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Aumenta la niñofobia en España; establecimientos prohiben entrada a menores

Redacción 2019-01-31 - 12:48:45

Crece la demanda de hoteles, restaurantes y bares que cuelgan el cartel de "no se admiten menores".

Las recepciones de los hoteles se llenan de quejas y reclamaciones por ruidos, molestias, llantos, gritos y carreras que provocan los niños que pernoctan en el establecimiento. Cada vez son más parejas, amigos o grupos de solteros sin hijos que no aguantan una piscina o restaurante que se asemeja más a una escandalosa guardería. 

La niñofobia se ha desatado los establecimientos antiniños se han sacudido los complejos. Ya no se ocultan, no piden perdón y se enorgullecen de ofrecer opciones de ocio que garantizan tranquilidad y sosiego a sus clientes.

En los últimos años el portal adults-only-holidays.com, dedicado a aglutinar la oferta de hoteles libre de niños, ha pasado de tener 100 establecimientos inscritos en 2012 a más de 400. Grandes cadenas como Iberostar, Barceló, H10 o Hamilton se han sumado a esta iniciativa comercial: "Es el futuro de muchos nuevos hoteles, la demanda ha aumentado y es un mercado que funciona", afirma Armando Romero Cerdá, director de la web y pionero en este tipo de portales online.

El empresario es ahora director del Hotel Neptuno, un lugar de alto standing que ha eliminado de su carta el menú infantil y donde se promete el descanso sin la locura de los infantes.

"El negocio se está especializando. Antiguamente los hoteles de cuatro estrellas con sus altos precios impedían que las familias de clase media acudieran. No había niños, pero por una cuestión económica. Desde que quisieron captar el público que tenía hijos, se produjo una fuga de clientes que no deseaban encontrarse a un menor llorando en la hamaca de al lado. Nacieron así los Adults Only", comenta Romero.

 

Los locales antiniños "están de moda"

Una de las frases que más escuchaba Armando Romero en sus vacaciones personales era: "Pero, ¿dónde están los padres de ese crío?", mientras el pequeño hacía de las suyas sin ningún adulto que le reprendiera. Si esta misma situación se traslada a un crucero, la situación es aún más compleja, ya que el cliente en cuestión no tiene escapatoria.

"Es la moda, los niños y familias tendrán sus espacios y los que no tienen hijos y desean estar en otros contextos pueden optar por estas alternativas. No hay nada malo en ello", concluye Romero.

Con información de Libre Mercado