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Sindicalismo mexicano caduco, desgastado y sin credibilidad

Sergio Ramírez 2018-05-07 - 08:29:27

La opulencia, los excesos, los escándalos, juniors que presumen la vida de "reyes", desvío de cuotas y presunciones de enriquecimiento ilícito persiguen a personajes controvertidos como el sempiterno líder petrolero Carlos Romero Deschamps, y Martín Esparza Flores, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

Los sindicatos en México son sinónimo de corrupción, líderes viejos y arcaicos, serviles al gobierno en turno, y hoy en día atraviesan por una grave crisis de credibilidad, tras ser los segundos peor evaluados con una calificación reprobatoria de 4.6, sólo superados por los partidos políticos que tienen una imagen negativa de 4.4 entre los mexicanos.

Más aun cuando en la mayoría de los gremios aplica la premisa de trabajadores pobres y líderes ricos, ya que un puñado de dirigentes sindicales charros ha preferido vender las causas de sus representantes con las empresas o dependencias de gobierno, a cambio de canonjías, retribuciones económicas millonarias o cargos de representación popular.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, que se celebra cada 1 de mayo, los obreros no tienen nada que festejar cuando los salarios son de hambre donde uno mínimo es de 88.36 pesos diarios, de acuerdo a la determinación del Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).

El nuevo salario mínimo —que entró en vigor el 1 de enero de 2018— es equivalente a cuatro dólares estadounidenses, a tipo de cambio de 20 pesos. Este ingreso equivale a un sueldo mensual de poco más de 2 mil 400 pesos, unos 121 dólares.

Dicho monto es casi la mitad de lo que perciben los ciudadanos de Bolivia y de Perú, donde el sueldo mínimo mensual es de mil 805 bolivianos y 850 soles peruanos, respectivamente, poco más de 260 dólares cada uno, es decir 5 mil 200 pesos.

La opulencia, los excesos, los escándalos, juniors que presumen la vida de "reyes", desvío de cuotas y presunciones de enriquecimiento ilícito persiguen a personajes controvertidos como el sempiterno líder petrolero Carlos Romero Deschamps, y Martín Esparza Flores, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

Otros que forman parte de la lista de líderes que de la noche a la mañana se convirtieron en millonarios sobresalen también Víctor Flores Morales, de los ferrocarrileros; Napoleón Gómez Urrutia, de mineros y hoy candidato plurinominal de Morena al Senado; Víctor Fuentes del Villar, del SUTERM; Francisco Hernández Juárez, de los telefonistas; Joel Ayala Almeida, de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Rodolfo González Guzmán, de la CROM, e Isaías González Cuevas, de la CROC.

Mención aparte merece la otrora poderosa Elba Esther Gordillo Morales, hoy purgando prisión domiciliaria en su departamento de la colonia Polanco -una de las zonas exclusivas de la Ciudad de México- por su presunto enriquecimiento ilícito y de haberse apoderado de millones de pesos del Sindicato de maestros.

Hace algunos meses se reveló que el fallecido Joaquín Gamboa Pascoe, dirigente de seda de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) guardó entre los años de 2014 y 2015 depósitos por más de 15.5 millones de dólares en paraísos fiscales.

Gamboa Pascoe, conocido como "El Figurín", se hizo famoso por sus constantes desprecios a la clase trabajadora a la que decía representar, al señalar que a él "jamás lo verían jodido ni vestir de huaraches", y que los zapatos que portaba eran "piel de obrero".

 Y muchos se cuestionan: ¿Cómo es posible que un líder de trabajadores pudiera reunir semejantes cantidades de dinero y evadir a las autoridades fiscales?. La respuesta es fácil de encontrar, ya que el dirigente cetemista recibió millones de pesos de parte de los empresarios, a cambio de contratos colectivos leoninos.

Contratos colectivos, una industria de corrupción

De acuerdo con especialistas en materia laboral, los llamados Contratos Colectivos de protección, que la ley permite, es una de las mayores industrias de corrupción en la que participan abogados del sector patronal y líderes sindicales, pues a base de chantajes y amenazas a pequeñas y medianas empresas.

A esos dirigentes parece que la historia les pasó de noche, olvidando la sangre derramada de los trabajadores de Río Blanco y Cananea en el siglo pasado, que lucharon por mejores condiciones laborales y poner fin al yugo patronal. Los eternos dirigentes se han vuelto corporativistas dejando de defender los derechos laborales de sus representados, y acompañando a los empresarios y gobierno Federal en la contención de los salarios.

