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El mal ganado poder de Peña

Enrique Núñez
Código Rojo
2016-09-12 07:26:06

Un repunte en las encuestas sobre las tendencias electorales en los Estados Unidos, colocan al candidato republicano Donald Trump en un empate técnico con la abanderada demócrata Hillary Clinton.

En ese nuevo escenario, algunos analistas políticos atribuyen y hasta culpan al presidente Enrique Peña de haber catapultado a esas alturas al enemigo público de lo mexicanos.

Según esta lógica, el hecho de que el primer mandatario de México haya recibido en Los Pinos a Trump, le representó un crecimiento suficiente, como para haber cerrado a menos de cuatro puntos la elección gringa.

No cabe duda que los "sesudos" analistas sobrevaloran al Presidente, pensando que los votantes norteamericanos supeditan su voto a las ocurrencias provenientes de México.

Si recibió Peña a Trump, si hablaron del muro o no, si pactaron quién pagaría por la gran muralla, si se cancela o no el Tratado de Libre Comercio, son temas que al grueso del votante lo tienen sin cuidado.

Si a los americanos no les importan las estupideces que a mil por minuto salen de la boca del magnate, menos les importa lo que despotrique contra los mexicanos.

Los votos contra Trump de la comunidad latina y negra ya está calculado dentro de las primeras encuestas.

No hay que darle tanto poder a Peña, pensando que puede inferir en las tendencias de la elección favoreciendo a un candidato como Trump.

Pero como hoy, culpar a Peña por todo lo que suceda en México es el deporte nacional escenificado en las redes sociales, resultaba muy atractivo culpar a Peña de este repunte electoral de Trump, para convertirlo en una especie de tirador a la patria, en caso de que el inefable magnate se convierta en le presidente del país más poderoso del mundo, con todas las consecuencias que traerá contra México y los mexicanos.

Es cierto que la invitación a Trump es la "ideota" del sexenio. Todos fuimos testigos de las repercusiones causadas por la ira y repulsión que sentimos por haber recibido al candidato republicano como si fuera un jefe de estado; pero de ahí a decir que Peña sea el causante del repunte en las preferencias, resulta francamente ridículo.

No hay que darle tanto poder al Presidente, pensando que después lo podremos culpar de un eventual triunfo de Trump.

Lo que es un hecho, es que la elección ya se cerró y lo más preocupante es que faltan los debates, en donde Trump puede darle un giro a las tendencias.

Y ahí sí, que Dios nos agarre confesados.


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