Existe un campo llamado “turismo oscuro”, con destinos ligados a la muerte, el riesgo, el desastre o a lo macabro.
Hay una amplia propuesta mexicana respecto al turismo, no solo para quien busca playa, sol o sitios históricos, culturales y tradicionales, existe otro campo llamado “turismo oscuro”, con destinos ligados a la muerte, el riesgo, el desastre o a lo macabro.
Álvaro López, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, señaló que aunque no se sabe desde cuando existen este tipo de actividades, cada vez hay más interés por conocer sitios con esas características, pese a la falta de difusión.
La experiencia de ser migrante.
En Ixmiquilpan, Hidalgo, en una localidad llamada El Alberto se oferta la ‘caminata nocturna’, donde los turistas simulan ser ilegales que pretenden cruzar a Estados Unidos. Los locales representan a los polleros o a la migra.
El terreno es agreste, el viaje incómodo, y a lo largo del recorrido los visitantes se encuentran con cholos que los quieren asaltar, narcotraficantes y la migra. El lenguaje y el trato son fuertes, y la situación puede durar dos horas, o toda la noche, añadió.
Terreno Zapatista
Los ‘zapatours’ son una alternativa, que gira en torno al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Inicialmente se enfocó a la venta de artesanías, pero hoy los propios zapatistas reciben viajantes con el fin de dar a conocer su movimiento.
La curiosidad del narco
Sitios de interés del público ligados al narcotráfico, como la Torre Miramar, en Mazatlán, donde se capturó la penúltima vez al Chapo Guzmán; la capilla Jesús Malverde, en Culiacán, Sinaloa; o el panteón Jardines del Humaya, que se asume como el cementerio de los narcotraficantes en México.
En la Ciudad de México
En la CDMX se encuentran casos como la Plaza de las Tres Culturas, que resulta atractiva no tanto por lo que simboliza, sino porque ahí se dio la matanza de estudiantes durante el Movimiento del 68, precisó Álvaro López.
El Barrio de Tepito
Un caso interesante son los ‘tepitours’, donde además de mostrar al visitante algunas cuestiones del comercio informal, los habitantes del barrio bravo de Tepito exponen parte de su cultura urbana y buscan reivindicar su espacio, muchas veces considerado riesgoso. Ahí también se puede visitar el templo de la Santa Muerte, o los espacios por los que es considerado la cuna del box en México.
El experto explicó que se trata de una actividad económica lícita, promovida por la gente local como un modo de sobrevivencia, bajo el argumento de que la población conozca estos espacios para que no se vuelvan a repetir historias de guerra o muerte.
El geógrafo refirió que el “turismo oscuro” tiene tres ángulos: a partir de la oferta; cuando las personas son quienes demandan una situación específica; a través de la industria turística, es decir, las agencias o promotores que articulan los lugares con los visitantes.
López López trabaja en un proyecto en el que se analizan diversas expresiones de este tipo de turismo, para generar conocimiento a fin de eliminar los temores a conocer las realidades y manifestaciones sociales a través de diversas experiencias turísticas.
Entre las que se investigarán están las más comunes, como la celebración del Día de Muertos en el Lago de Pátzcuaro y localidades cercanas como Janitzio o Tzintzuntzan, en Michoacán, así como Huaquechula, Puebla, y otros estados.
A nivel mundial los sitios más visitados en “turismo oscuro” son los túneles de Cu Chi, en Vietnam; la Zona Cero en Nueva York; un viaje en Mercedes Benz por el Eurotúnel, simulando el recorrido de la princesa Diana cuando murió, o hacer el recorrido del presidente Jonh F. Kennedy cuando fue asesinado.
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