La ciudadanía está inconforme por el insultante gasto de recursos de los diferentes institutos políticos, pues tan solo en 2017 cuando hay elecciones en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, les serán repartidos 4 mil 059 millones de pesos: PRI, con mil 34 millones; PAN, 782 millones; PRD, 468 millones, y Morena, 392 millones de pesos.
Con la desconfianza del 90 por ciento de los mexicanos, sumidos en una crisis interna histórica debido a la lucha por el poder, y manchados por actos de corrupción de sus militantes, principalmente ex gobernadores, los tres principales partidos políticos en México, PRI, PAN y PRD se preparan para enfrentar los comicios locales de este año en cuatro estados, y la elección presidencial de 2018.
La sorpresa en el terreno electoral ha sido protagonizada por el nuevo partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del eterno aspirante a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, que en sus primeras elecciones de 2015 alcanzó poco más del 8 por ciento, ubicándose como la cuarta fuerza política nacional, desplazando al PRD; incluso, en la Ciudad de México de golpe y porrazo se colocó en el primer lugar con nueve delegaciones y la mayoría en la Asamblea Legislativa.
El resto de los partidos “de la chiquillada” –como los calificó en el pasado “El Jefe” Diego Fernández de Cevallos”, Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social, Nueva Alianza y del Trabajo, realmente luchan por sobrevivir y no perder su registro en los próximos comicios federales de 2018 buscando alianzas “hasta con el diablo”, traicionando sus doctrinas y principios políticos.
La ciudadanía está inconforme por el insultante gasto de recursos de los diferentes institutos políticos, pues tan solo en 2017 cuando hay elecciones en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, les serán repartidos 4 mil 059 millones de pesos: PRI, con mil 34 millones; PAN, 782 millones; PRD, 468 millones, y Morena, 392 millones de pesos.
Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda en su libro “Un futuro para México”, definen perfectamente el momento que atraviesan los partidos políticos en la actualidad.
“México ha pasado del autoritarismo irresponsable, a la democracia improductiva, de la hegemonía de un partido a la fragmentación partidaria, del estatismo deficitario al mercantilismo oligárquico, de las reglas y de los poderes no escritos de gobierno al imperio de los poderes fácticos, de la corrupción a la antigua, a la corrupción aggiornata”, puntualizaron.
Los partidos políticos ocupan el sitio número 13 entre las instituciones con mayor confianza en México; el 90 por ciento de los mexicanos tiene poca o ninguna confianza en los partidos políticos, sólo el 4 por ciento de la población confía en ellos.
El 52 por ciento de los ciudadanos está poco o nada satisfecho con la actual democracia en México; 49 por ciento opina que en el país estamos más cerca de un gobierno que se impone que de uno que consulta a la sociedad, y 66 por ciento de mexicanos no confían en que las elecciones en nuestra nación sean limpias, de acuerdo con el estudio Latinobarómetro 2013.
El informe detalla que esta crisis de credibilidad que se vive en los partidos políticos no es una situación única de México, se trata de una crisis general, pero que sin duda está mucho más marcada en algunos países como el nuestro y en otros todavía más porque incluso han desaparecido completamente los institutos políticos durante largo tiempo, como lo fue en El Salvador, en Argentina y Venezuela.
Tribus controlan los partidos
Al interior de cada partido se han conformado grupos, corrientes o llamadas “tribus” que ejercen el control y el poder, así como influencia en la toma de decisiones para postular candidatos, hacer alianzas o coaliciones electorales, y dictar la línea política a seguir ante cada circunstancia.
En el Partido Revolucionario Institucional actualmente el Grupo Atlacomulco, fundado en 1946 por Isidro Fabela, mantiene el control interno y el poder a través del presidente Enrique Peña Nieto.
La cabeza visible de este sector priista que en sus mejores épocas sostuviera el fallecido Carlos Hank González, es Alfredo del Mazo González, ex gobernador del Estado de México, seguido de políticos como César Camacho Quiroz, Emilio Chuayffet, Arturo Montiel Rojas e Ignacio Pichardo Pagaza.
Aparece también el grupo de “los duros” o de la vieja guardia” al que pertenecen principalmente los ex gobernadores como Roberto Madrazo, Manuel Cavazos Lerma, Manuel Andrade, René Juárez Cisneros, José Murat Cassab, Carlos Jiménez Macías, Gustavo Carvajal Moreno, Beatriz Paredes Rangel, además del sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera y Ulises Ruiz Ortiz.
En otro lado de la esquina tricolor se ubican el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam –famoso por su frase: Ya me cansé-, quienes encabezan al Grupo Huichapan, de Hidalgo.
El grupo de los “Galileos” lo integran entre otros políticos Eloy Cantú Segovia y el tabasqueño Humberto Mayans Canabal, quien por cierto ha renunciado dos veces a las filas del Revolucionario Institucional, y las mismas que ha regresado. Se fue al Partido de la Revolución Democrática para buscar la candidatura al gobierno de Tabasco, así como al Verde Ecologista de México.
