Persisten secuelas psicológicas y de salud a un mes del S-19

Al cumplirse un mes del trágico terremoto de 7.1 en la Ciudad de México aún prevalecen secuelas psicológicas y médicas entre los habitantes que sufrieron el embate de la naturaleza, por lo que autoridades del sector salud –federal y estatal- deben realizar una campaña entre niños, adolescentes y adultos que no logran superar el estrés post-traumático.

Así lo aseguró Fernando Avilez Tostado, presidente nacional de la Fundación “No Más Negligencias Médicas”, luego de señalar que se detectó en escuelas primarias que persisten conductas de temor, zozobra, inquietud, irritabilidad e, incluso agresión, que pudieran ser derivadas de las situaciones que vivieron los habitantes por el movimiento de tierra.

Explicó que entre los adultos –particularmente los mayores- también persisten síntomas de angustia ocasionado por los sismos que se pueden reflejar en insomnio, irritabilidad, tristeza y abandono, ante el sentimiento de impotencia que dejó en su ánimo tras los sismos.

“Encontramos casos que algunas personas han optado por dormir en patios y otros sitios al aire libre por un sentimiento de terror”, comentó Avilez Tostado.

Ante esa situación, dijo, es urgente que las autoridades del sector salud, en coordinación con las instituciones de educación y atención social, inicien jornadas que lleguen a todos los sectores de la sociedad; primero para detectar a las personas que pudieran necesitar ayuda psicológica o médica y, posteriormente para atenderlos médica, así como psicológicamente por expertos y especialistas.

Sostuvo además que tiene documentados algunos casos de maltrato e inclusive negligencia médica de pacientes del sismo en instituciones públicas del sector salud.

Por ello, indicó, es necesaria la capacitación, actualización y fortalecimiento del desarrollo humano del personal de hospitales y clínicas médicas.

Fernando Avilez adelantó que presentará un documento a la Cámara de Diputados para establecer mecanismos de detección y atención oportuna a personas que aún sufran las consecuencias físicas y psicológicas del S19, porque para ellos la vida diaria se ha vuelto un “infierno” del que desean salir para retomar su vida con normalidad.