Constitución Política o Ley de Herodes

Cien años han transcurrido desde la promulgación de nuestra Carta Magna, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el documento máximo de nosotros los mexicanos.

El sueño de los Constitucionalistas de hace 100 años fue un sueño guajiro porque la realidad es otra.

Legislatura tras legislatura, local o nacional, hacen de este documento una verdadera Ley de Herodes.

Los preceptos iniciales han ido modificándose de acuerdo a la “realidad “de  cada periodo.

Actualmente nuestra Carta Magna tiene alrededor de 700 enmiendas contra las 32 que tuvo en 1857.

Los legisladores, locales o nacionales, como todo profesional en su materia, hay quienes se dedican de tiempo completo a legislar, pero la realidad es otra.

Los que llegan a ser Diputados o Senadores, lamentablemente unos cuantos están realmente preparados para legislar, la mayor parte son arribados por acuerdos políticos y sin preparación política y profesional.

Es una pena que la mayor parte de nuestros Diputados federales, en la celebración del centenario de la promulgación de  nuestra Constitución,  no tengan el más mínimo conocimiento de cómo se estructura, de cuántos artículos se conforma, de que confundan artículos elementales como los referentes a la educación y al trabajo, ya ni para hablar de los demás.

Siendo de esa manera la “preparación profesional” de nuestros legisladores, cómo podemos llegar a pensar que las reformas que se le hacen a nuestra Carta Magna han sido debidamente cuidadas y analizadas.

Levantar el dedo para aprobar algo que se desconoce es caer directamente en una aberración.

Para que existen 500 Diputados, 300 elegidos según el principio de votación mayoritaria relativa y los otros 200 Diputados  que son electos según el principio  de representación proporcional, mediante el sistema de listas regionales, votadas en 5 circunscripciones plurinominales.

Para que nos sirven los 500 Diputados si desconocen de lo que se está debatiendo o aprobando en el último de los casos.

Tal vez comparando es como decir en la Iglesia católica, que un sacerdote, Obispo o Cardenal no supiese de como se conforma la Biblia, cuáles son sus mandamientos o quiénes son sus principales personajes, pero sobre todo cuáles son sus responsabilidades.

Por qué no aprobar que cualquier persona de este país dedicado a legislar y en pleno uso de sus derechos individuales y constitucionales, se les aplique un examen de conocimientos como en cualquier trabajo a desempeñar.

Ya basta de pasarse por el arco del triunfo como comúnmente decimos, la Constitución Política de nuestro país.

Vemos como se denigra a complacencia de nuestros legisladores la Carta Magna.

Nuestra legislación que promueve los derechos humanos individuales, la educación, la propiedad, el trabajo, la salud, la prosperidad, etc., etc., es lo que menos se respeta sobre todo en las legislaciones locales.

Cada legislación local viola en su mayoría los preceptos constitucionales para darle cabida a las demandas personales de quienes los gobiernan.

Tal parece que cada Estado hace de su propia Constitución una verdadera Ley de Herodes.

Con qué facilidad los legisladores locales aprueban reformas a sus leyes estatales por encima de la Constitución; con qué cinismo los que gobiernan hacen suyos recursos del erario producto de lo que nos cobran vía impuestos.

Si en verdad se aplicara la ley tal y como se dice en la Constitución habría menos Duartes en el país.

La iniciativa de Ley que promueve el Diputado independiente Pedro Kumamoto, es el inicio de la transformación del aparato político que rige en nuestro país.

#SinVotoNoHayDinero persigue que los partidos políticos reciban un financiamiento de acuerdo con el número de votos que obtengan en las elecciones.

También hay propuestas de ciertos políticos y sectores sociales en que se disminuya el número de legisladores, porque realmente no hay justificación para tener ese número en el Congreso.

Finalmente debería de aplicarse un examen a quienes compitan por una curul, entonces y luego entonces, la participación sería de alto nivel y de conocimiento.

Tal vez esto se vea en la celebración del segundo centenario de nuestra gran Constitución.