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Foto: Megalópolis

Agoniza en Calpulalpan producción de pulque, solo queda un tinacal

Pedro Morales 2017-10-01 - 11:31:45

El llamado de alerta fue lanzado por el cronista de Calpulalpan, Alejandro Martínez Contreras quien dijo que “en Calpulalpan los tinacales ya desaparecieron, son historia”.

El destino ya alcanzó a la producción pulquera en Calpulalpan, la decadencia de la industria pulquera comenzó con la sobreexplotación del maguey, ahora mismo solo queda un tinacal y tres tlachiqueros, todo desapareció.

El llamado de alerta fue lanzado por el cronista de Calpulalpan, Alejandro Martínez Contreras quien dijo que “en Calpulalpan los tinacales ya desaparecieron, son historia”.

“Solo sobrevive uno y se ubica en la hacienda de San Bartolomé del Monte, y de los 20 millones de pulque que se producían mensualmente, en la actualidad solo si acaso se llega a los dos mil en ese tinacal”, explicó.

El investigador dice que el maguey prácticamente desapareció en la zona, únicamente sobreviven unos pocos en el interior de la hacienda de San Bartolomé, pero miles de plantas han sido afectadas mortalmente por los saqueadores del mixiote.

Indicó que hay que reconocer que la familia Del Razo, de Nanacamilpa, son los únicos que se preocuparon por la preservación del maguey, ya que la reforestación con esta planta maravillosa es letra muerta, al menos en Calpulalpan.

Refirió que casi extintos se encuentran los tradicionales tinacales que en la época dorada de la industria del pulque, que en pocos años será historia para las nuevas generaciones, dieron vida a esta actividad preponderante de la región del Altiplano, la cual la caracterizó en los ámbitos nacional e internacional.

Por décadas, la mayoría de los municipios que integran esta zona basaron su actividad comercial, a la par de la agricultura y la ganadería, con la producción de pulque, que en los años 50, 60, 70 e incluso 80 todavía registraron su mejor época.

No sólo de producción de miles de litros diarios que embarcaban en barricas en los furgones del tren a la Ciudad de México, sino también en una actividad bastante remunerada que daba empleo y sustento a miles de familias de esta región.

Varias fueron las personas que literalmente se enriquecieron con esta actividad, de la que formaron emporios a través de cantinas y pulcatas en el Distrito Federal, principalmente los propietarios de ranchos,

Pero también los dueños de grandes extensiones de terrenos atiborrados de magueyes que producían y comercializaban la bebida embriagante a costa de los famosos tlachiqueros, quienes recolectaban el aguamiel mediante la raspa de la planta y lo vendían a éstos a cambio de unos cuantos pesos por litro, con lo cual sostenían a sus familias.

La decadencia de la industria pulquera comenzó con la sobreexplotación del maguey, el cual no aguantó muchos años el hecho de que ningún productor pensara a futuro y reforestara las tierras donde en un tiempo estuvieron repletas de este tipo de agave.

Aunado a esta situación, la industria del tequila que se comenzó a poner de moda, empezó a ganar terreno a la comercialización y consumo del néctar de los dioses que en la década de los ochenta comenzó su decadencia.

Los tlachiqueros dejaron de raspar y producir aguamiel que de por sí no era bien remunerada para ellos; el consumo del producto en las grandes ciudades mermó, lo que originó el cierre de muchas pulquerías que vendían por litro la bebida tanto al natural como en curado, y de donde salieron muchos mitos de esta bebida que perdió popularidad..

La competencia con los vinos y licores vino a agravar la situación que para los años noventa ya los grandes productores de plano desaparecieron, sólo quedaron medianos y pequeños pulqueros que con el tiempo fueron despareciendo gradualmente.

En la actualidad, son contados los lugares donde se puede comprar pulque en la región, porque quienes todavía conservan esta tradición prehispánica básicamente es gente de la tercera edad, quienes lo elaboran de forma casera ya sea para su consumo personal o para la venta entre sus conocidos.

Productores locales aseguran que cada vez son menos los consumidores de esta ancestral bebida, a pesar de que es barata, natural y tiene "poderes afrodisiacos".

En las cantinas, dicen, los consumidores prefieren pagar una cerveza u otras bebidas alcohólicas, en vez que ésta, que cuesta entre 7 y 15 pesos el litro.

Carlos Hernández Periañez, es el último de los productores de pulque, afirma que los jóvenes de ahora no conocen la bebida y, cuando llegan a ingerirla, sólo lo hacen para verse exóticos o por moda.

"¡Ah!, y sólo beben curaditos de alguna fruta o semilla", abunda.

En los municipios como Nanacamilpa, Tlaxco o Altzayanca, refiere, se han organizado ferias especiales para mejorar la venta del pulque, pero la falta de promoción ha ocasionado que la bebida venga a menos.

Muestra su centro de trabajo, el último tinacal de Calpulalpan, en el interior de la haciende de San Bartolomé del Monte,  donde tiene algunos utensilios que utilizaban sus padres para hacer la bebida, como el cuero de una res, un acocote original y unas castañitas viejas, recuerda que hace 10 años había por lo menos 24 tinacales en la región, y hoy todos desaparecieron.

"Yo aquí sigo. Este fue el negocio de mi padre y los dueños de la hacienda; él nos mantuvo de las ventas del pulque. Llegábamos a vender hasta tres mil litros diarios; dábamos dos vueltas, en la mañana y al medio día, porque se vendía muy bien en Puebla y el Distrito Federal".

"Yo me quedé en la hacienda a cuidar y a continuar con la producción, aunque cada vez es más difícil, porque ya casi no se consume, ya los magueyes se acabaron y los saqueadores del mixiote hasta se brincan la barda dentro de la hacienda, para robarse el mixiote", lamenta.

Bautista Jiménez indica que una de las cosas que más le preocupan es la depredación del maguey, de cuya planta se extrae el agua miel o néctar que da paso a la producción del pulque.

"Esta planta cada vez es más escasa; vienen las bandas y se roban el mixiote y destruyen el maguey, pues lo mutilan, y prácticamente se muere, se seca", denunció.

Y es que, pese a que existe una ley estatal que promueve su protección, la realidad es que ninguna autoridad local o estatal vigila su cumplimiento.

En la época prehispánica, el Ixtac octli o licor blanco en náhuatl, estaba restringido a rituales, reservaban su consumo para los reyes, nobles y sacerdotes.

La bebida se produce de la fermentación del aguamiel, jugo extraído al raspar el corazón del maguey, el municipio de Calpulalpan llegó a ser el principal productor del aguamiel, 2o millones de litros al mes y se consumía en el centro del país.

Ahora solo queda un tinacal, con tres tlachiqueros, uno de ellos muy enfermo, otro que recientemente fue agredido a golpes y que no puede trabajar, de tal forma que en Calpulalpan solo un tlachiquero trabaja en el último tinacal.

En su interior, solo hay dos tinas y una producción de dos mil litros al mes, “ya se acabó el pulque en Calpulalpan”, aseguró.