Se deben tomar medidas para reducir su transmisión, incluido el aumento de la vigilancia genómica.
La variante del COVID-19 que surgió en el Reino Unido y suscitó preocupaciones por presentar una propagación más rápida, podría convertirse en la cepa predominante en Estados Unidos en marzo, dijeron investigadores de salud pública del país en un informe.
Se deben tomar medidas para reducir su transmisión, incluido el aumento de la vigilancia genómica y el cumplimiento de las medidas de salud pública como las pruebas y el uso de tapabocas, dijeron este viernes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en el informe.
“El aumento de la transmisión del SARS-CoV-2 podría amenazar los escasos recursos de atención médica, requerir una implementación más amplia y rigurosa de las estrategias de salud pública y aumentar el porcentaje de inmunidad de la población requerida para el control de la pandemia”, dice el informe.
La variante, llamada B.1.1.7, ya se ha detectado en Estados Unidos. La proyección de los CDC se basó en modelos que mostraron un rápido crecimiento de la variante a principios de este año, lo que podría socavar aún más el despliegue de las vacunas contra el COVID-19, que se ha visto marcado por el incumplimiento de plazos y una subutilización de los suministros.
Información: El Financiero
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