El Palacio Nacional es la sede del poder ejecutivo de México y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad además de ser el Epicentro de la vida política del país desde la época virreinal.
Con cerca de 200 metros por lado es una de las construcciones gubernamentales más grandes del mundo. En su interior, patios, corredores y salones han sido testigos de los acontecimientos importantes de la historia mexicana.
Por sus espacios han caminado virreyes, invasores extranjeros, presidentes, dictadores y emperadores, así como alguno que otro revolucionario como Pancho Villa o Emiliano Zapata, que en algún momento de la historia se enfrentaron al poder que desde este recinto ha regido a la nación entera.
Un emblemático recinto histórico
En él se encontraba el Palacio de Moctezuma, el cual, ocupaba exactamente la misma extensión del edificio actual.
Tras su destrucción durante la guerra de conquista de Tenochtitlan, sobre sus ruinas Hernán Cortés mandó construir un gran palacio, mismo que décadas más tarde fue vendido por su hijo Martín Cortés 1562 a la Corona, quien lo adquirió para construir en ese predio las instalaciones necesarias y se convirtió en el Palacio virreinal de la Nueva España, cuyo primer habitante fue Luis de Velasco.
A finales del siglo XVII el Palacio fue presa de un grupo de indígenas que al no recibir alimentos lo quemaron y lo dejaron en ruinas.
Así permaneció por años hasta que en 1711 se inició su reconstrucción en base a su composición original, pero con acabados de arte barroco.
Hacia 1821, el recinto fue entregado a Agustín de Iturbide, quien encabezó el llamado 'Primer Imperio Mexicano' de 1821 a 1823, y después de cuatro décadas de luchas internas entre centralistas y federalistas fue sede del poder del "Segundo Imperio Mexicano" (1863-1867) dirigido por Maximiliano de Habsburgo.
Fue la sede del primer Congreso que aprobó la constitución de 1824.
Tras el fusilamiento de Maximiliano, el palacio se convirtió en morada del presidente Benito Juárez, lo que no hicieron sus sucesores, que prefirieron el castillo de Chapultepec hasta que se construyó la actual residencia presidencial de Los Pinos.
Desde ese momento y por más de trescientos años esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente.
Entre los mayores atractivos para los visitantes del Palacio Nacional están los murales que dejó en sus paredes Diego Rivera (1886-1957) y que algunos estudiosos consideran como la obra más trascendental del artista mexicano.
Entre 1929 y 1935 dibujó el fresco 'Historia de México' en la escalera principal. Se trata de una magnífica lección de historia que abarca desde el México prehispánico, pasando por la conquista y finalizando con el México del futuro, el del desarrollo y la modernidad.
En un segundo periodo, pintó en la segunda planta del palacio once murales que quedaron inconclusos con la muerte del pintor que, plasmó las más grandes riquezas y aportaciones de las culturas prehispánicas al mundo: el cacao, el maíz y el arte plumario.
En la construcción de este recinto podemos encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, la casa presidencial fue trasladada desde esta sede hasta el Palacio Presidencial de Los Pinos en el Bosque de Chapultepec, permaneciendo el Palacio Nacional como sede oficial de algunas dependencias del gobierno, para actos de protocolo y para las tradicionales celebraciones del Grito de Independencia y del Desfile Militar.
Cultura guardada tras sus paredes
El Palacio Nacional cuenta con un gran número de puntos de interés en su interior destacando los famosos murales que Diego Rivera pintara en la escalinata principal y en los corredores del patio central que narran gráficamente la historia de México desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XX, en una obra llena de simbolismo, colorido y nacionalismo mexicano.
Otro sitio destacado es el recinto en Homenaje a Juárez, en el cual se conservan las pertenencias, mobiliario y documentos de dicho presidente, uno de los más influyentes en la historia nacional, quien también habitó este recinto.
Aunado a los puntos anteriores se puede visitar el Salón de la Tesorería de la Federación, un espléndido espacio con influencia art déco, el edificio que ocupara la Cámara de Diputados antes de ser trasladada al actual Edificio de la Asamblea Legislativa así como la Biblioteca del Fondo Histórico de Hacienda ubicado junto al Jardín de la Emperatriz en la parte oriente del edificio.
Asimismo se puede visitar la sede del primer Congreso que aprobó la constitución de 1824.
También es muy conocido el balcón de su fachada principal desde donde, cada septiembre, el presidente en turno celebra la ceremonia de 'El Grito' que recuerda los inicios de la Independencia mexicana.
Otra parte destacada en el recorrido por las instalaciones es la Galería de Palacio Nacional, abierta en 2010 en el marco de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y que alberga en 6 mil metros cuadrados más de 500 reliquias históricas.
El Museo de Sitio del Palacio también cuenta con la “Colección Windsor”, adquirida con motivo del bicentenario, que comprende unas mil 510 piezas de los siglos XIX y XX.
El Palacio Nacional se encuentra abierto entre semana aproximadamente de 10:00 a 17:00 horas. Sin embargo te informamos, puede estar cerrado sin previo aviso debido a eventos oficiales.
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