron mensajes falsos. Luego, una pareja contactó a la familia, asegurando tener a Tito. No solo pidieron el doble de lo ofrecido —200 mil pesos argentinos (unos 170 dólares / 3 mil 270 pesos mexicanos)—, sino que amenazaron con hacer desaparecer el peluche si no recibían el dinero.
"No fueron lindos los llamados de teléfono con condiciones ni con amenazas", denunció Ayelén.
Siguieron días de intercambios tensos: llamadas, mensajes de WhatsApp reenviados, cambios constantes de condiciones. Finalmente, la familia fue citada a una vivienda del barrio Bombal. Allí, tras una negociación, se realizó la entrega. “Después de una larga negociación, tengo el peluche. Mensajes, llamadas, ofertas, condiciones, fue increíble, todo lo que provocó colocar recompensa. Pero lo tengo, y mi hijo volvió a sonreír”, dijo Ayelén al medio local 8digital.
El monto final pagado no fue revelado, pero fue menor al exigido. La madre explicó que decidieron reducir el pago ante la actitud amenazante de los extorsionadores. “Unos mensajes de WhatsApp reenviados como si la persona que puso el número fuese la intermediaria. Todo una película enorme”, relató. La pareja, dijo, justificó su accionar con frases como “el cariño que sus hijos le habían agarrado al peluche... en horas de tenerlo”.
“Su actitud y poca solidaridad obtuvo lo que merecía y no lo que pretendía. Tenemos a Tito y mi hijo está muy feliz”, cerró Ayelén. No revelará la identidad de los extorsionadores. “No daré el nombre de la persona para mostrar que soy mucho más humana que ella“.
Información: Excélsior
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