La pandemia de COVID-19 pone crudamente en manifiesto la desigualdad social.
La pandemia de COVID-19 pone crudamente en manifiesto la desigualdad social, tanto a la hora de contraer el virus como de mantenerse en vida o enfrentar las consecuencias económicas, señaló la especialista de la Organización Internacional del Trabajo, Patrick Belser.
“El alto nivel de pobreza e informalidad, y la desprotección de algunos puestos de trabajo dificultan más la contención del virus”, comentó mediante un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A nivel mundial, indicó, dos mil millones de trabajadores y trabajadoras se emplean en el sector informal, por lo que tienen mayores probabilidades de estar expuestos a riesgos de seguridad y salud.
En tanto, cuando estas personas contraen el virus, dijo, el pedir una licencia por enfermedad, acceder a los servicios de salud y continuar percibiendo un salario es muy complicado.
“Muchos carecen de la cobertura de un seguro de salud y quedan expuestos al riesgo de morir. Es posible que ni siquiera tengan acceso a servicios de salud”.
“Incluso si en última instancia se recuperan, la ausencia de prestaciones de sustitución de los ingresos los expone a una situación de mayor pobreza. Se estima que, cada año, cien millones de personas caen en la pobreza a consecuencia de gastos de salud desmesurados", comentó.
En ese sentido, señaló que las medidas adoptadas por los países ante la crisis “no deben perder de vista la protección de las familias de bajos ingresos (…) deberían ser suficientemente amplias para cubrir a los trabajadores vulnerables y las empresas que los emplean”.
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