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Foto: Cortesía

El Pueblo Mágico de Huamantla y su Noche que Nadie Duerme

Pedro Morales 2018-08-14 - 21:57:26

La celebración es con motivo de la fiesta patronal de la Virgen de la Caridad que se realiza del 14 al 15 de agosto.

 

Miles de visitantes de estados circunvecinos a Tlaxcala y hasta de otros países, cada año se dan cita este 14 de agosto en el Pueblo Mágico de Huamantla para ser partícipes de la "Noche que Nadie Duerme" y recorrer sus calles para admirar las alfombras elaboradas con flores, aserrín y arena, vivamente coloreadas.

Esta es parte de una celebración tradicional que se realiza año con año en la ciudad de Huamantla, con motivo de la fiesta patronal de la Virgen de la Caridad, la noche del 14 al 15 de agosto.

Durante ésta celebración, la Virgen de la Caridad es bajada de su altar en su basílica y sacada en procesión a recorrer las calles de la ciudad en un carro alegórico.

Primero recorre las calles previamente adornadas con hermosos tapetes de aserrín coloreado y flores, con luces y altares. Una valla de niñas y jovencitas enmarcan el paso de la Virgen.

Tras salir la imagen de su santuario, estalla la pirotecnia y repican las campanas de la basílica, anunciando el comienzo de la procesión.

El recorrido de las calles de la ciudad transcurre entre rezos, plegarias y ovaciones, también se visitan otros templos de la ciudad haciendo paradas.

Es así cuando al regresar, la multitud acompaña a la imagen de la Virgen de nuevo a su santuario y estallan los aplausos entre los asistentes.

En el atrio de la basílica varias bandas musicales entonan Las Mañanitas y se hacen diversas representaciones de bailes típicos de la región. Mientras tanto, en el interior del santuario se celebra la eucaristía.

Miles de fieles durante la procesión admiran los tapetes multicolores con motivos florales y religiosos, que son obras de arte efímeras dignas de admirarse.

Son confeccionadas desde hace varios años por artesanos huamantlecos representando así una expresión del culto que le rinden a su patrona, arte efímero que ha traspasado las barreras internacionales.

La confección de estos tapetes en un espectáculo para el público, desde que dan inicio solo unas cuantas horas antes de iniciar el recorrido.

Las calles son cerradas a la circulación, y se empiezan a colocar floreros, lámparas y festones de colores para aumentar la elegancia del decorado por donde más tarde pasará la procesión.

La belleza de estas obras termina una vez que pasa la multitud sobre ellas siguiendo el paso a la Virgen.

Los artesanos locales, famosos en el mundo por la elaboración de tapetes y alfombras de aserrín y flores, iniciaron la confección de alfombras en honor de la Virgen de la Caridad, ante los festejos de la Feria de Huamantla.

Ésta celebración es internacionalmente conocida debido al gran colorido que la ha caracterizado, desde que cobró fama y popularidad la devoción por ésta imagen de la Virgen bajo la advocación de Virgen de la Asunción.

El pueblo después tituló con el nombre de Virgen de la Caridad, porque era sacada a las plazas de la ciudad, para que la gente depositara víveres y alimentos ante ella, para entregarlos a los pobres que lo necesitaban.

Con el paso del tiempo y el aumento de la devoción a esta imagen de la Virgen María, eran cada vez más las personas que venían de varios puntos de la entidad a venerarla y visitarla durante su celebración patronal.

Por esta razón, su antiguo santuario colonial de estilo barroco, construido en el siglo XVII, fue demolido para construir uno de dimensiones más grandes, y es el que actualmente aloja a la venerada imagen.

En el atrio de la basílica también se confeccionan diariamente alfombras florales con temas religiosos desde el inicio del mes de agosto, que son sustituidas cada tres días por otras nuevas que realizan afamados alfombristas de la región y de otras partes del país.

Dice la tradición que a fines del S. XVII, vivió en el lugar donde actualmente se levanta el Santuario de la Caridad y en humilde choza, un indio de nombre Baltazar, que poseía una imagen de la Virgen de la Asunción, a la que honraban todos los vecinos.

Posteriormente Baltazar construyó una capilla a la que fue trasladada la imagen. Se hizo cargo de la ermita un clérigo de apellido Lechuga.

La imagen de la Virgen de la Caridad es de talla completa, mide 85 centímetros de altura y se conserva en buen estado a pesar del tiempo una diadema de oro circunda su cabeza.

La corona, la aureola y la palma fueron donadas por don Porfirio Díaz para ofrecerle su amor y gratitud por haber ganado la batalla de Tecoac.

Se le denomina arte efímero a la confección de las alfombras en el municipio de Huamantla, porque los habitantes de cada barrio se organizan para ofrendar una pieza de arte única a la Virgen de la Caridad, en la explanada de la basílica, misma que es cambiada cada 24 horas.

En un espacio de aproximadamente 110 metros cuadrados los alfombristas confeccionan una alfombra, cuyos temas generalmente son pasajes bíblicos o imágenes de la patrona, con un marco de semillas o flores, el tiempo promedio en el que concluyen su obra es de ocho horas.

El precio de una alfombra es de entre 30 y 45 mil pesos o mucho más, dependiendo de los elementos que contenga la pieza, es decir, pueden ocupar desde aserrín teñido, pasando por tierra de diferentes texturas, arena, polvo de piedras finas como el mármol, flores sencillas, follaje y semillas.