Por si fuera poco, los “juniors” también tienen su lugar en el tricolor. Se trata de los hijos de políticos encumbrados como Alejandro Murat Hinojosa, hoy gobernador de Oaxaca; Federico Madrazo, primogénito del tabasqueño y ex candidato presidencial Roberto Madrazo; Pablo Gamboa Mier, “cachorro” del coordinador priista en el Senado, Emilio Gamboa Patrón.
También José Ignacio Pichardo Lechuga (Ignacio Pichardo Pagaza); Javier Octavio Herrera Borunda (Fidel Herrera Beltrán), y Sylvana Beltrones Sánchez, hija de Manlio Fabio Beltrones.
Los tecnócratas aparecen en la estructura del PRI a través del hoy presidente nacional del partido Enrique Ochoa Reza, encargado de impulsar entre su rebaño las reformas estructurales propuestas por el primer mandatario, Enrique Peña Nieto.
En medio de inconformidades y pugnas, el Revolucionario Institucional con un padrón de militantes de 5 millones 44 mil 528, validados ante el INE, enfrentará un proceso electoral complicado en 2018.
Las encuestas lo mandan hasta el tercer lugar por debajo de Morena y el Partido Acción Nacional, lo cual le haría perder nuevamente la Presidencia de la República.
Los choques de trenes han sido evidentes en los últimos años, desde la confrontación de Roberto Madrazo que impuso su candidatura a la Presidencia en el 2000, la peor debacle electoral de 2015 cuando perdió siete gubernaturas y las demandas de renuncia de su dirigente Enrique Ochoa, por parte de un grupo de priistas como Ulises Ruiz.
El PRD y sus “hordas”, siguen irreconciliables
El panorama en el PRD no es diferente comparado con el PRI. Al interior del sol azteca también han pugnas severas por la obtención de espacios políticos y candidaturas, a tal grado que ya se formó un bloque de gobernadores de Morelos, Michoacán, Quintana Roo y Tabasco para impedir que Miguel Ángel Mancera, quien no es militante, los represente en las boletas electorales del próximo año.
El TUCOM (Todos Unidos contra Mancera) pidió a su líder nacional Alejandra Barrales “piso parejo” en la contienda interna, después de que Silvano Aureoles, de Michoacán, ha expresado sus intenciones de buscar la postulación perredista a la Presidencia, sumado a Graco Ramírez, de Morelos, y Arturo Núñez, de Tabasco.
Los jaloneos apenas comienzan en el PRD, donde por cierto, existe el mayor número de tribus u “hordas” que un instituto político pudiera tener, con al menos 14 grupos internos, lo cual hará más difícil las negociaciones para las candidaturas a puestos de elección popular del próximo año.
Actualmente quien manda en el PRD es la corriente interna Alternativa Democrática Nacional (ADN), liderada por el senador Héctor Miguel Bautista López, misma que desplazó del poder a la tribu de Nueva Izquierda o conocida como “Los Chuchos”, encabezada por Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva.
Foro Nuevo Sol (Los Amalios) que representa a la actual secretaria del Trabajo de la Ciudad de México y ex gobernadora de Zacatecas, Amalia Dolores García Medina; Democracia Social de Carlos Sotelo García, y Fuerza Democrática, fundada por el hoy delegado en Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo Román y su pareja sentimental Nora Arias Contreras, y Mauricio Toledo.
Figuran en la escena perredista la controvertida Izquierda Democrática Nacional (IDN), más popular por el sobrenombre de “Los Bejaranos”, otrora poderosa al frente del PRD, y que comanda René Bejarano Martínez, la senadora Dolores Padierna Luna y Agustín Guerrero; Izquierda Social, de Lucio Borreguin, y Movimiento Cívico que tiene como sus principales dirigentes a Mario Saucedo Pérez y Jesús Humberto Zazueta Aguilar.
Vanguardia Progresista, expresión partidista integrada por miembros del gabinete del actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, cuyo objetivo es impulsar su candidatura a la Presidencia de la República en 2018. La corriente es dirigida por Héctor Serrano, secretario de Movilidad, Alfredo Hernández Raigosa, Dione Anguiano y Eduardo Venadero.
La corriente Movimiento por la Democracia, formada por cuadros de la izquierda histórica: ex militantes del Partido Socialista Unificado de México, fue creada por Pablo Gómez Álvarez; Red de Izquierda Revolucionaria, de José Antonio Rueda y Pablo Franco;
La Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas (RUNI) fue fundada en diciembre de 2009 por la hoy dirigente nacional del sol azteca, Alejandra Barrales Magdaleno, y está liderada por el ex jefe delegacional en Tláhuac, Gilberto Ensástiga Santiago.
Unidad y Renovación (UNyR), está encabezada por el ex secretario de Transporte y ex delegado de Iztacalco, Armando Quintero Martínez, y formada por ex sindicalistas universitarios, taxistas y solicitantes de vivienda. También aparece la Unión de Colonias Populares (UCP), a cargo de Erasto Ensástiga Santiago, con presencia en las delegaciones Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco, Milpa Alta e Iztacalco.
