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El lado oscuro de la Megalópolis

Jesús Sánchez
El Rincón del Chamán
2016-08-08 07:24:02

Un dato para quitarle el sueño a cualquiera. La cuarta parte de los homicidios cometidos en 2015 en territorio nacional ocurrieron en las seis entidades que componen el cuerpo de la Megalópolis, de acuerdo con datos oficiales. 

Las cifras negras de la violencia en nuestro país –aunque han disminuido según el INEGI– deben ser un motivo de preocupación permanente por parte de las autoridades responsables para reducirlas a su mínima expresión. Por ello, es importante dimensionarlas.

La información estadística ofrecida por dicho instituto sobre los homicidios –la cual no tuvo objeciones como la que interpuso el CONEVAL en la medición de la pobreza- nos ofrece una panorámica real de este fenómeno, que en el caso de la Megalópolis por la gran concentración de personas, alrededor de 38 millones que habitamos esta región, hace más grande la suma de delitos cometidos.

Vayamos por partes. De acuerdo con el informe del INEGI de los 20 mil 525 homicidios registrados en el país en 2015, 5 mil 147 ocurrieron en la megaurbe, aunque hay que aclarar que la mayoría de estos se cometieron en el Estado de México –2 mil 671– y en el Distrito Federal –mil 79–. Pero no deja de ser escalofriante.

No sabemos si sirve de consuelo que en comparación con los datos globales de otros años, la tendencia general de estos crímenes es a la baja.

Por ejemplo, en 2011 justo un año antes de que terminara el sexenio de Felipe Calderón, el número de homicidios fue de 27 mil 213, esto es 6 mil 688 crímenes más que el año pasado.

La lista negra

Otro dato relevante a nivel general es que en 2015 la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes fue de 17 por ciento promedio nacional, cuando en 2011 llegó a 24 por ciento.

Pero esto se pone más dramático cuando encontramos que en Guerrero esa famosa tasa promedio es de 67 por ciento, le sigue Chihuahua con 42, Sinaloa con 36, Morelos con 24 y la Ciudad de México con 12 por ciento. No hay que perder de vista que el número de habitantes en grandes urbes como la CDMX disminuye las tasas promedio, comparadas con entidades donde hay menor población.

Pero los datos son los datos. De acuerdo con la tasa de homicidios de la que hablamos, para las entidades que forman parte de la Megalópolis estos son los resultados, según el INEGI. El Estado de México con el 16 por ciento; Morelos con el 24 por ciento; CDMX con el 12 por ciento; Puebla lleva el 10 por ciento; Hidalgo el 8 y Tlaxcala el 6 por ciento.

Un elemento que no hay que pasar por alto es que conforme a estas cifras del INEGI, respaldadas por los reportes oficiales de las agencias del ministerio público en todo el país, del total de crímenes cometidos el año pasado, 11 mil 358 fueron ocasionadas por armas de fuego.

El récord negro  permite considerar al Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Jalisco, Sinaloa y el Distrito Federal, como las entidades más peligrosas del país, pues fue ahí donde ocurrieron casi la mitad de los crímenes de todo 2015.

El peor año

Para las entidades que forman parte de la corona de la Megalópolis el peor año fue 2012 cuando se registraron un total de 5 mil 366 homicidios. Precisamente fue el Estado de México la entidad que rompió todas las marcas al registrar en aquel año 2 mil 907 crímenes.

Por eso destaca el programa “Ecatepec seguro” donde hace unos días pusieron en marcha autoridades federales, encabezadas por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el góber mexiquense, Eruviel Ávila. Es posible considerar a este municipio como el de mayor incidencia de delitos, entre estos los homicidios.

En la megaurbe destacan Hidalgo y Tlaxcala como las entidades donde menos crímenes se cometen.

Pero el caso de Morelos se cuece aparte, pues si bien en 2015 se cometieron 457 homicidios, contra los 671 registrados en 2012, a nivel de tasa promedio de crímenes registrados por cada 100 mil habitantes, ocupa el cuarto lugar debajo de Sinaloa y arriba de Zacatecas y de la CDMX.

Es conveniente refrescar nuestra manera de ver las cosas con la perspectiva del maestro Roberto Eibenschutz Hartman, profesor-investigador de la UAM, para quien la megaurbe se refiere a un concepto en el que destacan diferentes problemas e interactúan ciudades, municipios, áreas urbanas y rurales. Es un tema que comienza a explorarse, dice.

Faltan estudios y análisis, nuevas instancias de gobierno, mecanismos de coordinación, voluntad política, para comprender los aspectos de la movilidad, la parte económica y del flujo de información, dice Eibenschutz y agregaríamos el aspecto de la gobernabilidad y la inseguridad, cuyos datos hoy constituyen el lado oscuro de la Megalópolis. Por eso hay que iluminarlo.


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