Oscar Legaspi
El Ojo Político
2017-03-21 07:05:56
El negocio del huachicoleo es tan complicado como la misma mafia que lo integra, pero más aún de quien lo maneja.
Mucho se habló en el siglo pasado de negocios redituables como el tráfico del alcohol, de marihuana, cocaína, heroína, metanfetaminas y cada vez más drogas sofisticadas.
Sin menospreciar la trata de blancas, el tráfico de órganos, los secuestros, el tráfico de armas y ahora el huachicol.
La diferencia entre unos y otros es la forma en que llevan a cabo el desarrollo del negocio, en unos utilizan la violencia extrema, en otros utilizan otras herramientas como el convencimiento y la negociación, con poca violencia, pero si el caso amerita llegan hasta el asesinato.
La corrupción es el factor común que los une, de una forma u otra.
Si analizamos cada uno de ellos, todos comienzan desde las clases bajas por el simple hecho de la falta de trabajo, la poca o escasa educación que reciben, la influencia de la televisión y las redes sociales y la vida fácil que les llega con vicios como el alcohol, drogas y prostitución.
Así como se inicia y opera en los sótanos de la sociedad, de igual manera es para quienes los manejan en los niveles altos, es aquí donde se da la complejidad del negocio.
En el problema del huachicol, se observan varias cosas que se están dando en todos los estados donde ya existe o bien, donde empieza a sentirse su presencia.
Hoy, los huachicoleros contratan halcones, es decir, a niños y adolescentes, aprovechando la poca edad y educación para decidir el riesgo en que se están involucrando, sin tener mucha responsabilidad legal, toda vez que la Ley los protege por ser menores de edad.
De igual manera, existen los que protegen, resguardan y enfrentan a las fuerzas armadas utilizando armas de alto poder, cada vez con más violencia.
También se encuentran quienes se encargan de proporcionar los vehículos para el transporte del combustible robado, los contenedores de diversas capacidades, y como se ha detectado, la mayoría de los vehículos están reportados como robados.
El otro grupo es el que se encarga de hacer contacto con quienes van a comercializar el combustible, desde tianguis, mercados, orillas de carretera hasta las propias gasolineras.
Otro grupo y más sofisticado por decir así, es el encargado de ubicar el lugar donde se hará la perforación con la maquinaria necesaria.
Fuera del grupo operativo, la corrupción empieza en el primer nivel de gobierno, las presidencias municipales.
Las policías municipales se hacen de la vista gorda, se involucran en la mayoría de los casos por las cantidades de dinero que les son entregadas por su participación, o en su momento por temor a ser asesinados o dañar a sus familias.
La policía emana de las clases bajas de los municipios, de poca edad y con nexos con los amigos de la infancia que aún viven en sus comunidades y que están involucrados en este delito.
Los sistemas de control de confianza tal vez no contemplan algunos puntos como este ejemplo, peor sería que lo supieran y no hicieran nada al respecto.
Los jefes o directores de Seguridad Pública Municipal son parte importante en esta mafia, pues ellos son el primer contacto para operar de manera libre.
Luego viene parte del cuerpo edilicio hasta llegar al propio presidente municipal.
Para ello está el caso del municipio de Atzizintla en Puebla donde fue detenido el alcalde junto con otras 70 personas con la intervención de las fuerzas federales (Sedena, Gendarmería y Policía Federal).
Asimismo, en el tramo de 131 kilómetros que corre de Esperanza a San Martín Texmelucan es el que mayor robo de combustible ha tenido, y todo esto bajo la complacencia del exgobernador Rafael Moreno Valle.
El llamado “Triángulo Rojo” abarca Palmar de Bravo, Amozoc, Tepeaca, Quecholac, Acatzingo, Tecamachalco y Esperanza donde los alcaldes son emanados de los diferentes partidos políticos, lo que quiere decir que no es un tema político. Esta es la zona con mayor incidencia, creciendo el robo en un 915 por ciento, según información de Pemex entre 2011 y 2015.
El delito es alarmante, pues tan solo en el primer semestre de 2016, las 601 tomas clandestinas localizadas representaron 30 por ciento del total nacional.
Los otros corredores por donde pasan los ductos de Pemex corren el mismo riesgo.
La otra parte es, que el grupo de huachicoleros encargado de ubicar el punto a perforar, también tiene un “gran conocimiento” de la hora y el día en que la empresa baja la presión de envío de combustible, información que solo y supuestamente debe pertenecer a los empleados y directivos.
El lavado de dinero juega un papel importante, pues existen gasolineras que compran el material robado y la Secretaría de Hacienda ¿Qué está haciendo al respecto?.
La imaginación para transportar los hidrocarburos sobrepasa la realidad, las fuerzas armadas han encontrado contenedores en ambulancias municipales, camiones de carga pesada, camiones con transporte de arena y los contenedores por debajo de ella, por mencionar algunos ejemplos.
Las fuerzas armadas se encuentran hasta cierto punto desinformadas puesto que los pobladores de los municipios han llegado al punto de defender a los huachicoleros y detener a las personas que no son de su comunidad, aquí una pregunta al CISEN ¿La información que están enviando los agentes a sus superiores es errónea o forman parte de la corrupción?
De acuerdo con los reportes de Petróleos Mexicanos, ofrecen información de millones de litros de hidrocarburo recuperados, pero y los que no lo son ¿De qué cantidad estamos hablando?
Esto viene a ser como la droga decomisada, qué porcentaje representa del total que verdaderamente circula para consumo en el territorio nacional y las que son transportadas al país del norte.
No cabe duda que, muchos no están haciendo correctamente su trabajo y eso es en todos los niveles, oficiales y no oficiales.
En un futuro, los hoy gobernadores serán calificados por su transparencia en este delito, porque los que ya se fueron como el exmandatario poblano, Rafael Moreno Valle, está claro que protegió a los huachicoleros.
2024-04-29
