Puebla cerca de la eutanasia, pero lejos del aval legislativo

Aunque a sólo 120 kilómetros de distancia la Ciudad de México considerará a la eutanasia como un derecho dentro de su Constitución Política, en el Congreso del estado de Puebla no hay visos de aterrizar un proyecto en este sentido, ni siquiera entre partidos de izquierda.

Cabe recordar que el PRD incluyó el tema en su Agenda Legislativa para la actual LIX Legislatura, y hasta en algún momento condicionó al PAN ir en alianza en los pasados comicios de junio pasado, a cambio de anexarlo —junto con matrimonios entre personas del mismo sexo y otros—, a la posible plataforma política conjunta.

Sin embargo, a un año y medio de concluir esta gestión camaral, la lideresa del instituto del sol azteca, Socorro Quezada Tiempo, prácticamente ha sepultado una iniciativa en este tenor por cuestiones personales.

En entrevista, reconoció que la decisión de retomar una iniciativa de esta índole está en manos del Comité Ejecutivo Nacional (CEN); sin embargo, adelantó que no estaría dispuesta a defender la propuesta.

Según la legisladora, uno de sus hermanos estuvo internado en un hospital del IMSS el año pasado, muy grave, "casi en estado vegetativo" y los doctores que lo atendían consideraron necesario desconectarlo, pues era prácticamente imposible su recuperación.

En esta relatoría, Quezada Tiempo recordó que en ese momento, si en sus manos hubiera estado la decisión, habría autorizado la desconexión; sin embargo, su cuñada tenía esa responsabilidad y se negó.

La diputada local comentó que al otro día, su hermano empezó a recuperarse, para sorpresa de los médicos y alegría de familiares y amigos, quienes ya esperaban lo peor, por lo que

"Si el enfermo, todavía consciente pide la eutanasia, será una decisión personal. Pero que un familiar tome una decisión en este sentido, se me hace  muy pesado. Te digo, por lo que a mí me sucedió el año pasado."

Una lucha legislativa, que data desde el 2010

Hace casi siete años, la entonces diputada panista, Luana Armida Amador Vallejo, presentó la propuesta de Ley de Garantías para los Enfermos en Situación Terminal, la cual planteaba la suspensión voluntaria de tratamientos médicos y su suplantación por cuidados paliativos, previo consentimiento del paciente.

El planteamiento involucraba 15 derechos básicos de los enfermos para privilegiar su integridad emocional sin contravenir el progreso natural de la muerte, una forma de conceder la facultad a su médico y parientes para interrumpir el suministro de ciertos medicamentos.

En ese entonces, admitió que estaba incluida la interrupción de la ingesta de medicinas, lo que aceleraría la muerte, pero rechazó que la propuesta de Ley tratara de promover el suicidio o el homicidio médico, sino brindar "muertes dignas" basadas en el equilibrio emocional y moral de los pacientes.

Sin embargo, la iniciativa no pasó como tampoco otra similar promovida ese mismo año por el diputado Pepe Momoxpan, la cual buscaba la aprobación de la eutanasia, con el objetivo  de que los enfermos terminales ejercieran su último acto de libertad.

Según las crónicas de aquél entonces, José Manuel Benigno Pérez Vega así lo expuso en tribuna: "esta propuesta, que bien puede disgustar en principio con ciertas visiones del mundo, parte del hecho de que la mera subsistencia sin cierto número de condiciones mínimas de calidad de vida no sólo es  un proceso lamentable que se le impone a un ser humano, sino que se traduce en una reiterada disminución y debilitamiento de su dignidad, misma que se niega rotundamente al obligársele a vivir en contra de su voluntad".

Pérez Vega planteó  tres reformas a la Constitución Política, a la Ley General de Salud y al Código de Defensa Social (actualmente Penal),  para restablecer el derecho a la persona el bien jurídico tutelado más importante: la vida; empero, el proyecto tampoco contó con la aprobación de los diputados.

Matar por misericordia es un eufemismo: Pedro Sánchez

De acuerdo con Pedro Sánchez Priego, presbítero de la Arquidiócesis de Puebla y médico cirujano, "el concepto de dignidad humana ha adquirido una especial fuerza retórica en los debates sobre la eutanasia, y ha sido usado con propósitos persuasivos especialmente por parte de aquellos que la promueven".

Sin embargo, para el también catedrático en Bioética Clínica en la Universidad Anáhuac Campus Puebla, la pregunta científica sobre la dignidad en la muerte, se ha convertido en la cuestión principal que enfrentan las contrapuestas culturas de la vida y de la muerte".

Para empezar, consideró "grave" que eutanasia y dignidad del morir prácticamente sean vistos como conceptos similares, casi iguales, cuando son diferentes y ambiguos, lo que genera confusión léxica y polarización dialéctica; además, "matar por misericordia es un eufemismo inventado para hacer más tolerable la idea de asesinar a otro ser humano con el pretexto de aliviarle sufrimientos".

En este escenario, abundó que "la terminología empleada es muy confusa, incluso para los más entendidos, hay fundadas sospechas de que en el fondo aceptar la eutanasia no es sino de los signos más claros de la llamada cultura de la muerte.

Por ello, concluyó que "la aceptación y legalización de la eutanasia, lejos de procurar el aumento de la dignidad pretendido, más bien contribuirá a embotar (debilitar) la percepción de las responsabilidades para con los enfermos terminales".

En el horizonte legislativo poblano no se ve la eutanasia, no sólo porque las plataformas de los partidos han excluido el tema, sino porque la mayoría de la sociedad no está de acuerdo... aunque todos sus integrantes saben que es una práctica común, sobre todo en hospitales públicos, donde mantener a un paciente conectado a diversos aparatos representa un gasto para el erario, para el presupuesto.