Traiciones y “fuego amigo”, el saldo de las precandidaturas

Traiciones, humillaciones y frustraciones es el saldo que dejó el primer paso para elegir a los precandidatos de las distintas fuerzas políticas a la presidencia de la República, donde los grandes perdedores fueron Miguel Ángel Mancera Espinosa, Rafael Moreno Valle Rosas y Miguel Ángel Osorio Chong.

Mancera fue traicionado por la dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno, quien junto con algunos líderes como “Los Chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, negociaron mal –o quizás por así convenir a sus intereses–, quién llevaría la mano para la candidatura del Frente Ciudadano por México (FCM).

El jefe capitalino tenía preparadas las maletas para dejar el gobierno de la Ciudad de México entre el 8 y 10 de diciembre, pero la prisa por registrar al FCM ante el INE y el “autodestape” o “autoimposición” del panista Ricardo Anaya Cortés, echaron todo por la borda, y éste último se proclamó el candidato del Frente Opositor.

Éste último se salió con la suya de eliminar “enemigos políticos” internos a su paso por la presidencia del CEN de Acción Nacional, desde donde construyó de manera mañosa el camino para autoerigirse como el elegido del Frente Ciudadano por México.

En la casa del Revolucionario Institucional las cosas no fueron diferentes, ya que la decisión presidencial de Enrique Peña Nieto de inclinarse por el extitular de la SHCP, José Antonio Meade Kuribreña, “descarriló” las aspiraciones del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong de llegar a Los Pinos en 2018.

López Obrador apacigua a Ricardo Monreal Ávila

Para el caso de Morena, la fractura entre Claudia Sheinbaum Pardo y Ricardo Monreal Ávila fue evidente, luego de que la exdelegada de Tlalpan ganara una encuesta de dudosa procedencia, la coordinación general del partido en la capital.

El político zacatecano hizo berrinche, pataleó, lloró y amenazó con dejar al instituto si no se reponía el proceso interno. Fueron varias semanas de la misma cantaleta, pero al final el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, lo llamó a cuentas en una reunión privada, de la cual seguramente fue mágica y convincente.

Después de ese encuentro entre ambos políticos, Monreal Ávila modificó el tono de su discurso, se aplacó con sus advertencias de irse al Frente porque “ahí sí lo querían como su candidato”, y primero dijo que dejaría la delegación Cuauhtémoc para irse a descansar, a leer libros.

Luego cambió de parecer, precisamente el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, quien le hizo el milagrito de sentirse fuerte, con vigor y ganas de apoyar e impulsar desde cualquier trinchera donde lo colocaran, la campaña del precandidato presidencial AMLO.

El 14 de diciembre, Miguel Ángel Mancera hizo un último intento por convencer a Ricardo Monreal de participar en la contienda por la jefatura capitalina, vía PRD, pero el zacatecano declinó la invitación y prefirió seguir con la casaca morenista en apoyo a López Obrador.

Dedazo tricolor a favor de Mikel Arriola Peñalosa

Donde también hubo sorpresas y cambio de señales muy drásticas fue en el PRI de la Ciudad de México, pues sorpresivamente apareció otro aspirante ciudadano como Mikel Arriola Peñalosa para lanzarse como candidato tricolor en la sucesión de Mancera Espinosa.

Esto causó molestia en más de uno, como el diputado local priista Adrián Rubalcava Suárez, quien dijo prácticamente que había otros cuadros del partido con más méritos que el exdirector general del IMSS, como José Narro Robles o el propio Aurelio Nuño Mayer –hoy convertido en coordinador de campaña de José Antonio Meade–.

El exdelegado en Cuajimalpa confió en corto que él hubiera sido mejor candidato que Arriola Peñalosa, pues presumió que tiene experiencia en la administración pública y cuando fue titular de dicha demarcación obtuvo el primer lugar como la mejor gestión, de las 16 delegaciones políticas.

