Hidalgo, bajo la inclemencia de las lluvias y desinterés gubernamental

Octubre de 1999 es recordado por los hidalguenses como la época cuando Metztitlán y Tulancingo quedaron bajo el agua, debido a las fuertes lluvias, como resultado de ello, viviendas e infraestructura educativa, de salud y comunicaciones fueron destruidas.

Desde entonces, una de las áreas que se ha buscado fortalecer es la de Protección Civil, y el departamento encargado de ella pasó de ser una dirección a una subsecretaría, pero el hilo siempre se rompe por lo más delgado y en este caso, son los municipios quienes han hecho caso omiso a tener entre su organigrama una dependencia que maneje esta tarea.

La queja más constante es que los alcaldes han minimizado el trabajo que se realiza en este tipo de unidades, por lo cual en algunos casos no existe, en otros no se cumple con el perfil y en unos más, las tareas que se realizan son equivocadas.

Los Atlas de Riesgo son una parte fundamental para esta labor, señala el subsecretario de Protección Civil y Gestión de Riesgos, Miguel García Conde, quien también apuntó que de los 84 ayuntamientos solo 21 cuentan con esta herramienta.

El funcionario indicó que el primero que se implementó en la entidad fue en 2011, en Pachuca y se hizo una actualización en 2007, con apoyo del Instituto de Geofísica de la UNAM.

Obligación de los alcaldes actualizar Atlas de Riesgo

En 2016, se instó a los regidores a realizar dicha herramienta por medio de la Sedatu, solicitud que puede absorber el gasto hasta 70 por ciento, por lo cual los ayuntamientos solo tenían que disponer de alrededor de 150 mil pesos.

Las localidades que ya cuentan con esta herramienta son: Pachuca, Mineral de la Reforma, Huejutla, Actopan, y Tlaxcopan. “Esta es una obligación local para los alcaldes desde que fueron electos, en la capacitación les dijimos la importancia del Atlas, se les indicaron los mecanismos para actualizarlos. El municipio es autónomo y finalmente, las consecuencias que pueda generar la falta de este las tendrá que asumir cada presidente”, destacó.

Otra de las opciones que se les ha dado a los munícipes es la capacitación que en conjunto con el Inegi se les ha ofrecido en materia de mapas de riesgo, los cuales señala el funcionario “les ayuda a prevenir o atender cualquier tipo de contingencia”.

En cuanto a la temporada pluvial, Hidalgo tiene una preparación continua. El 4 de mayo se instaló el Consejo Estatal de Protección, el cual quedó conformado por el gobierno, sociedad civil, sectores y organizaciones públicas y privadas.

Asimismo, se cuenta con el Comité Estatal de Emergencias, que sesiona todos los jueves para prevenir y mitigar efectos de la lluvia. “Estamos en contacto con los 84 municipios. Hay un grupo de WhatsApp de los directores y titulares, a quienes se les hizo llegar el

oficio de las medidas a asumir para estar preparados en la temporada de aguaceros”.

Hidalgo, abandonado en materia de Protección Civil

El estado ha sido uno de los más afectados de manera grave por los fenómenos hidrometeorológicos y de 1988 a 2013, se han resentido al menos 13 fenómenos entre huracanes, depresiones, tormentas y onda tropicales.

Las zonas de mayor vulnerabilidad ante un evento de estos, sostuvo García Conde son la Sierra, la Huasteca y la Sierra Gorda, que si bien no son inundables tienen riesgos geológicos asociados a las lluvias, entre estos, derrumbes, flujos y deslizamientos.

En tanto, que en el altiplano, señaló, hay presencia de tormentas eléctricas, granizada, tornados, vendavales, además de llanuras inundables. En el Valle de Tula - Tepeji, hay presas, ríos, canales y bordos, los cuales originan distintos polígonos de alarma en la localidad.

Mientras que en las áreas metropolitanas el problema es la basura, de esta manera cada municipio tiene diferente vulnerabilidad.