El charrismo sindical ha ocasionado un daño tremendo a los obreros al votar a favor de la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores; mientras se pueden observar representantes sindicales acaudalados y lujos por doquier.

 Sin lugar a dudas, el sindicalismo en México sigue siendo uno de los pocos ámbitos que se resisten al cambio y a la innovación. En pleno siglo XXI la representación de millones de trabajadores en nuestro país sigue anclada a los vicios del pasado.

A principios de febrero de este año, Consulta Mitofsky dio a conocer los resultados sobre confianza en las instituciones. Los datos arrojan que de 17 instancias, los sindicatos resultan ser los segundos peor evaluados al obtener una calificación reprobatoria que no alcanzó ni siquiera 5.

 Lo anterior se reforzó con la encuesta "Derechos Sociales y Cohesión Social" elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, la cual destaca a los sindicatos como las instituciones con menos credibilidad entre los ciudadanos. Con 14.7 por ciento, sólo fueron superados por la policía, que obtuvo 13 por ciento.

 El Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) presentó por su parte un estudio en el que los mexicanos entrevistados no ven que los sindicatos beneficien a los trabajadores, por las razones siguientes: 24.2 por ciento cree que los líderes son corruptos; 19.7% opina que no responden al interés del trabajador.

 Asimismo, el 10.2 por ciento de los encuestados señala que sólo beneficien a unos cuantos; 8.6 por ciento refiere que realizan marchas y plantones; 7.6 por ciento porque cobran cuotas y afectan al trabajador; 6.3 por ciento indica que no ayudan en nada; 3.6% cree que perjudican a toda la población; 2.1 por ciento engañan a trabajadores; 1.8 por ciento opina que los líderes discriminan, y 1.3 por ciento menciona que sólo crean conflictos.

 La consulta de GCE arrojó que 72.7 por ciento de la gente entrevistada dijo que los sindicatos son opacos porque no informan de manera transparente lo que hacen. Sólo 17.2 por ciento de la gente piensa que todo lo que hacen se sabe.

Para 70 de cada 100 mexicanos consideran que los sindicatos han perdido fuerza y representatividad, sólo 23 creen que son fuertes aún.

Insultante opulencia de líderes sindicales

Una forma de definir a los dirigentes de trabajadores en México la hizo perfectamente el periodista Martín Moreno en su libro "Los Demonios del sindicalismo mexicano", al enumerar los truculentos métodos de enriquecimiento y poder que ostentan los líderes sindicales en nuestro país.

Documento los yates imperiales, autos deportivos y penthouse en zonas exclusivas, viajes y lujos al por mayor que forman parte de la vida cotidiana en México. Los sindicatos, afirmó Moreno, "son un coto de poder muy grande, muy poderoso económica y políticamente" que "se han convertido en soporte político de los poderes en turno".

De ganar sueldos miserables como cualquier obrero, de la noche a la mañana varios dirigentes amasaron grandes fortunas y vidas plagadas de lujos, como el caso de Elba Esther Gordillo Morales, ex lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

La chiapaneca, quien tuvo su boom en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, fue detenida al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto en lo que fue considerado el "quinazo sexenal", por la presunta malversación de 200 millones de dólares procedentes de las cuotas de los trabajadores.

Gordillo poseía varios inmuebles en zonas exclusivas dentro y fuera del país, además de que era fan de las cirugías plásticas, de la ropa de diseñador y accesorios de lujo, tales como bolsas cuyo precio oscilaba entre los 50 mil y 100 mil pesos.

Los líderes sindicales entre el poder y la riqueza desmedida

Carlos Romero Deschamps, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), representa otro de los casos insultantes para los obreros, y quien está envuelto en sospechas por tráfico de influencias y enriquecimiento personal.

Acumula hasta el momento 37 averiguaciones previas, tres órdenes de aprehensión, una de presentación, innumerables litigios personales y demandas colectivas. Pese a ello se mantiene como una de las personas más poderosas e influyentes del país.

Durante el sexenio de Vicente Fox, la Procuraduría General de la República acusó al líder minero, Napoleón Gómez Urrutia, de lavado de dinero, debido a que supuestamente transfirió 35 de los 50 millones de dólares a cuentas bancarias familiares y allegados a "Napito", tanto en México como en el extranjero, los cuales eran de dudosa procedencia.

Además, el Ministerio Público de la Federación responsabilizó a Gómez Urrutia de adquirir, con dinero presuntamente de procedencia ilícita, una casa ubicada en la Ciudad de México con un valor superior a un millón de dólares, la cual puso a nombre de uno de sus hijos.

