Envían a dos homicidas a prisión en la CDMX

Dos homicidas fueron sentenciados por los delitos de feminicidio y homicidio calificado a purgar una condena de prisión de 30 y más de 27 años, respectivamente, reportó la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

En el primero de los casos, Alan Daniel Díaz Fernández recibió un castigo de 30 años de cárcel y una multa de 340 mil pesos, para cubrir gastos funerarios e indemnización a los familiares de la víctima, resolvió la Octava Sala Penal, tras comprobarse el ilícito de feminicidio agravado ocurrido el 2 de julio de 2014.

Quedó demostrado que el día de los hechos, aproximadamente a las 10:50 horas, al interior de un departamento de la calle Norte 90, colonia Malinche, delegación Gustavo A. Madero, el imputado discutió con la víctima, quien era su pareja sentimental, pues ésta le reveló que lo engañaba con otra persona, además de recriminarle sus celos y su actitud agresiva y amenazante.

En respuesta, el indiciado comenzó a insultarla y a golpearla hasta que la tiró al piso, para después atacarla con un arma punzocortante, lesionándole órganos en la zona de la cavidad torácica hasta quitarle la vida.

En otro hecho, el Juez 62 Penal del Reclusorio Preventivo Sur, dictó sentencia condenatoria contra Felipe Obregón Peinado por el delito de homicidio calificado, cometido en agravio de un hombre, motivo por el que se le impuso una pena de 27 años y 6 meses de prisión y el pago de más de 349 mil pesos por concepto de reparación del daño.

De acuerdo con la causa penal 38/2015, el inculpado y dos cómplices más, una mujer y un hombre, convinieron en acudir  el 14 de febrero de 2015 a un parque ubicado entre las calles Glaciar y Nabor Carrillo, colonia Olivar de los Padres, delegación Álvaro Obregón, donde el indiciado iba a fungir como mediador entre sus amigos y el occiso.

Al lugar llegaron la mujer y el agraviado, quienes encontraron a Obregón Peinado y al copartícipe, cuya presencia cuestionó la víctima de manera agresiva. Acto seguido, el ahora sentenciado sacó un arma de fuego que portaba a la altura de la cintura, con la que apuntó al ofendido, al tiempo que la otra persona del sexo masculino se abalanzó contra el occiso, a quien le propinó varias puñaladas por la espalda, lo que provocó que cayera al suelo donde la mujer se agachó y detuvo al agredido para que su pareja continuara apuñalándolo hasta causarle la muerte.

Posteriormente, la muchacha se dedicó a vigilar mientras los varones enterraban el cuerpo de la víctima en el mismo parque, a quien despojaron de su ropa.