Enrique Núñez
Código Rojo
2017-01-30 07:24:14
Si hacemos un recuento del sexenio morenovallista, nos daremos cuenta que quedará marcado por los caprichos del gobernador.
Una rueda gigante —que no es tan gigante—, un teleférico —que es más una moderna tirolesa—, una serie de ciclovías —sin bicicletas circulando—, un Museo del Barroco —detrás del cual se escondió un millonario saqueo—, un trenecito—solo para 142 pasajeros y más de mil 100 millones de costo—, un árbol gigante tipo Disney —con inversión pública y operado por Africam—.
Y para cada uno de estos caprichos, necesitaría un libro para narrar las historias que hay tras de ellos.
Son millonarias las razones que se esconden detrás de cada una de estas aparentes locuras, que cuando se descubren, explican a la perfección el móvil del mandamás poblano.
A lo anterior sumemos a los muchos que se han dejado deslumbrar por estas obras "transformadoras", sin importar que a unos cuantos metros de cada faraónico capricho existan colonias sin los servicios básicos.
El trenecito más caro del mundo
Para entender las razones millonarias que movieron a Moreno Valle, pongamos como ejemplo el más reciente de sus caprichos sexenales: el trenecito chucuchú.
De acuerdo con información oficial, este juguetito nos costó más de mil 152 millones de pesos, pero no nos dicen que el proyecto original contemplaba una inversión total de 279 millones 125 mil pesos.
Así como usted lo lee. Hay una diferencia de 873 millones de pesos entre el proyecto original y el costo final.
Pero además, originalmente se anunciaron dos trenes con capacidad para 300 pasajeros y terminaron poniendo un trenecito con 240 asientos.
Aunque usted no lo crea, tanta inversión solo servirá para que la vía y las 2 terminales las recorra un solo trenecito.
Por si fuera poco, el proyecto del tren fue anunciado en octubre de 2014, calculando 9 meses de obras, por lo cual debió inaugurarse en julio de 2015.
Sobra decir que este caprichito tuvo un retraso de 1 año y 6 meses.
Y así como este trenecito, detrás de cada una de las "geniales" ideas de Rafael Moreno Valle existen innumerables razones monetarias que justifican su existencia.
Desafortunadamente, su desmedida y enfermiza vanidad lo llevaron a construir un parque con todos sus caprichos convertidos en miniatura.
Pero esa egoteca morenovallista merece un capítulo aparte que dejaré para una próxima entrega.
Porque no hay duda que Narciso vivió seis años en Casa Puebla.