De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), gracias al rápido crecimiento económico y al aumento de producción agrícola en las últimas décadas, el número de personas desnutridas disminuyó casi a la mitad.
Y es que muchos de los países en desarrollo, los cuales sufrían hambrunas, ahora pueden satisfacer las necesidades nutricionales de las poblaciones más vulnerables; regiones como Asia Central, Asia Oriental, América Latina y el Caribe avanzaron de manera exponencial hacia la erradicación del hambre extrema.
Cabe recordar que el hambre extrema y la desnutrición siguen siendo obstáculos para los países en vías de desarrollo.
La PNUD comentó que más de 90 millones de niños menores de cinco años, tienen un peso peligrosamente bajo, y 1 de cada 4 personas pasa hambre en África.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a la fecha se producen alimentos suficientes para toda la humanidad, pero cerca de 815 millones de personas padecen hambre crónica, y la malnutrición afecta a 1 de cada 3 personas en el planeta.
“Entre los grandes desafíos a los que se enfrenta el mundo se encuentra el cómo garantizar que una población mundial en aumento (se prevé que alcance alrededor de 10 000 millones para el año 2050), tenga suficientes alimentos de calidad para satisfacer sus necesidades nutricionales para llevar una vida sana”, comentó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Recalcó que esto se debe lograr superando las adversidades que se presentan, y es que: “ en un planeta que experimenta cada vez más escasez del agua, de tierra, degradación de los suelos, la biodiversidad y eventos climáticos cada vez más severos y frecuentes, el impacto del cambio climático en la agricultura agrava la situación”.
Mencionar que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible busca terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para el año 2030, con ello se pretende velar por el acceso de todas las personas (en especial los niños), a una alimentación suficiente y nutritiva.
Para finalizar, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), comentó que la agricultura, la silvicultura y las piscifactorías pueden suministrar comida nutritiva para todos y generar ingresos decentes de alimentación, mientras se apoya el desarrollo de las gentes del campo y la protección del medio ambiente.
“Ahora mismo, nuestros suelos, agua, océanos, bosques y nuestra biodiversidad están siendo rápidamente degradados. El cambio climático está poniendo mayor presión sobre los recursos de los que dependemos y aumentan los riesgos asociados a desastres, tales como sequías e inundaciones”, comentó la CEPAL.
Cabe mencionar que, tanto el sector alimentario y el sector agrícola, ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza.
Las estrategias de la CEPAL y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en los países de América Latina y el Caribe son:
- Poner fin al hambre y asegurar el acceso de alimento a todas las personas, en particular los pobres y las que se encuentran en situación de vulnerabilidad, incluidos los niños menores de 1 año (hasta 2030).
- Poner fin a todas las formas de malnutrición a más tardar en 2025. Asimismo, como las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, también se busca abordar las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad (hasta 2030).
- Duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala; en particular, las mujeres, los pueblos indígenas, los agricultores familiares, los ganaderos y los pescadores, entre otros. Esto mediante un acceso seguro y equitativo a las tierras para otros recursos e insumos de producción; a los conocimientos, los servicios financieros, los mercados y las oportunidades para añadir valor y obtener empleos no agrícolas (hasta 2030).
- Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes, los cuales aumenten la productividad y la producción. También, se busca que contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático hacia los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y contribuyan al mejoramiento progresivo de la calidad de la tierra y el suelo (hasta 2030).
- Mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas cultivadas y de animales de granja, domésticos, así como sus correspondientes especies silvestres. Esto, mediante una buena gestión y diversificación de los bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional. Con ello se buscará promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales (hasta 2020).
- Aumentar, incluso mediante una mayor cooperación internacional, las inversiones en infraestructura rural, investigación y servicios de extensión agrícola, desarrollo tecnológico y bancos de genes de plantas y ganado, con el fin de mejorar la capacidad de producción agropecuaria en los países en desarrollo, particularmente en los países menos adelantados.
- Corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales; incluso, mediante la eliminación paralela de todas las formas de subvención a las exportaciones agrícolas y todas las medidas de exportación con efectos equivalentes, esto a conformidad con el mandato de la Ronda de Doha para el Desarrollo.
- Adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos básicos alimentarios y sus derivados, facilitar el acceso oportuno a la información sobre los mercados; incluso sobre las reservas de alimentos, a fin de ayudar a limitar la extrema volatilidad de los precios de los alimentos.
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Con información de la PNUD, FAO y CEPAL
2024-04-26
