“En nuestro país el presidente Enrique Peña Nieto no representa una contraparte fuerte, decidida a hacer frente a los insultos, amenazas y humillaciones de Trump contra los mexicanos”.
El padre Alejandro Solalinde reprochó las medidas anunciadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump de levantar un muro en la frontera con México y deportar a millones de migrantes, lo cual, aseguró, demuestra que “es un enfermo social, un enfermo espiritual, un desequilibrado”.
Afirmó que en nuestro país el presidente Enrique Peña Nieto no representa una contraparte fuerte, decidida a hacer frente a los insultos, amenazas y humillaciones de Trump contra los mexicanos. Por el contrario, “él optó por negociar en lo oscurito, eso es lo peor que puede hacerle al pueblo; es una bofetada para nosotros”.
En entrevista vía telefónica con Megalópolis MX desde Ixtepec, Oaxaca, donde se encuentra el albergue “Hermanos en el Camino”, Solalinde estableció que por dichas negociaciones turbias de Peña Nieto no merece más ser el presidente de México, y planteó la necesidad de buscar otras opciones, personas que sí sean patriotas y merezcan estar a la cabeza de un pueblo.
Accesible y amable, el prelado continúo sus críticas al jefe del ejecutivo federal, al calificar como deplorable su actitud ante las acciones unilaterales adoptadas por el nuevo gobierno de los Estados Unidos.
“Hubiéramos querido tener un presidente patriota, valiente, que ame a su pueblo, defienda a su patria en el momento más duro, de más humillaciones, más amenazas, pero (Peña) no lo es”, insistió.
Delitos contra migrantes
El padre Alejandro Solalinde reconoció que lo que más le preocupa no es el muro de Trump, sino el “cinturón” del crimen organizado que se encuentra en la frontera norte de México, al esperar que lleguen los migrantes deportados o centroamericanos para secuestrarlos y extorsionarlos.
Es cierto que los migrantes de Centroamérica continúan cooptados por los cárteles de los Zetas y del Golfo, pero también por las autoridades del “Instituto Criminal de Migración”, que se ha dedicado también a negociar con los indocumentados.
Informó que se han presentado cientos de denuncias ante las autoridades de justicia por los delitos cometidos contra los migrantes, sin embargo no han hecho nada para atender los casos, al quedar encerrados en un velo de impunidad sin haberse librado órdenes de aprehensión contra los involucrados, principalmente servidores públicos.
Solalinde recordó que en un año se presentaron 411 denuncias y en otro alrededor de 200, “y de todo eso no se ha hecho nada, nunca se llega a alguna vinculación, a librar órdenes de aprehensión”.
Consideró que con la nueva política migratoria en Estados Unidos, el Instituto Nacional de Migración (INM) tendrá que dejar su aspecto policiaco y dedicarse solo a lo administrativo.
“Ya no va a tener que andar persiguiendo migrantes, encarcelándolos, deportándolos, maltratándolos, porque simplemente Estados Unidos ya no va a tener ese trato con él (INM). Lo más seguro es que la Iniciativa Mérida y todos esos financiamientos externos se acaben”, recalcó.
Nuevos albergues
El líder eclesiástico adelantó que como parte de la ayuda que ofrece a los migrantes centroamericanos, se abrirán nuevos albergues en otros estados del país para que estas personas ya no insistan en cruzar la frontera de EU en la búsqueda del sueño americano.
“No hay condiciones para brindarle a los migrantes empleo y educación, ya que ni siquiera las tiene para sus conciudadanos. Sin embargo, la sociedad civil sí puede hacer un esfuerzo, las iglesias, las empresas; si nos unimos podemos ofrecer algunas prerrogativas para quienes quieran quedarse aquí.
“De todos modos ya están en nuestra patria, son nuestros hermanos y hay que hacer algo por ellos. Yo no estoy pensando en limosnas porque ellos (centroamericanos) no son limosneros, tienen dignidad, saben trabajar.
“Lo único que hay que hacer y buscar son fuentes de trabajo, y ellos van a generar una producción que los va a beneficiar y también a México”, estableció el padre Alejandro Solalinde.
Comentó que los migrantes que llegan a su albergue “Hermanos en el Camino”, en Ixtepec, Oaxaca, alrededor de 4 mil al mes, reciben atención médica, psicológica y legal porque la mayoría son víctimas de algún delito como robo, extorsión, violación, asesinato de algún familiar y agresiones físicas.
Solalinde apuntó que los migrantes están 1 o 2 meses en el refugio porque el INM dificulta los trámites de regularización, al alargar los plazos de manera inútil, pues antes eran 17 días y ahora el tiempo es más largo por la irresponsabilidad de los cónsules.
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