A dos años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, aún hay dos posiciones científicas diferentes respecto a la versión de que los jóvenes fueron incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero, señaló la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, María Guadalupe Murguía Gutiérrez.
La diputada presidió durante casi un año la Comisión Especial que da seguimiento al caso de los 43 estudiantes que desaparecieron el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
En declaraciones a la prensa, la diputada señaló que una posición es la de José Torero, experto en incendios de la Universidad de Queensland, Santa Lucía, en Brisbane, Australia, quien ha reiterado que no es posible que se llevara a cabo la cremación de los cuerpos en ese lugar, como señaló la Procuraduría General de la República (PGR).
La diputada fue cuestionada sobre el experimento que realizó Torero con la incineración de un cadáver de cerdo de 70 kilogramos utilizando 630 kilogramos de madera, razón por la cual se hubiesen necesitado más de 27 mil kilogramos de madera para quemar los 43 cuerpos de los normalistas desaparecidos.
Murguía Gutiérrez refirió que la otra posición es la que sostienen otros especialistas de universidades norteamericanas que señalan que los cuerpos humanos sí pueden consumirse en el fuego, sin necesidad de toneladas de combustible, debido a su propia grasa corporal.
Apuntó que parecía que la investigación del caso Ayotzinapa “había quedado empantanado”, pero con el establecimiento de un mecanismo de seguimiento, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se puede llegar a conclusiones.
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