En la actualidad el volumen de agua que se extrae de los acuíferos es mayor que la que se recupera naturalmente por la lluvia, cada segundo se extrae del subsuelo 45 metros cúbicos y sólo se reponen 25 metros cúbicos, en consecuencia se compacta el suelo y propicia el hundimiento, de diez centímetros por año, aunque en ciertos lugares como Xochimilco, Tláhuac, Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco el suelo se ha compactado hasta 40 centímetros en tan solo un año.
Actualmente, más de 12 millones de personas carecen de agua potable, especialmente en las zonas rurales y marginales de nuestro país.
La contaminación del agua es factor de las descargas de residuos domésticos, industriales, agrícolas y mineros. Noventa millones de mexicanos, a pesar de tener la supuesta infraestructura para recibir agua potable, necesitan potabilizar su agua a través de sistemas de purificación doméstica o comprarla a muy altos costos a empresas privadas, ya que las plantas purificadoras y las redes de conducción dispuestas por el gobierno o las cisternas y tinacos de almacenamiento individuales no funcionan adecuadamente y contaminan el vital líquido antes de llegar al consumidor final.
A pesar de la situación de alerta en cuanto a la disponibilidad del agua y millones de pesos han sido invertidos por el gobierno para la promoción de una cultura de conservación, las redes de distribución de las ciudades carecen de una modernización y mantenimiento adecuados, por lo que en algunas ciudades llega hasta el 35 por ciento de pérdida del vital líquido a través de estos sistemas.
La principal fuente de abastecimiento en alerta
Los acuíferos son la principal fuente de abastecimiento de agua en la zona metropolitana de la Ciudad de México; el suelo de esta zona es de tipo volcánico formando mantos acuíferos. La lluvia desempeña un papel importante en la recarga de los mantos ya que, al escurrir por la superficie del suelo se infiltra directamente en el subsuelo hasta llegar a los acuíferos.
Actualmente el volumen de agua que se extrae de los acuíferos es mayor que la que se recupera naturalmente por la lluvia, cada segundo se extrae del subsuelo 45 metros cúbicos y sólo se reponen 25 metros cúbicos, en consecuencia se compacta el suelo y propicia el hundimiento, de diez centímetros por año, aunque en ciertos lugares como Xochimilco, Tláhuac, Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco el suelo se ha compactado hasta 40 centímetros en tan solo un año.
Por ello el agua que se extrae contiene cada vez mayor cantidad de minerales, que la hacen de menor calidad.
Registros estadísticos muestran hundimientos anuales de 15 a 25 centímetros alrededor del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El agua del Río Lerma y el Cutzamala antes de llegar a la Ciudad recorre de 60 a 154 kilómetros de distancia a una altura de mil metros, lo que requiere de 102 plantas de bombeo para que lleguen a nosotros.
El sistema que se utiliza para abastecer de agua al Valle de México genera más de dos mil millones de toneladas de bióxido de carbono al año, lo que aporta significativamente a acelerar el calentamiento global. Este gasto energético que se requiere se debe a que el vital líquido tiene que recorrer 170 kilómetros por el sistema Cutzamala en una elevación de 1,100 metros desde la Presa Colorines.
Distribución del agua en la Ciudad de México
La distribución de agua en la Ciudad de México, está formada por una red principal y una red secundaria. La red principal de tubería está formada por 690 kilómetros de longitud con tubos que miden de 0.5 y 1.73 metros de diámetro.
La red secundaria de más de 10 mil kilómetros de tubería, con diámetro inferior 0.5 metros y cuenta con 243 tanques de almacenamiento con una capacidad de un millón 500 mil metros cúbicos con 227 plantas de bombeo que aumentan la presión en la red para así poder dotar de agua a los habitantes de las zonas altas, como el Ajusco, Magdalena Contreras o la Sierra de Santa Catarina.
La necesidad de traer agua desde cuencas fuera del Valle de México obedeció en gran parte al hundimiento de la Ciudad de México, ocasionado por los primeros impactos de la extracción de agua del subsuelo.
El agua se transporta dentro de la Ciudad de México por medio de 514 kilómetros de acueductos y líneas de conducción hacia 297 tanques de almacenamiento, los cuales llegan a las tomas de los usuarios, por medio de 910 kilómetros de red primaria y 11 mil 900 kilómetros de redes de distribución.
De esta forma se suministran a los habitantes de esta ciudad los 35 mil litros de agua potable por segundo en promedio, además existen 27 plantas potabilizadoras y 377 dispositivos de cloración, y es monitoreada por el Laboratorio Central de la Calidad del Agua, para garantizar su potabilidad.
Explotación clandestina de pozos
El poco abastecimiento de agua en la Ciudad de México ha provocado la explotación clandestina de pozos, en consecuencia la extracción de agua del subsuelo ha ocasionado que la ciudad se esté hundiendo, hasta 30 centímetros al año. Por ejemplo, la Basílica de Guadalupe en el Centro Histórico ya requirió inversiones de más de 300 millones de pesos para menguar su hundimiento.
