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Foto: Janeth Xahuentitla

Veracruz, dónde la justicia no vale nada

Margarita Alemán 2016-11-07 - 07:52:05

“Los vecinos del puerto jarocho, Fortín y Cuitláhuac han tomado una contraofensiva dispuestos a todo, incluso a costa de su vida encarando a los ladrones y secuestradores”.

Uno de los mayores problemas de este país, es la falta de justicia; por ese sentimiento de impunidad en muchas ocasiones la gente “hace justicia por mano propia”.

Los expertos aclaran que la justicia por mano propia no debe confundirse con el derecho que tiene una persona de defenderse ante una agresión hacia ella, a un tercero o a uno de sus bienes.

En Veracruz, los habitantes han colocado mantas en zonas residenciales en las que advierten a los delincuentes que serán linchados en caso de que cometan delitos.

Han sido las redes sociales el medio que la ciudadanía ha buscado para organizarse para detener a los delincuentes para una vez haberlos golpeados, entregarlos a las autoridades correspondientes.

Aun cuando desde el lado oficial señalan que se trata de hechos; diversos sectores coinciden  como una legítima expresión del hartazgo ciudadano al que hemos llegado ante el manifiesto fracaso del Estado de Derecho.

Sin estadísticas, pero con muchos ejemplos

Pero aunque no hay estadísticas reales, los testimonios son muchos como narra el periodista Luis Velásquez en su columna Expediente.

En el mes de diciembre, 2013, en el puerto jarocho, en una colonia popular, los vecinos lincharon a un tipo acusado de secuestro, al que además, ataron a un poste.

Para el mes de enero, en Fortín de las Flores, los vecinos del fraccionamiento El portal, sometieron a un sujeto y amarraron de pies y manos, porque pretendía robarse un automóvil Jetta.

En el 2015, en Cuitláhuac, en la colonia 30 de abril, un hombre pretendió robar una motocicleta, fue descubierto a tiempo y los vecinos organizados le asestaron brutal golpiza, “como se merecía”.

¿Y la policía, y el Veracruz Seguro?, vecinos al rescate

La población ha pasado por el Veracruz seguro, el Veracruz blindado, la Fuerza Civil, las policías municipales; sin embargo, los delitos siguen a la alza.

La violencia sigue, el estado se ha llenado de manifestaciones, protestas sociales, irascibilidad popular, molestias.

Entonces, son los vecinos, los que organizados desde sus posibilidades y trincheras, vienen al rescate.

“Los vecinos del puerto jarocho, Fortín y Cuitláhuac han tomado una contraofensiva dispuestos a todo, incluso a costa de su vida encarando a los ladrones y secuestradores. Y ni modo que la repriman con el tolete, el garrote, la manopla, los perros amaestrados y los gases lacrimógenos. Lo peor del asunto es que las cuatro esquinas del ring están saturadas. En un lado, el hartazgo ciudadano.  En el otro, la inseguridad creciente. En el otro, la incapacidad oficial manifiesta. Y en el otro, la impunidad. Y en el centro, la justicia por la propia mano, como el linchamiento” señala Luis Velásquez.

Las razones justificadas

Para el sociólogo, Alberto Andrade Amador, son diversos factores los que han detonado estas manifestaciones que se pueden perfectamente entender en diversos contextos:

“Los vecinos organizados han perdido la confianza en la secretaría de Seguridad Pública, la Agencia de Investigaciones y la Procuraduría de Justicia. En el caso de las llamadas guardias comunitarias de la sierra de Zongolica, son perfectamente justificadas, son personas que no tienen la justicia a su alcance, es un nuevo frente de batalla se les está abriendo a las autoridades policiacas, porque además no pueden controlarlo” aseguró.

Zongolica, un pueblo donde la ley la aplica el pueblo

En  la extraordinaria Sierra de Zongolica, perdido en las montañas, se encuentra un municipio donde la “Ley la aplica el pueblo”.

Apenas en julio de este año, pobladores frustraron un asalto a las oficinas de la financiadora "Caja Solidaria de Zongolica".

La reacción popular tras frustrar el robo fue golpear y atar en la plaza pública al presunto delincuente hasta matarlo. Su nombre, Brandon Jonathan Jiménez Miranda de 23 años de edad.

Los testigos narraron que ya que los pobladores lo tenían amarrado, llegó la Policía Municipal quien logró la detención del presunto delincuente y se lo llevaron para internarlo en el hospital IMSS-Prospera.

Pero al nosocomio,  llegaron 80 personas, la mayoría varones, para ubicarlo “y de plano sustraerlo, en medio de golpes, de las instalaciones médicas para llevarlo a la calle, con ropa hospitalaria y dando tumbos, en medio de golpes y empujones, el presunto delincuente, fue llevado a la plaza central, para ahí ser atado en un poste de Comisión Federal de Electricidad que sirva de escarmiento y los pinches delincuentes le piensen en venir a chingar gente a Zongolica" dijeron algunos de los testigos.

“El gobierno se hace pendejo”

Román Vázquez González, asesor de las autodefensas de Veracruz y activista de Zongolica, narra que lo ocurrió tiene un claro origen y ese no está entre la misma población, sino en el abandono de las autoridades.

"Esas son las consecuencias del abandono en el que el gobierno del estado mantiene en seguridad pública, se hacen pendejos. No se vale que quieran castigar a un pueblo que toma la justicia por sus manos, cuando no ha tenido la respuesta por parte de sus mismas autoridades. El gobierno no tiene cara para venir aplicar la ley a los habitantes de este municipio, ¿Quiere buscar responsables?, pues ahí los tiene: sus funcionarios de seguridad pública que no sirven para nada” señaló.

Con lo ocurrido, "el pueblo se manifestó de una forma impredecible y al calor de la situación, esto sienta un precedente y aunque se rumora que los policías municipales siguen buscando a los que faltan, sí podemos decir la gente que vivimos acá ya se ha vuelto más vigilante y desconfiada. Eso es lógico, ya se rebasó la línea".

Esta no es la primera vez que acontece un hecho de esta magnitud, “y así vamos a seguir porque aquí la Ley es el pueblo”.

Hasta la Iglesia lo avala

Gran revuelo causó la recomendación que hizo el párroco de la iglesia de Atlahuilco, Eduardo López Trujillo, quien recomendó a la feligresía que cuando la autoridad no realice bien su trabajo hagan justicia por su propia mano.

Estas “sugerencias”  que dio el sacerdote ocurrieron después de que el sacristán fue atacado, golpeado y pateado por dos sujetos en estado de ebriedad en el interior de la sacristía y tuvieron que trasladarlo a la clínica del IMSS-Oportunidades de Zongolica con severos golpes en la cabeza.

Los agresores fueron señalados por la población, pero la autoridad municipal no hizo nada para detenerlos.

Desde el púlpito, el religioso dijo que “ya era hora de que el pueblo se revelara, no podemos esperar a que la Ley se aplique”.


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