 Desde el año 2006, el dirigente minero vive en un condominio valuado en un millón 800 mil dólares de una exclusiva zona de Vancouver, Canadá.

El condominio, construido en 2005, está ubicado en la calle Waters Edge Crescent, de la municipalidad de West Vancouver, cerca del Park Royal.

 La propiedad tiene una superficie de 670 metros cuadrados, 3 habitaciones, 3 baños y medio, una estancia familiar y un espacio de oficina. Además es dueño de ropas finas y vehículos de lujo.

A la lista de líderes que viven en la opulencia se suma el del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza Flores, conocido como "El Mago", porque pese a ganar lo mismo que la mayoría de los trabajadores tenía ranchos en Hidalgo, caballos finos y autos de lujo.

De acuerdo con datos de la Unidad de Enlace de LFC, Esparza Flores tenía un salario en nómina de 335.26 pesos diarios, es decir, 10 mil 057 pesos al mes. Ocupaba el puesto de operador de tablero de subestaciones.

Pero sus negocios estaban en las cuotas sindicales y en las partidas especiales que solía darle la dirección de Luz y Fuerza del Centro.

En el lapso de 2004 a 2008, lo cosechado por cuotas gremiales creció en un 65%: de 168.2 a 470 millones de pesos. Los jubilados aportaban alrededor de 200 millones de pesos. Millones de pesos acababan en el bolsillo de Esparza.

Otros casos de poder y manejo sin fiscalización de cuotas sindicales

Juan Díaz de la Torre, el sustituto de la maestra Elba Esther Gordillo, tras ser detenida por la PGR, con 64 años a cuestas, también tiene mucho que aclarar sobre el patrimonio amasado en su corta dirigencia.

Recibió de la Secretaría de Educación Pública para la Orquesta Filarmónica Nacional del SNTE, 30 millones de pesos cuyo ejercicio fue cero pesos, según la página de datos abiertos del sindicato.

En sentido contrario lo que sí gastó un poco, el año pasado, fue en la promoción de la Reforma Educativa. Para ello recibió 200 millones de pesos de los cuales erogó 8 millones, apenas el 4 por ciento. La beneficiaria mayor fue la Agencia Digital S.A. de C.V. con dos contratos, uno de 2 millones 320 mil pesos y otro de 1 millón 160 mil pesos.

Según el Directorio del Sistema de Información Empresarial Mexicano, esa empresa es la razón social de Milenio TV.

A su vez, Víctor Fuentes del Villar, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), se apoderó de 6 mil 587 millones de pesos, entre el Fondo de Habitación y Servicios Sociales y el Fondo Común de préstamos, ambos fondeados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Con un sueldo de poco más de 20 mil pesos, según su clave de burócrata 69186 en el Portal de Obligaciones y Transparencia, no se puede uno explicar cómo es dueño de un Audi A8Li de dos millones de pesos. Aunado a ello le han sido documentadas propiedades por más de 30 millones de pesos.

En el Congreso del Trabajo, dirigentes como Joel Ayala, de la FSTSE, lleva al frente de esa central desde 1998, hace casi 20 años, periodo en el que rompió con Elba Esther Gordillo al no permitir un relevo en diciembre de 2003.

La Nueva Central de Trabajadores (NCT), encabezada por Martín Esparza, también dirigente del SME, y Benito Bahena, ex líder de la Alianza de Tranviarios de México (ATM), han sido acusados de imponerse en varias elecciones por grupos de sus respectivas disidencias.

En la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), donde a pesar de existir una presidencia colegiada, el principal actor es el líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, quien prometió encabezar este sindicato de manera democrática hace 41 años, cuando fue elegido por primera vez en el cargo.

 Hernández Juárez fue elegido por primera vez en 1976, con bandera democrática y criticando que su antecesor, Salustio Salgado, había permanecido más de 10 años en el cargo. Lleva 41 años en el poder y es de los sindicalistas que han ocupado un cargo de elección popular, de 2009 a 2012 fue diputado federal por el PRD.

Un caso parecido es el de Agustín Rodríguez, quien fue elegido como secretario general del sindicato de la UNAM en 1994 y actualmente es uno de los presidentes colegiados de la UNT.

Con casi 23 años al frente de esa organización, ha superado a Evaristo Pérez, dirigente del mismo por 18 años. Rodríguez Fuentes ha tratado con cuatro rectores de la universidad y también ha sido diputado federal por el PRD en dos ocasiones.