El deterioro en la calidad del agua es causado por la sobreexplotación de los mantos acuíferos, debido a la intrusión salina y migración de agua fósil que se concentra de manera natural.
La Norma Oficial Mexicana (NOM) califica de tolerante beber agua con menos de 5 microgramos de arsénico por litro, pero en algunos ríos que se encuentran en la ciudad, como el que se encuentra en el Parque Ecológico de Los Dinamos, se está bebiendo más de 10 microgramos debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Se intenta hacer potable esta agua por medio de costosos filtros de alta tecnología en las plantas de distribución.
En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, se dan básicamente tres usos al agua: el 67 por ciento se destina al sector doméstico, el 17 por ciento se utiliza en las industrias y el 16 por ciento se utiliza en escuelas, hospitales y oficinas.
Y el consumo mínimo de agua en la Ciudad de México, por clases sociales se dan de la siguiente manera: en algunos asentamientos ilegales; es alrededor de 28 litros por habitante. Mientras que la estimación de consumo promedio en las zonas de sectores medios es entre 275 a 410 litros por habitante al día y en los sectores de máximos ingresos entre 800 y 1000.
Grave contaminación de ríos
El agua sucia que sale del uso doméstico, de industrias, escuelas y hospitales se vierte en el Río Tula, de ahí pasa al Río Pánuco y finalmente desemboca en el Golfo de México. Es por eso que la contaminación que nosotros generamos afecta directamente a varios estados de la República Mexicana: San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas y a las aguas del Golfo de México.
De esta manera se contaminan las fuentes de abastecimiento de otras poblaciones ya que se ensucia el líquido con que se riegan sus cultivos y, en consecuencia, los daños a la salud de las comunidades que viven en esas zonas se ven afectadas por el consumo de agua contaminada, ya sea para aseo personal o para alimentos.
También los compuestos han alterado la calidad del agua de los mantos acuíferos, pero los más comunes son los solventes industriales, como el benceno y los combustibles como la gasolina y sus derivados
Para saber cuándo el agua está más contaminada es cuando el nivel de compuestos orgánicos tóxicos llega a concentraciones de varias decenas de microgramos por litro.
Tratamiento de aguas residuales en la capital
En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, existen 27 plantas de tratamiento de aguas residuales. El objetivo de las 27 plantas es rehabilitar esta agua para reusarlas posteriormente. Solamente el 7 por ciento de las aguas residuales totales de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, llegan a las plantas de tratamiento.
En la Ciudad de México, el 83 por ciento de las aguas de reúso se destinan a la irrigación de áreas verdes y a actividades recreativas, el 10 por ciento se utiliza en las industrias, el 5 por ciento para el riego agrícola y el 2 por ciento para usos comerciales.
Agua contaminada con bacterias de origen fecal
En agosto pasado, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó que hay contaminación del agua por bacterias de origen fecal en las delegaciones Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac, a pesar del uso del cloro.
“Lo anterior se reveló en el último muestreo sobre la calidad del líquido que se realizó en junio y julio de este año, donde se determinaron infiltraciones de aguas con heces fecales a las redes de distribución”, aseveró la Cofepris, organismo dependiente de la Secretaría de Salud (Ssa).
Precisó que de 107 muestras que se tomaron en la red de abastecimiento en estas demarcaciones, nueve (8.4%) tuvieron presencia de bacterias de origen fecal (E. coli) pese a que la red de agua potable fue clorada.
De acuerdo con la normatividad vigente, el cloro residual libre (CRL) en agua potable debe ser de 0.2 a 1.5 miligramos por litro, y en este monitoreo se encontraron que no se cumplen con estas mediciones.
Una de las muestras contenía cloro residual libre por debajo del límite de la norma (0.19 mg/L), en la cual, encontraron la presencia de contaminación por E. coli.
También se determinaron 7 muestras con cloro residual libre dentro de los límites de la norma (0.21-0.69 mg/L) y con presencia de contaminación por E. coli.
“Estos resultados representan un riesgo alto a la salud de los habitantes de estas zonas, es decir, la calidad del agua depende en gran medida de la calidad del servicio y ésta no se está garantizando en las tres delegaciones pese al uso del cloro”, afirmó la Secretaría de Salud,
dependencia que destacó que a partir de este muestreo de tamizaje se observó que el sistema de abastecimiento de agua se está clorando y que existe contaminación en las redes secundarias del sistema de abastecimiento, lo que impide que el cloro que se encuentra en la red tenga el suficiente tiempo de contacto para poder desinfectar el agua.
“Esta contaminación puede deberse, entre otras causas, a la baja presión del agua, lo que posibilita infiltraciones cuando hay fracturas en la red, o a que por el servicio de tandeo el líquido se quede estancado y hay crecimiento de bacterias”, explicó la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios.
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