Diego Huerta, fotógrafo reconocido mundialmente, trabajaba en un proyecto llamado “Oaxaca desde adentro”, el cual tiene como objetivo llevar las maravillas de sus tradiciones, cultura y de su gente al resto del país, pero, nunca se imaginó que dentro de su travesía, se iba a encontrar a “la niña más bonita del mundo”.
Fue al sur de México para documentar costumbres de esta región. Estando ahí comenzó a fotografiar principalmente la vestimenta de las mujeres hechas por ellas mismas, desde la ropa diaria, hasta los trajes que confeccionan para las danzas típicas y las diversas actividades que desarrollan como la pesca.
Dentro de su proyecto, destacó la obra llamada “la niña más bonita del mundo”, se trata de una fotografía de una niña de 11 que se topó mientras recopilaba imágenes y que esta pequeña tenía una característica preciosa; tenía unos ojos hermosos.
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