Guardia Nacional lejos de compararse con carabinieris italianos: especialistas

Al concluir las audiencias públicas en el Senado para dictaminar la Reforma que crea la Guardia Nacional, Manelich Castilla, ex comisionado general de la Policía Federal, académicos y expertos se pronunciaron porque México cuente con un cuerpo de seguridad civil y no uno militar como es el carácter de la Guardia.

El ex Comisionado Nacional de Seguridad, Manelich Castilla, salió en defensa de la Policía Federal. 

Al debatirse el tema “Profesionalización, capacitación y uso de la fuerza en temas de seguridad”, Castilla lamentó que la argumentación para crear la Guardia Nacional se base en información insuficiente proporcionada al presidente López Obrador y que demerita el trabajo y la capacidad de la Policía Federal, que “no es un fantasma”.

“Puede ser que la policía haya sido insuficiente pero nunca ineficiente. Con el número de elementos limitado se alcanzaron resultados y elevados niveles de percepción de eficacia. Sería deseable enfocar esfuerzos y gasto para fortalecer capacidades y número de elementos de la policía civil. No está reñido con construir un cuerpo de seguridad intermedia que es lo que entraña la propuesta del presidente de la República”.

Paolo Pagliai, especialista en seguridad y fundador del Claustro de Sor Juana, aclaró que la Guardia Nacional que busca crear el presidente Andrés Manuel López Obrador está muy lejos del cuerpo de Carabineros que opera en Italia.

Ante las voces que comparan la Guardia Nacional con esquemas como los carabinieri italianos, la guardia civil española y los carabineros chilenos, el especialista aclaró que de entrada los Carabinieri dependen del Fiscal de la Nación y no del gobierno, como se plantea aquí en México. 

En tiempos de guerra su mando es militar, en el trabajo cotidiano de seguridad y luchas contras las mafias su mando es total y absolutamente civil.

“Me parece importante, trabajan en colaboración con la policía del estado, que es una policía civil y con la otra policía militar que son la guardia de finanzas, todos son tienen el mismo rango, el mismo valor y el alto nivel de capacitación. Lo digo con cierto orgullo soy italiano, pero chilango, vivo aquí hace 25 años. Vamos mi país invento la mafia hace 150 años y no es un orgullo, pero hace 30 invento la antimafia y los carabineros son parte integrante de esa antimafia”.

Los Carabineros, dijo, tienen estándares muy altos de capacitación, y no se preparan en seis meses, ni son reclutados en convocatorias abiertas, son, dijo, los representantes del Estado, no del gobierno para mantener la seguridad y procurar la justicia. 

En tanto, David Ramírez de Grey, coordinador del Programa de Seguridad en México Evalúa, destacó que la implementación de la Guardia Nacional sólo va a profundizar el rezago de fuerzas civiles en los tres niveles de gobierno.

“Exijan que se privilegie el esquema civil por encima del militar. (…) Si realmente queremos pacificar al país, debemos apostar por la consolidación de instituciones de seguridad civiles y sostenibles”.

Daira Arana Aguilar, investigadora de Causa en Común, expuso que, si las Fuerzas Armadas son la opción del gobierno para cumplir con sus obligaciones de seguridad pública, queda claro entonces que su obligación sólo es en torno a la protección de sus intereses políticos y no del derecho de vivir sin miedo y en libertad que tienen todos los mexicanos.

“No se confundan, la doctrina, la formación y la disciplina militar, no son la respuesta a los problemas de inseguridad pública en el país. Nuestras fuerzas están destinadas y preparadas para defender al Estado mexicano de amenazas a la soberanía y a la integridad territorial. Mientras que las policías, están destinadas a salvaguardar la integridad de las personas. (…) Para disminuir el crimen y la violencia que nos afecta día con día, la respuesta del Estado debe ir más allá de una demostración de fuerza”.

Maite Azuela activista e integrante del colectivo #SeguridadSinGuerra, alertó del peligro de expandir la influencia de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública, a las que en este sexenio pretende dotárseles no sólo de poder político, sino también económico.