La tribu más reciente que se conformó al interior del partido del sol azteca son “los Galileos”, encabezada por Guadalupe Acosta Naranjo, quien decidió romper el cordón umbilical de “Los Chuchos”, por las diferencias surgidas durante el manejo de la dirigencia nacional con Jesús Ortega y Jesús Zambrano, ya que éste último aceptó adherirse al Pacto Por México del presidente Enrique Peña.
El Partido de la Revolución Democrática alcanza un registro de 2 millones 590 mil 972 militantes documentados ante el INE. Empero, en los últimos años han renunciado a sus filas cuadros destacados y fundadores como Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, y recientemente “El Jaguar” Armando Ríos Piter.
Al respecto, el líder de la bancada perredista en el Senado, Miguel Barbosa, luego de la dimisión a las filas del partido de Ríos Piter, reconoció que el PRD no tiene una ruta bien establecida para el 2018. “Acepto que tenemos una crisis interna”.
Ante esa situación propuso una transformación tanto en el mediano plazo, para 2018; como en el largo plazo, para el 2024. “Espero el mejor cambio posible. Y la coyuntura dependerá del candidato, la estrategia política", estableció.
Acción Nacional tan cerca del poder, pero muy divididos
En el terreno panista la situación no es diferente a la del PRI y PRD; hay grupos que controlan y toman decisiones en torno a la línea política a seguir, impulso de candidaturas para ciertos personajes, y también confrontaciones de cara a los comicios federales de 2018 donde se perfilan, hasta ahora, cinco personajes.
Los tres grupos preponderantes en el blanquiazul son el calderonista encabezado por el expresidente de México, Felipe Calderón; el maderista, del chihuahuense Gustavo Enrique Madero Muñoz, y el anayista liderado por Ricardo Anaya Cortés, que fue cobijado por liderazgos como Ernesto Ruffo Appel, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel Miranda.
Del lado calderonista se ubican personajes como Ernesto Cordero, los senadores Javier Lozano y Roberto Gil Zuarth, su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo, a quien tratará de empujar hacia la postulación de Acción Nacional a la presidencia en 2018.
Con Gustavo Madero y su corriente aparecen el mexiquense Ulises Ramírez, la senadora Laura Rojas, José Luis Luege Tamargo, Francisco Javier Cabeza de Vaca (gobernador de Tamaulipas), Enrique Cambranis y Héctor Mendizabal.
De igual forma, el sobrino del adalid de la democracia mexicana Francisco I. Madero, sigue contando con el respaldo de gran parte del ala doctrinaria conocida como El Yunque, entre ellos Cecilia Romero y Marco Antonio Adame, ex gobernador de Morelos.
Estas corrientes han generado confrontaciones por el control del partido, lo cual ocasionó el fracaso electoral sufrido en los comicios federales de 2012, donde perdió la Presidencia de la República con Josefina Vázquez Mota como candidata, gubernaturas, capitales y municipios emblemáticos.
De ahí la urgencia de emprender un profundo proceso de reestructuración interna con el que busque “reinventarse” frente a sí mismo y hacia la sociedad mexicana. No obstante, hay diferencias marcadas entre las distintas fracciones blanquiazules, como el hecho de que no perdonan a Madero Muñoz la adhesión del PAN al Pacto Por México convocado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Para las elecciones venideras, el partido albiazul reporta en su página oficial un padrón de militantes de 483 mil 666; sin embargo, en la lista obtenida del Instituto Nacional Electoral (INE), la cifra es de apenas 220 mil 568.
En Morena, AMLO no es el único líder
Al interior de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) si todos pensaban que el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador era el amo y señor del partido, se equivocaron, pues “los enanos del circo le crecieron”.
Martí Batres Guadarrama, famoso por el escándalo de la leche “Betty”, decidió ir ganando adeptos para su corriente y mantiene de su lado al actual coordinador de la bancada de Morena en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, César Cravioto, ya que recientemente alzó la mano para decir que quiere competir en los comicios locales para suceder a Miguel Ángel Mancera.
Por otro lado, comienza a haber una escisión al interior de la ALDF donde la iztapalapense Aleida Alavés encabeza la rebelión, y muestra de ello la dio el pasado mes de diciembre cuando junto con cuatro asambleístas se abstuvieron de votar el Presupuesto 2017 de la Ciudad de México, a pesar de un acuerdo interno para respaldarlo en el Pleno.
En tanto que el zacatecano Ricardo Monreal Ávila, jefe delegacional en Cuauhtémoc, también comienza a mover sus piezas, de cara a obtener la candidatura del Movimiento para el gobierno de la Ciudad de México. Para ello ha hecho acuerdos con el diputado capitalino Néstor Núñez, hijo del gobernador de Tabasco, Arturo Núñez.
Finalmente, la delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, comenzó a formar su propia corriente con el respaldo de Andrés Manuel López Beltrán, hijo de “El peje” López Obrador, lo que sería una señal de quien decidiría postular este último a la candidatura para el Gobierno de la Ciudad de México.
Este partido reportó una militancia acreditada ante el árbitro electoral de 496 mil 729 personas en todo el país, logrados en tres años desde que obtuvo el registro como fuerzas política a nivel nacional.
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