La película se proyecta en la sección oficial Una Cierta Mirada, la segunda en importancia en el certamen.
El narcotráfico y la trata de niñas como contexto y la magia de la infancia como hilo argumental: la película mexicana “Noche de Fuego“, de Tatiana Huezo, recorre esos dos mundos en su primera cinta de ficción, estrenada este jueves en el Festival de Cannes con 10 minutos de aplausos.
La directora mexicana Tatiana Huezo fue ovacionada por más de 10 minutos en #Cannes2021 por su primer largometraje de ficción titulado 'Noche de fuego', producción de @nicocelismx que compite en Una cierta mirada pic.twitter.com/Fgwlb8Gnen
— SensaCine México (@SensaCineMx) July 15, 2021
La película se proyecta en la sección oficial Una Cierta Mirada, la segunda en importancia en el certamen, y es una adaptación libre de la novela “Ladydi”, de la estadounidense Jennifer Clement, a partir de la cual la cineasta, de 49 años, lanza su propia mirada sobre México.
“Muestra una realidad que no es nueva. México es un país que ha estado marcado por el saqueo, por la violencia, por la impunidad, y en este territorio donde es muy difícil acceder a la justicia, donde vale todo, donde es fácil desaparecer, donde es fácil matar y no sucede nada, la condición femenina está muy expuesta”, dice a EFE.
Las tres niñas protagonistas de su filme aprenden a sobrevivir y a hacerse invisibles en un pequeño pueblo marcado por los efectos colaterales de la guerra contra el narcotráfico, pero esa vigilancia constante no apaga sus inquietudes.
“Noche de Fuego habla de la magia que habita en ese momento de la vida, del juego, de ese mundo que estas pequeñas construyen, que es un refugio impenetrable. Para mí era muy importante que mostrara una mirada más pura, más contestataria, honesta, frente a la violencia, en contrapunto con la inmovilidad y el silencio de los adultos”, añade.
Huezo tiene doble nacionalidad, mexicana y salvadoreña, y ganó reputación internacional con su primer documental, “El lugar más pequeño“, en 2011. Su segundo proyecto, “Tempestad” (2016), centrado en la violencia mexicana, fue recompensado como mejor documental en los premios Fénix del cine iberoamericano.
Este nuevo filme está ubicado en las montañas de Guerrero, “un lugar sumamente violento, donde se siembra amapola y hay un tráfico importante de goma de opio para producir heroína”, pero se rodó en la Sierra Gorda de Querétaro por la peligrosidad de ese primer enclave.
La realidad, según apunta la directora en Cannes, supera a la ficción.
“Las mujeres en México crecemos con miedo, con miedo de caminar por la calle a ciertas horas de la noche, con miedo de volver a casa después de una fiesta, con miedo a ponerte una falda. Todos los días desaparecen niñas y mujeres”, denuncia.
Información: López-Dóriga
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