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Las tribus acabaron con el perredismo tlaxcalteca

Pedro Morales 2017-03-27 - 07:40:56

Durante el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya, se reflejó el PRD más populista que nunca, creó más de 200 ONGs y se despachó con la cuchara grande, pero borrachos de poder, los senadores, diputados federales y locales del sol azteca no tuvieron idea de qué significa ser de izquierda en el siglo XXI.

El PRD en Tlaxcala vive su peor momento al ubicarse en el quinto lugar en la preferencia electoral, luego de la votación de diputados federales y en cuarto, tras la elección de gobernador.

En la actualidad, solo queda el “cascarón” de lo que fue. Las tribus se llevaron poco a poco la “proteína” y de esos restos sigue la “fuga” hacia Morena, que significa el último bastión para las izquierdas de la entidad.

Parece que fue ayer, cuando la entonces gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Elena Paredes Rangel incluyó la Corriente Democrática al interior de su partido, el PRI, aún no se vislumbraba el rompimiento de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.

En ese entonces, dentro del tricolor, varios miembros se sintieron agraviados al ver una contradicción entre el discurso y las políticas reales del gobierno, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, este grupo de priistas disidentes formaron la Corriente Democrática del Revolucionario Institucional.

En el estado, Beatriz Paredes en automático retiro de su discurso de gobernadora de la frase de Corriente Democrática del PRI, sin embargo, el daño ya estaba hecho y no le permitieron acabar su sexenio y la mandaron de embajadora a Cuba.

A esta escisión del tricolor se sumó el Partido Mexicano Socialista (PMS) que, a su vez, había conjuntado diversas organizaciones: el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), dirigido por Heberto Castillo y José Álvarez Icaza.

Por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Arnoldo Martínez y Gilberto Rincón Gallardo; el Partido Patriótico Revolucionario (PPR), de Camilo Valenzuela y Jesús Zambrano; y el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), dirigido por Carmelo Enrique, entre otros.

Más adelante se sumaría el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que tenía entre sus líderes a Jesús Ortega, Carlos Navarrete y Graco Ramírez.

Cabe destacar que, dichos líderes fueron los verdaderos fundadores en Tlaxcala del PRD, porque llegaron a realizar una reunión en el auditorio del Cecati, en la capital del estado que fue encabezada por Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo.

Aunque la mayoría de los grupos que dieron pie al nacimiento ya habían competido en las elecciones presidenciales de 1988 bajo las siglas del Frente Democrático Nacional -con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato-, los primeros comicios federales en los que participó el sol azteca como organismo fueron las votaciones intermedias de 1991.

Contla de Juan Cuamatzi, el primer golpe perredista

En Contla de Juan Cuamatzi se ubica a los llamados perredistas de la “vieja guardia”, Ubaldo Lander Corona, Eustolio Flores Conde, Pedro Cocoletzi, Narciso Xicohténcatl, entre otros, llevaron al PRD a su primer triunfo en dicha localida, al arrebatar la presidencia municipal el PRI.

Se recuerda a Pedro Cocoletzi por su acto temerario de colocar una capucha negra en el hombro de Salinas de Gortari, en una gira que realizó en Tetla de la Solidaridad, pese a la presencia de elementos del Estado Mayor Presidencial, ahí se ganó las simpatías.

Pero eso fue al inicio, ya que la historia del sol azteca en Tlaxcala ha sido escrita por el oportunismo y no por el trabajo político o de organización de la dirigencia o de la militancia.

Un quemante sol azteca

En 1986, la izquierda estaba representada por 5 partidos políticos que en conjunto no alcanzaban más de 2 por ciento del total de la votación, mientras el PRI se alzaba con 172 mil 940 votos, el PSUM (2 mil 894), PPS (408), PST (240) y PRT–PMT (214).

La participación del Frente Democrático Nacional en 1988 elevó 3.5 veces las preferencias por la izquierda; 13 mil 328 votos que aportaron básicamente 5 municipios: Papalotla (2 mil 292), Totolac (mil 376), Tlaxcala (mil 343), Zacatelco (mil 154) y San Pablo del Monte (mil 76).

En la elección federal de 1994, el PRD participó como partido, al obtener en Tlaxcala 54 mil 29 votos que representaban 15.73 por ciento del  total, aunque en la elección local del mismo año solo gana una presidencia municipal: Mazatecochco.

El saldo de la elección federal coloca al de la Revolución Democrática como segunda fuerza en Amaxac, El Carmen Tequexquitla, Ixtenco, Contla, Sanctórum, Nanacamilpa, Acuamanala, Panotla, Tenancingo, Terrenate, Tetlatlahuca, Zitlaltépec, Xaloztoc y Papalotla.

La elección local de 1998 aprovechó la coyuntura de una Reforma Electoral que dejó abierta la posibilidad de que una misma persona fuera registrada como candidato por varios partidos, quienes no aparecen en la boleta juntos, sino por separado y al final se suman los votos.

