Cuesta arriba en Morelos; van por la gubernatura y la presidencia

Para el líder y fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, las elecciones de 2018 son decisivas, sobre todo en Morelos, donde le ganó de calle a Felipe Calderón del PAN; y Roberto Madrazo Pintado en 2012.

En ese mismo año, la participación de AMLO por parte del PRD en los comicios fue de gran ayuda para varios solaztequistas, ya que se obtuvieron muchos triunfos, entre los más destacados el del gobernador Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, quien no solo se desvinculó de su paisano tabasqueño, sino que además de traicionarle se puso a la disposición de Enrique Peña Nieto, inició un ataque constante y permanente contra “El Peje”.

Sin embargo, el rumbo a 2018, en el escenario de Morena, se ve complicado. Exmilitantes del PRI, PAN y PRD lo consideran un buen “refugio” ante las posibilidades que pueden tener de sobrevivencia individual si logran alguna candidatura plurinominal o en algún distrito o municipio donde tengan alguna representación importante.

Los infiltrados

Se dice que ahora que Morena y AMLO están en los cuernos de la luna, el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto y el estatal perredista de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, iniciarán los ataques y la división al interior de este instituto político para frenarlo y evitar que puedan ganar en la elección de 2018.

Asimismo, en 2015, a un año de su creación, más de 200 miembros del municipio de Jiutepec, encabezados por Santiago Morales Vergara, renunciaron al partido, al señalar a López Obrador de corrupto por imponer a candidatos y mentirosos, así como de engañar a los ciudadanos con promesas que no cumplirá.

En busca de aliados

En cuanto a la gubernatura de Morelos hay quien dice que cualquiera de los senadores (Salazar o Demédicis) pudiera ser candidato de Morena. Ambos han tenido el mal tino de apoyar a personajes indefendibles como lo son los de Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (el anarquista cristiano Javier Sicilia, el rector de la universidad estatal: Alejandro Vera y el suspirante a la presidencia Emilio Álvarez Icaza, entre otros) y los de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (Gerardo Becerra y Dagoberto Rivera Jaimes, entre otros).

Estos últimos y el rector Vera, por cierto, asistieron a un desayuno convocado por el obispo de Cuernavaca Ramón Castro y Castro en marzo, donde también se presentaron dos panistas (uno diputado y otro exdiputado que quiere gobernar Morelos), un diputado del PRI (Matías Nazario), el presidente municipal de la capital del estado, Cuauhtémoc Blanco, su secretario técnico (José Manuel Sanz Rivera) y el senador de Morena (antes del PRD) Rabindranath Salazar y su entenado político, Miguel Enrique Lucía Espejo, presidente estatal de Morena.

Identificados y aliados por su oposición al gobernador Graco Ramírez y al presidente estatal del PRD Rodrigo Gayosso.

Donde además acordaron unidad y juego limpio rumbo a las elecciones de 2018.

Aunque no sería de sorprenderse que Morena-Morelos busque, al igual que el PRD en otros estados, aliarse con el PAN y/o con el PRI y hasta con la iglesia Católica para ganar la gubernatura y otros cargos de elección en 2018.