Para cobrar seguro de vida y pensión vitalicia esposa pidió matar a directivo de La Salle

De acuerdo con las investigaciones, un seguro de vida de 3 millones de pesos y la pensión vitalicia mensual de 80 mil pesos, serían el móvil del homicidio de Enrique “N”, directivo de la Universidad La Salle.

De acuerdo con el periodista Carlos Jiménez, Araceli “N” le pidió a su amante Oscar “N” asesinar al padre de sus hijos. “Dijo que iba a cobrar un seguro de 3 millones y una pensión mensual de $80 mil”.

La mujer trató de engañar a las autoridades denunciando que su marido nunca había llegado su casa y lo reportó como desaparecido. Sin embargo, los investigadores detectaron las inconsistencias del crimen.

El cadáver de Enrique fue hallado abandonado a bordo de su camioneta el martes 2 de agosto en calles de la colonia Huichapan de la alcaldía Miguel Hidalgo. La mujer se presentó esa misma mañana para denunciar que su esposo salió de casa a trabajar y ya no regreso.

Las autoridades realizaron investigaciones con los registros telefónicos de Enrique, el análisis de huellas, la revisión cámaras de seguridad y los testimonios recabados que revelaron la verdad.

Se confirmó que Enrique llegó a su casa en su camioneta a las ocho de la noche y una hora más tarde su camioneta salió del domicilio. Su esposa aseguró haberle llamado y mandarle mensajes de WhatsApp a las 11 de la noche, pero dijo que él ya no contestó. Sin embargo, las autoridades saben que a esa hora él ya estaba muerto.

Descubrieron que Arely Fabiola le pidió a su amante matar a su esposo, pues al parecer quería cobrar el seguro de vida y la pensión vitalicia.

El hombre que salía con Arely se llama Oscar de 34 años, estudió preparatoria y está casado. Junto con su esposa eran amigos del matrimonio de Arely y Enrique.

El lunes 1 de agosto, Enrique regresó a su casa en Tlalpan y le reclamó la infidelidad a su esposa y a su amigo, fue entonces cuando lo asesinaron con un balazo en la cabeza, después lo metieron a la cajuela de su propia camioneta y lo abandonaron en las calles de Miguel Hidalgo.

Información: Excélsior