Margarita Alemán
A lo jarocho
2017-01-09 07:48:00
El gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, ofreció mano dura contra los bloqueos, manifestaciones y cualquier cosa que huela a protesta social.
Sin embargo, parece que las cosas no le han salido y aunque usa la Ley Garrote para todo, el asunto del gasolinazo vino a darle en la torre a sus planes.
Pese a que el gobernador señaló que se retirarán las concesiones a los transportistas que participen en movilizaciones o protestas, el consejero nacional de la AMOTAC, Juan Ciro Durán Mendoza, dijo que su movimiento seguirá y que les vale sorbete las advertencias del ejecutivo.
Pero estimado lector, no hay que perder de vista el pasado represor que persigue al gobernador estatal.
Entre 1992 y 1997, Yunes Linares fue secretario de Gobierno y se autonombró la mano dura de Patricio Chirinos.
Tomó el control de la administración en sus manos, diseminando una estela de terror, abusos y tortura, particularmente en contra de los indígenas y campesinos que exigían la regularización en la tenencia de sus tierras para favorecer a los caciques.
Sus excesos le merecieron cientos de quejas y una docena de recomendaciones de las comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos, entre las que destacan: CNDH/ 122/95/VER/912, CNDH/122/95/VER/3364, CNDH/122/ 95/VER/3904, CNDH/122/95/VER/4821, CNDH/122/95/ VER/7178 y CNDH/122/95/VER/I230, que se refieren a detenciones y encarcelamiento extrajudiciales, torturas, asesinatos, e incontables violaciones a los derechos humanos en más de 100 comunidades de la Huasteca, comprendida por los municipios con el más bajo Índice de Desarrollo Humano de la entidad.
El caso más conocido, no solo por la saña, sino porque escaló hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es el del asesinato y tortura de los indígenas Atanasio Hernández Hernández, de 17 años de edad y Rolando Hernández Hernández, de 26 años, en la comunidad Plan del Encinal, en Ixhuatlán de Madero.
Tras probar los agravios, desde 1998 la CIDH resolvió que el estado mexicano debía abrir las indagatorias judiciales contra los responsables e indemnizar a los deudos.
Con este pasado, no se puede decir que Yunes se quedará de brazos cruzados, seguramente en cualquier rato pegará un manotazo y es muy probable que en su afán de mostrarse como el salvador y mesías del pueblo, se le pase el garrote y la opresión nuevamente esté de vuelta…