Exhibición recupera la historia y el ambiente de la justa veraniega de 1976.
Sede de la Olimpiada de 1976, por muchos años casa de los equipos de beisbol y futbol americano, y anfitrión de grandes eventos como los conciertos de Pink Floyd, U2, Madonna y One Direction, el Parque Olímpico de Montreal acaba de cumplir cuatro décadas en medio de un proceso de transformación.
Situado en la avenida Pierre de Coubertain, en el complejo deportivo destaca el estadio que fuera casa del equipo de béisbol Expos de Montreal, emblemático por su torre inclinada a 45 grados, con 165 metros de altura, y poseedora de un Record Guiness como la más alta del mundo en su tipo.
Éste tiene una larga historia, parte de la cual es contada en una exhibición al aire libre que rodea las instalaciones, un recuento gráfico de los grandes momentos vividos tanto en el ámbito deportivo como en el cultural y el artístico, que a la fecha han sido atestiguados por más de 67 millones de espectadores.
Actualmente, en su interior ofrece una de las tres partes en las que está dividida la muestra “Souvenirs from 1976”, una colección de afiches que recrean lo más significativo de la olimpiada.
Cédric Essimiminy, titular de Relaciones Públicas del Parque Olímpico, habló a Notimex de esta exposición y de las obras que realizan de cara al programa que ofrecerán desde finales de año, con motivo del 375 aniversario de la ciudad, programa conocido como “MTL 375”.
La idea, dice mientras recorre el espacio, es mostrar los más significativos episodios que hicieron historia en esta olimpiada de verano, como el 10 perfecto a la gimnasta rumana Nadia Comaneci; la medalla que Bruce Jenner, hoy Caitlyn Marie, obtuvo en la prueba de decatlón; e incluso curiosidades, como el hecho de que es la única olimpiada donde el anfitrión no ha ganado una sola medalla de oro.
En el lugar se observan desde maquetas y planos de la construcción del inmueble, hasta documentos oficiales, publicidad, todo el trabajo de diseño del logotipo de los juegos, artefactos como la antorcha con la que se encendió el fuego olímpico, uniformes, zapatos y algunos aditamentos deportivos.
Videos, fotografías, medallas y otros objetos, que se pueden conocer acompañados de audio ambiente de la ceremonia inaugural o de las pruebas ganadoras, se suman a estos afiches mediante los cuales el espectador puede hacer un viaje virtual a 1976.
La idea, explica Cédric, es dar mucho más que la información del acontecimiento, transmitir a las nuevas generaciones el ambiente y las emociones vividas durante esos juegos; por ejemplo, desde esa época no hay un 10 perfecto en gimnasia, como el obtenido por Nadia Comaneci.
A la muestra, cuyas otras dos partes se exhibe en el Museo Dufresne Nincheri y en la Casa de la Cultura Maisonneuve, donde permanecerán hasta septiembre entrante, asiste gente de todas las edades, que se identifican con lo que ven porque son sus padres o sus abuelos, son las generaciones que les antecedieron.
Inquirido sobre las constantes críticas vertidas en torno al estadio, el cual ha llegado a ser considerado como un “elefante blanco”, aclaró que la construcción, desde el punto de vista arquitectónico es una joya, emblemática por su torre edificada por el arquitecto francés Roger Tailibert.
Se construyó con concreto, un material que no era habitual en este tipo de construcciones, y lo hizo un extranjero, eso inició las críticas, pero 40 años después y tras todos los problemas por los que ha pasado, especialmente con su domo retráctil, se está reconstruyendo para las nuevas generaciones.
Y es que, recuerda Cédric, es un gran estadio, con capacidad para más de 67 mil personas, el de más grande aforo en Quebec, y uno de los más amplios en todo Norteamérica; multifuncional, pues lo mismo alberga actividades deportivas que de espectáculos o ferias y exposiciones.
Los Juegos Olímpicos duraron dos semanas, el estadio tiene 39 años y 55 semanas de ser sede de un sinfín de grandes acontecimientos; cuenta con un hermoso centro acuático y está rodeado por una explanada de negocios, un centro deportivo un jardín botánico, un insectario, un planetario, salas de cine, el Museo Dufrense y un estadio de fútbol.
Mención aparte merece su torre, abierta al público en noviembre de 1987, la cual ha recibido a más de siete millones de visitantes que han podido disfrutar de su observatorio cuya vista alcanza unos 80 kilómetros a la redonda en buenas condiciones climáticas. A ella se accede vía un funicular, que tiene capacidad para 50 personas.
Por todo ello, abunda el funcionario local, es importante dar a la población todas las facilidades para regresar a disfrutar de su Parque olímpico, actualmente, dice, vienen muchos niños y adolescentes que hacen uso del centro acuático y de otras de las instalaciones.
“Y seguimos en trabajos –dice- porque es como quien tiene una gran casa, se le debe dar mantenimiento para que siga siendo funcional. Es un gran estadio y queremos mostrar a la gente de qué más es capaz esta instalación”.
De hecho, adelanta, se están haciendo adecuaciones en la Torre, una de las razones es acondicionar a rampa para un gran evento de sky y salto que se prepara para noviembre, en el marco del inicio de los festejos por el 375 aniversario de fundación de Montreal que se celebrará todo 2017.
Otro cambio que se hará visible es dentro de la Torre, donde, según medios canadienses, a partir de 2018, un 80 por ciento de su espacio, unos 14 mil metros cuadrados, serán oficinas de Mouvement Desjardins, que albergarán a unos mil empleados, lo cual tendrá una inversión de poco más de 45 millones de dólares.
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