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Mantienen rezago menores que cursaron la primaria durante pandemia

Redacción 2025-07-17 - 10:29:48

Las instituciones educativas han centrado sus esfuerzos en mitigar los efectos más visibles del confinamiento.

A cinco años del inicio de la emergencia sanitaria por covid-19, egresa la primera generación de estudiantes que cursó el primer año de primaria bajo confinamiento.

Aquel cierre abrupto de escuelas obligó a millones de niñas y niños a continuar su formación en casa, en condiciones desiguales y con fuertes limitaciones tanto pedagógicas como tecnológicas.

Hoy, aunque estos estudiantes se preparan para ingresar a secundaria, los rezagos en lectoescritura, matemáticas y desarrollo emocional están presentes.

Una alumna de sexto grado, que en 2020 tenía apenas seis años, recuerda que su grupo no alcanzó a concluir el primer ciclo escolar de manera presencial. Desde su experiencia, la pandemia marcó un parteaguas en la forma de aprender y convivir, incluso cuando los salones se llenaron nuevamente.

Aunque afirma sentirse preparada para el siguiente nivel, reconoce que muchos de sus compañeros arrastran dificultades desde entonces.

‘Hasta la fecha hay niños que no saben leer bien en salones de quinto y sexto. La pandemia complicó bastante las enseñanzas’, señaló en entrevista.

Consideró que no todos partieron del mismo punto, ya que algunos de sus compañeros no cursaron preescolar, y otros enfrentaron entornos familiares que no pudieron sostener la continuidad educativa en casa.

Efectos visibles en el aula

La subdirectora de la primaria Eudoxia Calderón Gómez, ubicada en Toluca, confirmó que los efectos del confinamiento se reflejan todavía en varios aspectos del proceso de aprendizaje.

Desde su perspectiva, uno de los mayores impactos se relaciona con la pérdida de hábitos, límites y responsabilidades dentro del entorno familiar, lo que derivó en problemas de adaptación al regreso presencial.

‘El hogar se convirtió en un verdadero caos. Los niños vivieron sin reglas, sin horarios y sin responsabilidades. Eso generó dificultades para recuperar la dinámica escolar’, explicó la docente Patricia Emireth García Huicochea.

Añadió que, si bien los estudiantes han mostrado capacidad de adaptación, aún se observan problemas generalizados en la caligrafía, el trazo correcto de las letras y la memorización de operaciones básicas como las tablas de multiplicar.

En los salones de clases, las y los docentes han debido concentrar esfuerzos en desarrollar habilidades que antes se daban por sentadas.

Ya no basta con cubrir contenidos, aseguró la docente, ahora se trabaja para fortalecer competencias esenciales como la comunicación escrita, el trabajo colaborativo y la empatía, sin dejar de lado los aprendizajes académicos.

Cambios en el modelo educativo

Otro elemento que distingue a esta generación es la transición al modelo de la Nueva Escuela Mexicana, que elimina las asignaturas tradicionales para organizar la enseñanza en campos formativos y proyectos integradores.

La idea, señaló la subdirectora, es promover el aprendizaje activo, la investigación y el abordaje de problemas reales desde una perspectiva interdisciplinaria.

Los alumnos, afirmó, lograron comprender esta lógica y participar en las nuevas dinámicas de forma más ágil que muchos docentes.

Sin embargo, persiste el reto de vincular este modelo con los niveles educativos posteriores, especialmente en secundaria, donde la estructura por asignaturas aún predomina.

‘El alumno te puede contestar que está trabajando por metodologías activas, pero en secundaria hay que aterrizar con varios maestros un mismo proyecto. Es un proceso que aún se está afinando’, dijo.

Persiste la brecha

Aunque los estudiantes que egresan este año lo hacen con aprendizajes que les permitirán continuar su trayectoria, en muchos casos esas competencias conviven con lagunas importantes.

Las instituciones educativas han centrado sus esfuerzos en mitigar los efectos más visibles del confinamiento, pero las condiciones socioeconómicas y emocionales siguen marcando diferencias profundas entre grupos.

De acuerdo con organismos internacionales y evaluaciones nacionales, los rezagos en lectura y matemáticas continúan siendo significativos en educación básica.

En México, estudios como el de Proeducación han estimado que hasta uno de cada cuatro estudiantes no logró recuperar por completo los aprendizajes fundamentales tras la pandemia.

Mientras tanto, para esta generación que comenzó la primaria en el encierro y egresa en medio de una transformación curricular, el reto -de acuerdo con estudiantes y docentes- es avanzar en medio de las secuelas.

Información: El Sol de Toluca