Sin embargo, la decisión desde arriba (Los Pinos y el Comité Ejecutivo Nacional) estaba tomada, el expelotari de Jai Alai irá como el “caballo negro” con uniforme tricolor por la candidatura a la titularidad de gobierno de la Ciudad de México, con el respaldo de los sectores del partido (obrero, campesino y popular), así como de jóvenes, movimiento territorial y mujeres.

El pasado viernes Mikel Arriola solicitó su registro formal en la contienda interna del PRI al gobierno de la capital, durante un evento en la sede nacional del partido, donde salieron a relucir las viejas prácticas del acarreo de “borregos” provenientes de varias delegaciones, así como del Estado de México, principalmente Ecatepec –tierra dominada por Eruviel Ávila Villegas–.

Frente PAN-PRD-PC se la juega con Ricardo Anaya

Una vez que se consumó la autoimposición de Ricardo Anaya Cortés como precandidato del FCM, el panista intentó limar asperezas con Miguel Ángel Mancera ofreciéndole, a través de su equipo, el cargo de jefe de gabinete en la presidencia de la República, en caso de ganar los comicios de 2018.

La posición no existe todavía en el Poder Ejecutivo, pero es parte de lo planteado dentro de la coalición registrada ante el INE, recordó el periodista Raymundo Riva Palacio en su columna publicada en El Financiero.

Agregó que también se prevé en el bloque del PRD-PAN y MC la repartición de posiciones electorales, redondeadas, con 49 por ciento para Acción Nacional, 33 por ciento para el sol azteca, y 17 por ciento para Movimiento Ciudadano.

La coalición va más allá. Incluye los fundamentos para un gobierno realmente de coalición, donde haya equilibrios y posiciones de Estado conjuntas. Todo el gabinete tendría que ser sometido a aprobación del Senado, para evitar complicidades y amiguismos, y se crearía la jefatura de gabinete, en la forma de una secretaría de la presidencia, apuntó Riva Palacio.

Sin embargo, Mancera no confía en Anaya, toda vez que el panista tiene fama de “traidor”.

El joven queretano también le dio la espalda al expresidente nacional del blanquiazul Gustavo Madero, ya que no le cumplió lo supuestamente prometido de nombrarlo coordinador de los diputados federales y en su lugar colocó a Marko Cortés, siendo que el chihuahuense lo dejó al frente del CEN azul.

Tablero político listo para 2018

Con el ungimiento de Ricardo Anaya como aspirante a la candidatura presidencial por la coalición Por México al Frente del PAN, PRD y MC, quedó prácticamente lista la boleta electoral de 2018.

El tablero político estará conformado por el extitular de la SHCP, José Antonio Meade, en la coalición PRI, PVEM y Nueva Alianza; Andrés Manuel López Obrador, por Morena, PT y Encuentro Social; y Anaya Cortés como abanderado de Por México al Frente.

De acuerdo con estimaciones de expertos políticos, la elección estará cerrada a tercios, aunque las últimas encuestas ubican un acercamiento del representante priista José Antonio Meade, y de Ricardo Anaya, al puntero López Obrador.

La batalla apenas comienza y los tres principales contendientes ya se lanzaron diversos dardos envenenados. Ricardo Anaya afirmó que “México requiere un cambio profundo, pero no cualquier cambio; no le conviene un cambio hacia el pasado, repleto de locura como el que ofrece Andrés Manuel López Obrador. Él representa un cambio de ideas viejas y fracasadas”. También se refirió al aspirante priista, a quien calificó como el candidato “del más de lo mismo”.

Mientras, López Obrador, quien ya llamó “señoritingo, títere y pelele” al abanderado priista, arremetió contra Meade y Anaya, a los cuales recomendó “conocer y recorrer el país”, porque “no les da el sol, están blancos y se la pasan todo el tiempo en la Ciudad de México”.

En respuesta, Meade dijo: “No le tengo miedo a López Obrador”, y calificó sus propuestas de “viejas, con diagnósticos de muchos de los retos, pero en la forma no se ve nada”. De Frente por México solo dijo: “No lo veo en la final”.