Ecos de la huamantlada

Se dice que la huamantlada empezó el 15 de agosto de 1954, cuando un grupo de aficionados, quienes presenciaron las fiesta de San Fermín realizaron este encierro en Huamantla, que en sus primeros años fue una copia de los encierros de Pamplona, el cual consistía en correr los toros desde un corral exprofeso por las calles hasta llegar a la plaza de toros para que en la tarde fueran lidiados en la corrida principal de la feria, y el cartel de ese primer encierro en Huamantla o pamplonada de acuerdo con el portal taurino de gobierno de Tlaxcala fueron 6 toros de Piedras Negras para Manuel Capetillo, Jorge Aguilar El Ranchero y Rafael García.

Con el tiempo, se dejaron de lidiar los toros que corrían por las calles por considerar que no llegaban en óptimas condiciones a la corrida y así se estableció un formato donde los aficionados y los toros eran los únicos elementos que interactuaban en el encierro, de forma tal que la fiesta adquirió una modalidad y un carácter propio, la cual la hacen hasta la fecha un evento de características bien diferenciadas de la fiesta original.

En España, consiste en soltar a los toros en la calle. Estos se compran especialmente para torearlos en vía pública, en cajones a las 12 del día del último sábado de feria. El número de toros fue aumentando, igualmente el numero de calles y por supuesto, la gente que cada año acude es incalculable.

El escritor estadounidense Ernest Hemingway fue uno de los que contribuyeron a propagarlos mediante su libro Fiesta. La población de Pamplona durante esta semana de fiestas pasa de 190 mil habitantes a más de 1 millón de personas. Esto significa ingresos por turismo que ya quisiera cualquier ciudad de México. Se trata de unas fiestas singulares y, sin duda, el acontecimiento por el cual se conoce más a Pamplona en el mundo.

El impacto económico en la región y la derrama provocada por los visitantes es innegable, aunque es una fiesta que va en contra de la tendencia mundial del respeto y cuidado de los animales, que a mi juicio me parece exagerada, pues mientras haya un mercado para el consumo humano y productos de piel como los zapatos, bolsas, cartera entre otros, todo queda en golpes de pecho, y muchos expían sus culpas poniendo a estas fiestas en el paredón.

Para efectos meramente pragmáticos es un hecho que la fiesta el día de hoy aporta al turismo y la economía de la región, sobre todo si tomamos en cuenta que Tlaxcala además de cuna de la nación es uno de los estados “guardianes de la fiesta brava” y fiestas conexas como es la huamantlada.

Podría llegar el momento donde la opinión pública siempre cambiante haga inviable este tipo de fiestas. Es una posibilidad pero mientras esto suceda hay que sacarle el máximo partido en los temas económico y turístico.

Desafortunadamente, hay sucesos como los ocurridos en las pasadas fiestas cuando un hombre fue embestido brutalmente por unos de los toros y posteriormente falleció a causa de estas heridas. Las imágenes salieron en los noticieros, circularon por las redes sociales.

Es claro que en este lado del país, estamos acostumbrados a este tipo de desafortunados sucesos, donde el que se mete sabe que arriesga su vida y que a veces pasan cosas así, sin embargo, mesiánicamente estos acontecimientos suelen ser más noticia que el crear nuevos empleos, o el ofertar nuevos atractivos para el turismo.

Sin duda es un reto de comunicación, pero también de organización, lo que pase dentro del encierro siempre será noticia en proporción directa con lo espectacular o sangrienta de la nota. Se antoja prácticamente imposible que no pueda haber sangre en un evento de este tipo pero definitivamente hay que cuidar lo que se ha ido construyendo con los años alrededor de Tlaxcala.

Un lugar de progreso que le abre los brazos al turismo con múltiples ofertas en diferentes ámbitos, el ecológico que cada día pesa más seguramente tendrá una influencia mayor sobre las decisione

que se tomen en materia turística, por lo pronto hay que aprovechar, cuidar y explotar los beneficios de las fiestas tradicionales.