Las posibilidades de que los partidos de oposición al PRI fueran coaligados habían sido planteadas por varios organismos ciudadanos, lo que fue aprovechado por la dirigencia del PRD para convocar a la formación de una alianza.

Con un candidato del PRI, 3 partidos fueron por la izquierda (PRD–PT–PVEM), lo que les permitió sumar 150 mil votos, de los que 90 mil 416 fueron aportados por el PRD, con lo que se convirtió en la primera fuerza y en gobierno con Alfonso Sánchez Anaya.

El triunfo del sol azteca en el estado, fue consecuencia de los cambios que en la estructura ciudadana provocó la economía industrial, la urbanización y la educación que incidieron en el surgimiento de la “ruptura” en el partido gobernante, pero no alcanzó para construir un proyecto de izquierda.

Durante el sexenio de Sánchez Anaya, se reflejó el viejo PRI, pero más populista que nunca, creó más de 200 ONGs y se despachó con la cuchara grande, pero “borrachos” de poder, los senadores, diputados federales y locales del PRD no tuvieron idea de qué significa ser de izquierda en el siglo XXI.

Alfonso Sánchez Anaya trató de imponer a su esposa Mary Carmen Ramírez como candidata a la gubernatura, pero su propuesta le costó su capital político, tan es así que abandonó las filas del sol azteca para refugiarse en Morena y sentirse “arropado” por Andrés Manuel López Obrador.

Ladies del PRD

Dos “clavos ardientes” de poder fueron clavados en el corazón del PRD, en medio del surgimiento de las llamadas “corrientes ideológicas”, que para los tlaxcaltecas y lo poco que quedaba del perredismo se llamaron y les siguen llamando “tribus”.

Es claro que el mayor temor de los militantes es que los dejen colgados de la brocha como lo hicieron sus dos últimas candidatas al gobiernos del estado, Maricarmen Ramírez García y Minerva Hernández Ramos.

La primera dejó al de la Revolución Democrática y se fue a Morena, acompaña la formación del Frente por Tlaxcala, y reaparece en MC.

La declinación de Minerva Hernández le gana ser diputada federal plurinominal por el PAN, ante lo que la excandidata al gobierno, Adriana Dávila Fernández dijo: “Cuando me dijeron que ella sería impulsada por esa circunscripción, lo que yo dije es que no conocía a ninguna Minerva Hernández Ramos que tuviera residencia de al menos seis meses en el Estado de México”.

El “salto” de Maricarmen Ramírez era también por una diputación, solo que más pequeña, su afiliación al MC le permitiría ir en primer lugar de la lista de plurinominales y garantizar su entrada a la mini Cámara durante 1 año y 8 meses.

Pero no logró su objetivo y la política toluqueña va de “derrota en derrota”, sin sumarse, abiertamente a su marido Alfonso a las filas de Morena, aunque hay quien apuesta que no tarda en “emigrar” a la campaña que ya realiza AMLO por el país.

El canibalismo

Desde el inicio del PRD, las tribus se han agrupado en tres grandes fracciones: PRD–PAN, PRD–PRI y PRD–PRD, las que se alinean conforme soplan los vientos, pero la verdad es que se van con el canto de las sirenas y sobre todo de los presupuestos.

Antes de 2018, en este momento, el grupo de mayor visibilidad es el del PRD–PRI, que cuenta con varios funcionarios públicos en la administración del gobierno.

De la fracción PRD–PAN saldrán candidatos a diputaciones federales, aunque la senaduría es la “quimera” de quienes permanecen fieles y que en cada elección ven cómo desde el centro les imponen a candidatos y candidatas.

Prevalecen las tribus de Nueva Izquierda (NI), Izquierda Democrática Nacional (IDN), Unidad Democrática Nacional (UDN), Unidad Nacional de las Izquierdas, Mejores Cuentas, Frente de Izquierda Democrática (FIP), Red Joven, Frente de Izquierda Democrática (FIP), Foro Nuevo Sol, Red Joven y la más reciente es la de Los Social-Demócratas.

El exdiputado y exalcalde recientemente desaparecido, víctima de un infarto, Rafael Molina Jiménez renunció al sol azteca, donde militó durante 20 años porque no estaba a favor de la imposición de candidatos.

En su momento, reveló que estaba desilusionado por la traición a los ideales que dieron origen al PRD, además por el “agandalle” que persiste en los grupos y la falta de liderazgo que permita cohesionar a la militancia antes de pensar en “saciar” sus intereses personales.

El expresidente estatal del sol azteca Hugo Mexicano Salvador, el exdiputado local y federal José Humberto Vega Vázquez, el exdiputado local Juan Calyecac Cortero, la secretaria de Equidad de Género del CEE del PRD Lucía Hernández, la dirigente de la organización civil “Mujeres con el sol en el corazón”, Sotera Vázquez y Ebert Silva crearon una nueva Corriente al interior del PRD-Tlaxcala, denominada Corriente Social Demócratas.


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